/ miércoles 2 de junio de 2021

Contraluz | Elecciones

El ejercicio electoral es base primordial y pilar de la democracia. Votar es un derecho y una responsabilidad individual que ha de reflejarse, cuando es ejercido en conciencia y puntual discernimiento, en un mejor gobierno, en un mejor estado de cosas, en un mejor país, estado o municipio; y a la par que con equilibrio, se tenga un congreso federal y congresos locales en los que el debate inteligente domine sobre el maniqueísmo burdo y ramplón; en los que el interés general se imponga sobre el particular o de grupo, o partido.

Votar es un ejercicio participativo único que debe realizarse con reflexión, con profundidad, con razonamiento firme y con indeclinable voluntad de proveer el bien para tener una mejor Nación; el voto honesto es el latir de una Patria sana.

Este próximo domingo se celebrarán en México elecciones cruciales ante lo cual lo deseable es desprenderse individualmente del boato, la vocinglería, el ruido y la palabrería de las campañas, para dar paso, con realismo, a la reflexión sobre el presente y futuro que queremos como Nación para nosotros y nuestros descendientes.

Vale así reflexionar sobre la calidad personal de quienes se postulan a los diversos puestos de elección popular y preguntarnos si son honestos y honrados, si asumen valores comunitarios, si tienen experiencia, si acusan sensatez y serenidad en sus decisiones, si aman con hechos a su tierra y a su país, si saben distinguir y optar por el puntual Estado de Derecho sobre la anarquía y el desorden; si conocen el sentido y el vigor de las instituciones que mediante reformas y revisiones a la ley nos hemos dado a lo largo de nuestra convulsionada y azarosa historia; si los mueve el sentido de justicia y la practican en todos los ámbitos de la vida cotidiana; si conocen bienes y necesidades del estado, país, municipio o el distrito que aspiran a gobernar o representar; si saben escuchar y atender la voz popular en las comunidades, barrios o ciudades; si conocen los problemas y necesidades del pueblo auténtico y han proyectado posibles soluciones realistas a las diversas expectativas; si es una de sus prioridades el combate al delito y a la impunidad; si reconocen y están dispuestos a promover y poner en práctica esquemas de desarrollo basados en la educación integral y el respaldo a las ciencias y las tecnologías; si tienen expresiones transparentes de alegría ante las buenas nuevas y de tristeza cierta y solidaria ante tragedias, accidentes, desastres naturales o dramas sociales; si reconocen en la tolerancia una virtud que como todas, tiene por límite el no afectar o dañar a terceros; si asumen con sinceridad la urgencia de contener y combatir todo tipo de violencia que lamentablemente en México se manifiesta hoy peor que nunca; si proponen programas para niños, adolescentes y jóvenes, que incluyan la promoción del arte y la cultura, básicos para hacer comunidad, así como la promoción del deporte en todos los niveles y disciplinas, como indispensable elemento de formación del carácter y la solidaridad teniendo en cuenta la vieja cita de Juvenal “mente sana en cuerpo sano”; si tienen interés

y preocupación por atender a personas con problemáticas especiales como discapacidad, madres solteras, o con o con necesidades apremiantes de rehabilitación y servicios de salud.

De igual forma si tienen concepciones claras y congruentes en materia laboral y de economía, especialmente en estos tiempos críticos en los que urge generar confianza, unidad, nuevos empleos dignos, multiplicación de inversiones sanas, y programas auténticos de desarrollo comunitario que no se queden en simples dádivas.

Tengo para mí que por fortuna en Querétaro, pese a la urgencia de resolver problemas ingentes como los referidos a movilidad y seguridad, hemos vivido con relativa tranquilidad y estabilidad –con importantes aportes en educación, seguridad, diversificación industrial, cultura y deporte- gracias a que hemos tenido, pese a algunas insuficiencias, eficaces gobernantes durante casi un siglo.

Hoy la contienda de este domingo parece clara en cuanto a la contienda por la gubernatura: todo indica que Mauricio Kuri será el próximo gobernador de Querétaro.

Las presidencias municipales de los municipios con mayor número de electores parecen un poco más peleadas, por lo que no se pueden descartar sorpresas.

Respecto a los contendientes, hombres y mujeres, para ser representantes en los congresos federal y local la baraja es muy amplia; hay políticos y políticas con reconocida experiencia, y también los hay conocidos y casi desconocidos.

Lo importante hoy es participar todos con un voto razonado; habrá días para pensarlo y decidir.

Habrá qué cuidarse, en fin, de cualquier posibilidad de engaño o de fraude, y también de proclamaciones de engaño o de fraude, “tipo Trump”.

Gracias al INE, y a nivel local al IEEQ, instituciones del todo respetables, hay garantía de tener una jornada cuidadosa, participativa y limpia. Ojalá no haya espacio ni luz para aquellos que si ganan lo celebran como algo “natural”, pero que si pierden, aleguen fraude, complot o mafiosa conspiración.

Por lo pronto, vale recordar que ir a votar es un derecho, una responsabilidad y una obligación. Votar cuenta mucho más de lo que a veces imaginamos para tener o no, un mejor presente y un mejor futuro.

Al respecto recordé que hace casi dos siglos, a principios de la vida independiente del México republicano, don Andrés Quintana Roo, distinguido insurgente esposo de Leona Vicario, urgía la necesidad de partidos de oposición.

“No basta, escribió, variar las formas de los gobiernos; todos ellos pueden degenerar en despóticos, sin esta voz viva (la oposición) que haga valer las leyes que los limitan. ¡Feliz la nación donde se arraiga este espíritu de censura y de vigilancia sobre las acciones de los que gobiernan! Nada son las constituciones y las leyes si él falta y con él pueden ser felices hasta las más imperfectas”.

El ejercicio electoral es base primordial y pilar de la democracia. Votar es un derecho y una responsabilidad individual que ha de reflejarse, cuando es ejercido en conciencia y puntual discernimiento, en un mejor gobierno, en un mejor estado de cosas, en un mejor país, estado o municipio; y a la par que con equilibrio, se tenga un congreso federal y congresos locales en los que el debate inteligente domine sobre el maniqueísmo burdo y ramplón; en los que el interés general se imponga sobre el particular o de grupo, o partido.

Votar es un ejercicio participativo único que debe realizarse con reflexión, con profundidad, con razonamiento firme y con indeclinable voluntad de proveer el bien para tener una mejor Nación; el voto honesto es el latir de una Patria sana.

Este próximo domingo se celebrarán en México elecciones cruciales ante lo cual lo deseable es desprenderse individualmente del boato, la vocinglería, el ruido y la palabrería de las campañas, para dar paso, con realismo, a la reflexión sobre el presente y futuro que queremos como Nación para nosotros y nuestros descendientes.

Vale así reflexionar sobre la calidad personal de quienes se postulan a los diversos puestos de elección popular y preguntarnos si son honestos y honrados, si asumen valores comunitarios, si tienen experiencia, si acusan sensatez y serenidad en sus decisiones, si aman con hechos a su tierra y a su país, si saben distinguir y optar por el puntual Estado de Derecho sobre la anarquía y el desorden; si conocen el sentido y el vigor de las instituciones que mediante reformas y revisiones a la ley nos hemos dado a lo largo de nuestra convulsionada y azarosa historia; si los mueve el sentido de justicia y la practican en todos los ámbitos de la vida cotidiana; si conocen bienes y necesidades del estado, país, municipio o el distrito que aspiran a gobernar o representar; si saben escuchar y atender la voz popular en las comunidades, barrios o ciudades; si conocen los problemas y necesidades del pueblo auténtico y han proyectado posibles soluciones realistas a las diversas expectativas; si es una de sus prioridades el combate al delito y a la impunidad; si reconocen y están dispuestos a promover y poner en práctica esquemas de desarrollo basados en la educación integral y el respaldo a las ciencias y las tecnologías; si tienen expresiones transparentes de alegría ante las buenas nuevas y de tristeza cierta y solidaria ante tragedias, accidentes, desastres naturales o dramas sociales; si reconocen en la tolerancia una virtud que como todas, tiene por límite el no afectar o dañar a terceros; si asumen con sinceridad la urgencia de contener y combatir todo tipo de violencia que lamentablemente en México se manifiesta hoy peor que nunca; si proponen programas para niños, adolescentes y jóvenes, que incluyan la promoción del arte y la cultura, básicos para hacer comunidad, así como la promoción del deporte en todos los niveles y disciplinas, como indispensable elemento de formación del carácter y la solidaridad teniendo en cuenta la vieja cita de Juvenal “mente sana en cuerpo sano”; si tienen interés

y preocupación por atender a personas con problemáticas especiales como discapacidad, madres solteras, o con o con necesidades apremiantes de rehabilitación y servicios de salud.

De igual forma si tienen concepciones claras y congruentes en materia laboral y de economía, especialmente en estos tiempos críticos en los que urge generar confianza, unidad, nuevos empleos dignos, multiplicación de inversiones sanas, y programas auténticos de desarrollo comunitario que no se queden en simples dádivas.

Tengo para mí que por fortuna en Querétaro, pese a la urgencia de resolver problemas ingentes como los referidos a movilidad y seguridad, hemos vivido con relativa tranquilidad y estabilidad –con importantes aportes en educación, seguridad, diversificación industrial, cultura y deporte- gracias a que hemos tenido, pese a algunas insuficiencias, eficaces gobernantes durante casi un siglo.

Hoy la contienda de este domingo parece clara en cuanto a la contienda por la gubernatura: todo indica que Mauricio Kuri será el próximo gobernador de Querétaro.

Las presidencias municipales de los municipios con mayor número de electores parecen un poco más peleadas, por lo que no se pueden descartar sorpresas.

Respecto a los contendientes, hombres y mujeres, para ser representantes en los congresos federal y local la baraja es muy amplia; hay políticos y políticas con reconocida experiencia, y también los hay conocidos y casi desconocidos.

Lo importante hoy es participar todos con un voto razonado; habrá días para pensarlo y decidir.

Habrá qué cuidarse, en fin, de cualquier posibilidad de engaño o de fraude, y también de proclamaciones de engaño o de fraude, “tipo Trump”.

Gracias al INE, y a nivel local al IEEQ, instituciones del todo respetables, hay garantía de tener una jornada cuidadosa, participativa y limpia. Ojalá no haya espacio ni luz para aquellos que si ganan lo celebran como algo “natural”, pero que si pierden, aleguen fraude, complot o mafiosa conspiración.

Por lo pronto, vale recordar que ir a votar es un derecho, una responsabilidad y una obligación. Votar cuenta mucho más de lo que a veces imaginamos para tener o no, un mejor presente y un mejor futuro.

Al respecto recordé que hace casi dos siglos, a principios de la vida independiente del México republicano, don Andrés Quintana Roo, distinguido insurgente esposo de Leona Vicario, urgía la necesidad de partidos de oposición.

“No basta, escribió, variar las formas de los gobiernos; todos ellos pueden degenerar en despóticos, sin esta voz viva (la oposición) que haga valer las leyes que los limitan. ¡Feliz la nación donde se arraiga este espíritu de censura y de vigilancia sobre las acciones de los que gobiernan! Nada son las constituciones y las leyes si él falta y con él pueden ser felices hasta las más imperfectas”.