/ domingo 28 de noviembre de 2021

Cabañuelas | Añil, azul maya


Añil (Indigofera tinctoria), especie asiática de la familia de las fabáceas. Arbusto erecto de no excesiva altura, siendo nativo de América tropical se extiende desde México hasta Argentina. La cultura Maya ya utilizaba el índigo que mezclado con arcillas daba lugar al pigmento azul maya.

Durante la época colonial los nativos obtenían el añil mediante la recolección de plantas silvestres. Posteriormente iniciaron el cultivo e industrialización de la planta, debido a la gran demanda el pigmento azul ocupó los primeros lugares en los colores utilizados por textileros a nivel mundial.

Se conoce el estudio del naturalista, médico y botánico mexicano, descendiente de españoles José Mariano Mociño que formó parte de la Real Expedición botánica a Nueva España llevada cabo entre 1787 y 1803. El herbario histórico de Martín Sessé y José Mariano Mociño forma parte de las colecciones actuales del Real Jardín Botánico de Madrid.

En la medicina, investigadores sostienen que esta planta, ayuda a controlar y alivia algunos síntomas de la psoriasis, también existen estudios respecto a su acción antiepiléptica, insecticida, antiulcerosa, febrífuga, antipalúdica, antiherpética, antiséptica, purgante, sedante, diurética, antiespasmódica, antiodontálgica y antiparasitaria.

El añil comenzó a ser considerado parte del espectro de luz visible —y por lo tanto del arcoíris— cuando Isaac Newton dio la denominación de color índigo a la franja azul oscura del espectro.

A propósito, en el cuento infantil “La leyenda del arcoíris” se hace alusión a esta planta: “El añil habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con igual determinación: “Piensa en mí. Soy el color del silencio. Raramente reparas en mí, pero sin mí todos serían superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Me necesitas para el equilibrio y el contraste, la oración y la paz interior”.


Sígueme en Facebook

Heidy Wagner Laclette


Añil (Indigofera tinctoria), especie asiática de la familia de las fabáceas. Arbusto erecto de no excesiva altura, siendo nativo de América tropical se extiende desde México hasta Argentina. La cultura Maya ya utilizaba el índigo que mezclado con arcillas daba lugar al pigmento azul maya.

Durante la época colonial los nativos obtenían el añil mediante la recolección de plantas silvestres. Posteriormente iniciaron el cultivo e industrialización de la planta, debido a la gran demanda el pigmento azul ocupó los primeros lugares en los colores utilizados por textileros a nivel mundial.

Se conoce el estudio del naturalista, médico y botánico mexicano, descendiente de españoles José Mariano Mociño que formó parte de la Real Expedición botánica a Nueva España llevada cabo entre 1787 y 1803. El herbario histórico de Martín Sessé y José Mariano Mociño forma parte de las colecciones actuales del Real Jardín Botánico de Madrid.

En la medicina, investigadores sostienen que esta planta, ayuda a controlar y alivia algunos síntomas de la psoriasis, también existen estudios respecto a su acción antiepiléptica, insecticida, antiulcerosa, febrífuga, antipalúdica, antiherpética, antiséptica, purgante, sedante, diurética, antiespasmódica, antiodontálgica y antiparasitaria.

El añil comenzó a ser considerado parte del espectro de luz visible —y por lo tanto del arcoíris— cuando Isaac Newton dio la denominación de color índigo a la franja azul oscura del espectro.

A propósito, en el cuento infantil “La leyenda del arcoíris” se hace alusión a esta planta: “El añil habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con igual determinación: “Piensa en mí. Soy el color del silencio. Raramente reparas en mí, pero sin mí todos serían superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Me necesitas para el equilibrio y el contraste, la oración y la paz interior”.


Sígueme en Facebook

Heidy Wagner Laclette

ÚLTIMASCOLUMNAS