/ viernes 17 de junio de 2022

Contraluz | Periodismo y Gobernadores

Cuando Rafael Camacho Guzmán asumió la gubernatura de Querétaro en diciembre de 1979 permeaba incertidumbre en la sociedad por su forma de ser y de hablar. Era directo y contundente. Con vis autoritaria –cara a cara- que le venía de sus muchos años como líder en la CTM, trataba los asuntos sin darles muchas vueltas. Un día, recién investido como gobernador invitó a reporteros y fotógrafos de los medios impresos de entonces –Diario de Querétaro y Noticias- a comer en la recién inaugurada Casa de Gobierno. Sólo le acompañaba su secretario particular Enrique Burgos.

Quería saber cómo vivíamos, cuánto ganábamos, qué coches teníamos (¡!), qué pensábamos de su inicial administración y de temas generales sobre la cultura, política, seguridad y economía de la entidad.

Nos sorprendió su disposición al diálogo, su talante dicharachero y malhablado y su conclusión final.

Nos dijo que él confiaba en los reporteros y fotógrafos que eran los que conocían de primera mano lo que ocurría en el estado. Confesó que él pensaba que todos éramos “corruptos como los del DF”, pero que ya había visto desde la campaña que en Querétaro se podía hablar en general de periodistas “objetivos y serios”. Nos invitó entonces a buscarlo cuando lo consideráramos importante para hacer bien nuestro trabajo. Tiempo después nombró como su Director de Prensa al doctor Miguel Gutiérrez Delgado.

En recodos de la historia reciente habían quedado atrás dos semanarios que tuvieron larga vida: Tribuna de Jesús de la Isla asediado por el gobierno de Antonio Calzada, y El Día, del español Daniel Rodríguez Antigüedad que desapareció por muerte natural tras el fallecimiento de su fundador.

En la radio, no emergían aún los grandes noticieros –surgieron formalmente en la década de los 80-, y se llenaban los espacios de noticias con la lectura de los dos periódicos locales.,

De ahí en adelante el periodismo local fue creciendo y diversificándose manteniendo esquemas de servicio y utilidad social, no siempre reconocidos por el poder, en medio de la incursión de nuevas tecnologías y formas de comunicación.

Fue así como se arribó a la primera alternancia cuando en 1997 el PAN obtuvo la gubernatura del estado llevando como candidato a Ignacio Loyola Vera quien se impuso a Fernando Ortiz Arana del PRI. Persistían tiempos complicados, nublados en toda la Nación. La devaluación de 1994 había golpeado prácticamente a todos los sectores. Fue cuando surgieron soluciones controvertidas como la del Fobaproa, y activismos como los de El Barzón, el Fioz y otros más. Pese a todo, la transición gubernamental y la alternancia se dieron en paz.

La concordia y el trabajo dejaron marcaron el fin de siglo y el inicio del milenio.

Ignacio Loyola supo llevar la fiesta en paz: Querétaro continuó con su ritmo de crecimiento económico y de inversiones que redituaron en trabajo y paz social.

Hubo continuidad en algunas obras como la carretera a Aguazarca en la Sierra gorda y el camino a Santa María de Álamos en Cadereyta. Como obras emblemáticas quedaron entonces el Aeropuerto y el Eco Centro Expositor.

Vino entonces la administración de Francisco Garrido Patrón con polémica y eficaz militancia en el PAN que se impuso nuevamente a Fernando Ortiz Arana en las elecciones de 2003.

Fue Francisco Garrido un gobernador inteligente que supo sortear problemas graves de seguridad y mantener la estabilidad así como el crecimiento económico.

Dispuesto también a obras emblemáticas concluyó los trabajos del nuevo Aeropuerto, erigió el Centro de Congresos y el Teatro Metropolitano; modernizó la Avenida Constituyentes y concluyó el Acueducto II, obra monumental que abonó a la tranquilidad de los queretanos con el agua del Infiernillo.

José Calzada Rovirosa logró sorpresivo retorno del PRI a la gubernatura estatal luego de una intensa campaña eficiente, de cercanía con el pueblo y de enorme alegría y entusiasmo. Atendió la urgencia de mayor y mejor infraestructura para la ciudad que continuaba desbordándose. Supo dar continuidad a obras no terminadas de la administración anterior como el Centro de Congresos y el Teatro Metropolitano.

Estuvo en contacto con todos los sectores productivos logrando importantes avances en materia de crecimiento económico tanto en el campo como en la ciudad y entregó un Querétaro con mayor desarrollo, pero también con nuevos retos dadas las crecientes

inmigraciones, la multiplicación del sector terciario y el reordenamiento de las zonas metropolitanas.

Jorge López Portillo culminó como gobernador interino el sexenio, al solicitar José Calzada licencia para sumarse al gabinete de Enrique Peña Nieto como titular de la Sagarpa.

Tras cerrada elección, Francisco Domínguez Servién abanderado del PAN, obtuvo la gubernatura volviendo la alternancia a la entidad. La transición no fue del todo cordial aunque no rebasó los límites naturales del cambio de mando y cambio de partido en el poder. Querétaro no abandonó su estatus de crecimiento durante dicha administración aunque se vio impactado seriamente por la pandemia del Covid 19 y las elecciones generales de 2018.

Ciertamente pesaron también las decisiones centralistas como la desaparición de guarderías federales, el desabasto de medicamentos en el sector salud, la zigzagueante política para contener el Covid, y la anulación de escuelas de tiempo completo.

Se apostó en cambio a nueva infraestructura para el transporte público con la construcción de los Ejes Estructurantes; éstos funcionaron, no así el nuevo transporte que sufrió serio descenso de demanda por la pandemia y falta de acuerdos en relación con concesionarios. Se incrementó la infraestructura urbana, significada en los trabajos de modernización del Bulevard Bernardo Quintana y en restauración y ampliación de caminos carreteros.

En cultura se creó el Museo de Arte Contemporáneo y se prodigaron o conservaron eventos que alimentaron convivencia y alegría como el Trova Fest, el Hay Querétaro, festivales de jazz y otros más que

dieron cuenta del nuevo cosmopolitismo en una ciudad que hace mucho dejó de ser cuasi monástica y conventual.

En definitiva y pese a deficiencias obvias, Querétaro ha avanzado de manera integral en las últimas décadas como ningún estado de la República lo ha hecho, incluidos los explosivos destinos turísticos del Caribe y de Baja California.

Los retos trascendentes que hoy enfrenta Mauricio Kuri se centran en concitar la unidad social; promover el orden; custodiar las libertades y derechos ciudadanos; mantener la paz, reforzando la seguridad mediante capacitación y mejora de equipo humano y material; administrar una mejor justicia que no deje grietas a la impunidad; y en definitiva, avanzar en la consecución, dinámica siempre, de un auténtico Estado de Derecho.


Cuando Rafael Camacho Guzmán asumió la gubernatura de Querétaro en diciembre de 1979 permeaba incertidumbre en la sociedad por su forma de ser y de hablar. Era directo y contundente. Con vis autoritaria –cara a cara- que le venía de sus muchos años como líder en la CTM, trataba los asuntos sin darles muchas vueltas. Un día, recién investido como gobernador invitó a reporteros y fotógrafos de los medios impresos de entonces –Diario de Querétaro y Noticias- a comer en la recién inaugurada Casa de Gobierno. Sólo le acompañaba su secretario particular Enrique Burgos.

Quería saber cómo vivíamos, cuánto ganábamos, qué coches teníamos (¡!), qué pensábamos de su inicial administración y de temas generales sobre la cultura, política, seguridad y economía de la entidad.

Nos sorprendió su disposición al diálogo, su talante dicharachero y malhablado y su conclusión final.

Nos dijo que él confiaba en los reporteros y fotógrafos que eran los que conocían de primera mano lo que ocurría en el estado. Confesó que él pensaba que todos éramos “corruptos como los del DF”, pero que ya había visto desde la campaña que en Querétaro se podía hablar en general de periodistas “objetivos y serios”. Nos invitó entonces a buscarlo cuando lo consideráramos importante para hacer bien nuestro trabajo. Tiempo después nombró como su Director de Prensa al doctor Miguel Gutiérrez Delgado.

En recodos de la historia reciente habían quedado atrás dos semanarios que tuvieron larga vida: Tribuna de Jesús de la Isla asediado por el gobierno de Antonio Calzada, y El Día, del español Daniel Rodríguez Antigüedad que desapareció por muerte natural tras el fallecimiento de su fundador.

En la radio, no emergían aún los grandes noticieros –surgieron formalmente en la década de los 80-, y se llenaban los espacios de noticias con la lectura de los dos periódicos locales.,

De ahí en adelante el periodismo local fue creciendo y diversificándose manteniendo esquemas de servicio y utilidad social, no siempre reconocidos por el poder, en medio de la incursión de nuevas tecnologías y formas de comunicación.

Fue así como se arribó a la primera alternancia cuando en 1997 el PAN obtuvo la gubernatura del estado llevando como candidato a Ignacio Loyola Vera quien se impuso a Fernando Ortiz Arana del PRI. Persistían tiempos complicados, nublados en toda la Nación. La devaluación de 1994 había golpeado prácticamente a todos los sectores. Fue cuando surgieron soluciones controvertidas como la del Fobaproa, y activismos como los de El Barzón, el Fioz y otros más. Pese a todo, la transición gubernamental y la alternancia se dieron en paz.

La concordia y el trabajo dejaron marcaron el fin de siglo y el inicio del milenio.

Ignacio Loyola supo llevar la fiesta en paz: Querétaro continuó con su ritmo de crecimiento económico y de inversiones que redituaron en trabajo y paz social.

Hubo continuidad en algunas obras como la carretera a Aguazarca en la Sierra gorda y el camino a Santa María de Álamos en Cadereyta. Como obras emblemáticas quedaron entonces el Aeropuerto y el Eco Centro Expositor.

Vino entonces la administración de Francisco Garrido Patrón con polémica y eficaz militancia en el PAN que se impuso nuevamente a Fernando Ortiz Arana en las elecciones de 2003.

Fue Francisco Garrido un gobernador inteligente que supo sortear problemas graves de seguridad y mantener la estabilidad así como el crecimiento económico.

Dispuesto también a obras emblemáticas concluyó los trabajos del nuevo Aeropuerto, erigió el Centro de Congresos y el Teatro Metropolitano; modernizó la Avenida Constituyentes y concluyó el Acueducto II, obra monumental que abonó a la tranquilidad de los queretanos con el agua del Infiernillo.

José Calzada Rovirosa logró sorpresivo retorno del PRI a la gubernatura estatal luego de una intensa campaña eficiente, de cercanía con el pueblo y de enorme alegría y entusiasmo. Atendió la urgencia de mayor y mejor infraestructura para la ciudad que continuaba desbordándose. Supo dar continuidad a obras no terminadas de la administración anterior como el Centro de Congresos y el Teatro Metropolitano.

Estuvo en contacto con todos los sectores productivos logrando importantes avances en materia de crecimiento económico tanto en el campo como en la ciudad y entregó un Querétaro con mayor desarrollo, pero también con nuevos retos dadas las crecientes

inmigraciones, la multiplicación del sector terciario y el reordenamiento de las zonas metropolitanas.

Jorge López Portillo culminó como gobernador interino el sexenio, al solicitar José Calzada licencia para sumarse al gabinete de Enrique Peña Nieto como titular de la Sagarpa.

Tras cerrada elección, Francisco Domínguez Servién abanderado del PAN, obtuvo la gubernatura volviendo la alternancia a la entidad. La transición no fue del todo cordial aunque no rebasó los límites naturales del cambio de mando y cambio de partido en el poder. Querétaro no abandonó su estatus de crecimiento durante dicha administración aunque se vio impactado seriamente por la pandemia del Covid 19 y las elecciones generales de 2018.

Ciertamente pesaron también las decisiones centralistas como la desaparición de guarderías federales, el desabasto de medicamentos en el sector salud, la zigzagueante política para contener el Covid, y la anulación de escuelas de tiempo completo.

Se apostó en cambio a nueva infraestructura para el transporte público con la construcción de los Ejes Estructurantes; éstos funcionaron, no así el nuevo transporte que sufrió serio descenso de demanda por la pandemia y falta de acuerdos en relación con concesionarios. Se incrementó la infraestructura urbana, significada en los trabajos de modernización del Bulevard Bernardo Quintana y en restauración y ampliación de caminos carreteros.

En cultura se creó el Museo de Arte Contemporáneo y se prodigaron o conservaron eventos que alimentaron convivencia y alegría como el Trova Fest, el Hay Querétaro, festivales de jazz y otros más que

dieron cuenta del nuevo cosmopolitismo en una ciudad que hace mucho dejó de ser cuasi monástica y conventual.

En definitiva y pese a deficiencias obvias, Querétaro ha avanzado de manera integral en las últimas décadas como ningún estado de la República lo ha hecho, incluidos los explosivos destinos turísticos del Caribe y de Baja California.

Los retos trascendentes que hoy enfrenta Mauricio Kuri se centran en concitar la unidad social; promover el orden; custodiar las libertades y derechos ciudadanos; mantener la paz, reforzando la seguridad mediante capacitación y mejora de equipo humano y material; administrar una mejor justicia que no deje grietas a la impunidad; y en definitiva, avanzar en la consecución, dinámica siempre, de un auténtico Estado de Derecho.