REENCUENTRO. Dizque para “unificar” al PRI queretano, el dirigente Juan José Ruiz dejó ver su reconciliación con dos de los arquitectos del fracaso del 2015: Marco Álvarez Malo, que le dio la espalda a todo el partido como coordinador de la campaña de Roberto Loyola, y María Alemán, diputada que va y viene entre el voto por el PRI, por Panal, del PAN y hasta de Morena en San Lázaro. Tan solo anda Ruiz en los pasillos del PRI que ya hasta los perdonó.
HISTORIA. Ahora que reapareció Marco Álvarez Malo, los priistas (¡románticos que son!) recordaron cómo descorazonó a la militancia, pero sobre todo al equipo loyolista, con aquellas fotos en redes sociales de sus vacaciones a todo lujo en un yate privado y en compañía de sus colaboradoras preferidas… ¡una semana después de perder las elecciones! Aunque la verdad lo más grave fue que siendo coordinador de la campaña prefirió entregar a su suegro en turno, y no a alguno de los conocedores que se ofrecieron, la cartera fundamental de estrategia electoral, el mapeo del voto pues. El resto de la historia ya se la saben.