El organista, catedrático y compositor Víctor Urbán Velasco, falleció el pasado 18 de mayo a los 90 años: nacido en Tultepec, Estado de México, su trayectoria musical lo llevó a ofrecer conciertos en toda la República Mexicana y en países como Estados Unidos, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, El Salvador, Italia, El Vaticano - Basílica del Sacro Cuore, San Pablo Extramuros, Palacio de la Cancillería, Basílica de Santa María, iglesia de San Pablo y de Santa María de Guadalupe, y Basílica de San Pedro-, Suiza, Alemania, Austria, Francia, Bélgica, España, Holanda, Inglaterra, Rusia, China, Japón, India, Nepal y Tailandia.
Alegre, sencillo y modesto, como los realmente grandes, Víctor Urbán estuvo en Querétaro en varias ocasiones. Recuerdo una muy especial en 1994 cuando vino a reinaugurar con un concierto el bello y singular órgano barroco del Templo de Santa Rosa de Viterbo en |1994, signo del Querétaro moderno inclinado a apreciar, restaurar y reparar lo mucho que aún quedaba de su gran riqueza patrimonial e histórica.
Víctor Urbán fue director del Conservatorio Nacional de Música de México (1974-1977) y organista titular en el Órgano Monumental del Auditorio Nacional. Además, dirigió la Escuela de Bellas Artes del Estado de México, fue catedrático de órgano en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y presidente fundador de la Unión Nacional de Organistas de México A.C, entre otras muchas responsabilidades que a lo largo de su vida asumió con orgullo y dedicación.
En el prólogo a una edición impresa que recoge parte de los trabajos de restauración del órgano barroco, coro bajo y retablo de la Virgen de Guadalupe en el templo de Santa Rosa de Viterbo el entonces gobernador Enrique Burgos García destacaba su beneplácito por las obras de restauración que “desde hace años se llevan a cabo en el Templo y Convento de Santa Rosa de Viterbo; lenta labor, pero de largo alcance, emprendida y sostenida por el Patronato de Santa Rosa de Viterbo A.C.; minucioso y artístico trabajo de restauradores y eficaz apoyo de técnicos y de consejeros; pero sobre todo, feliz circunstancia, presencia y actividad de aquellos personajes históricos de hace tres siglos y de ilustres y conocedores patronos de hoy en día. Enhorabuena para el arte, la cultura y el patrimonio material y espiritual de Querétaro”.
En dichos trabajos de restauración se dieron en forma coordinada y oportuna las participaciones de la sociedad civil a través del patronato, de la comunidad salesiana, de la Iglesia de Querétaro encabezada entonces por Mons. Mario de Gasperín, del gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Social y de la Dirección de Sitios y Monumentos; y por supuesto del Gobierno del Estado encabezado en aquellos días por Enrique Burgos García, apoyando la continuidad de las obras.
De hecho el Patronato se había formado en febrero de 1976 como Asociación Civil debidamente registrada. Dicho organismo cobró fuerza en 1989 gracias al empeño del padre Juan Ignacio Calva y del delegado federal de la Sedue, Roberto Castellanos.
Con ello las obras de restauración se iniciaron en 1990 siendo gobernador Mariano Palacios Alcocer, con la participación activa de los tres órdenes de gobierno, la Iglesia y la comunidad.
Como se dijo, junto con la restauración integral del Coro Bajo y del Retablo de la Virgen de Guadalupe, entre otros trabajos, se llevó a cabo la del órgano barroco Walker instalado por Mariano de las Casas y costeado por don Juan Joachim se Zárate en el año de 1759. Con el tiempo y sus vicisitudes, el órgano fue deteriorándose al grado de que la Sedue (Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología creada por la Federación en 1982) planteó la posibilidad de trasladarlo a Holanda para su completa reparación.
En 1991 el Patronato de Santa Rosa invitó al maestro Víctor Urbán a dar un magno concierto a fin de obtener fondos para la restauración del instrumento.
El maestro Víctor Urbán vino y tras ofrecer el concierto solicitado destacó que el templo de Santa Rosa tenía un excelente órgano cuya restauración aconsejó, recomendando para tal empeño al Profesor Joachim Wesslowsky que había intervenido exitosamente en el rescate y mantenimiento del órgano de la Catedral Metropolitana. Wesslowsky fue contratado iniciándose los trabajos el 21 de febrero de 1992 para ser concluidos en noviembre de 1993.
El maestro restaurador escribió entre otros muchos apuntes: “(El teclado) fue diseñado para una organista. Porque las teclas naturales son muy angostas. El acabado es el mejor que he visto en los teclados de 9 órganos que he restaurado a la fecha en México.
“El diseño del mueble es extraordinario. También el coro bajo del templo de Santa Rosa de Viterbo, que resulta como un foro fuera de serie para música antigua y de cámara.
“Fue un reto la reconstrucción del órgano de Santa Rosa y estoy muy agradecido con todos los que hicieron posible el rescate de tan bello instrumento”.
La reconstrucción del órgano barroco fue sólo una página de la enorme labor que a lo largo de al menos siete decenios, la sociedad de Querétaro, acompañada por las autoridades civiles y, en su caso, eclesiásticas, ha sabido mantener para rescatar y restaurar su enorme patrimonio artístico, monumental e histórico.
Toca ahora avanzar más en la tarea de empatizar más el desarrollo y la modernización con el gran legado que nos fue heredado y que a veces parece colocarse en riesgo ante el alud de cambios de uso de suelo, la dispersión de la vocación comunitaria urbana, y el divorcio entre la ambición de crecimiento desordenado y los afanes de sustentabilidad y auténtica calidad de vida.