Los baños ecológicos secos, no requieren de agua para la evacuación de residuos, ahorran en consumo y no contaminan, su correcto funcionamiento se basa en la fermentación aeróbica, compostación y desecación, para degradar la materia fecal.
En el medio rural el enfoque de promoción para la salud es una necesidad para enfrentar las enfermedades relacionadas con la excreta.
En este sentido la mejoría del entorno puede disminuir la morbilidad, mortalidad, gastos por ingresos y tratamientos en los diferentes niveles de atención. Por lo tanto, esta ecotecnología es recomendable para zonas rurales vulnerables, con poca disponibilidad de agua, donde es inexistente el drenaje sanitario y el manto freático se encuentra a una profundidad de más de 3 metros. A diferencia de una letrina, es una técnica que permite utilizar los desechos como abono para el suelo y neutralizar la capacidad contaminante de las heces.
Antes de elegir la ubicación tomemos en cuenta algunas cosas: El suelo donde construyamos debe ser sólido y firme, debemos evitar construir en suelos blandos o húmedos. Los componentes de un baño ecológico, el diseño del eco-inodoro, es parecido a las tazas convencionales, con la diferencia que tiene un separador para las heces y un separador para la orina. Las cámaras de secado donde se depositan las heces hasta transformarse en abono natural, libre de microorganismos.
La mezcla secante o agregado es la combinación de tierra y ceniza que se usa para cubrir las heces. El tubo de ventilación es de 4 pulgadas, se coloca dentro o fuera del baño, y se conecta con la cámara compostera para evitar malos olores. El recolector de orina que puede ser un bidón u otro recipiente cerrado, permite almacenar la orina para poder usarla como fertilizante natural.
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Heidy Wagner Laclette
