DESPEDIDO. Gustavo Ángel Enríquez Briseño fue despedido del gobierno municipal de Tequisquiapan, donde se desempeñaba como titular del Órgano Interno de Control, tras tomarse 4 días de descanso sin aviso previo; eso sin considerar todas las irregularidades que han caracterizado su desempeño en este cargo, que ocupaba desde la administración del inefable exalcalde Raúl Orihuela.
LÍO. Era tanto su amor por el cargo que, pese a ser removido en febrero a petición del Cabildo, obtuvo un amparo que le fue otorgado por un juez para ser reinstalado. Y es que eran constante las quejas por sus malos tratos y porque amenazaba a los trabajadores, jamás tuvo buena relación con los trabajadores y mucho menos con su jefe, el alcalde Antonio Mejía quien no se anda con dudas y lo echó con firmeza.
Y LO QUE FALTA. Nos dicen que, ya despedido y bien descansado, Enríquez Briseño tendrá que enfrentar, además, un proceso por falta de probidad y honradez, porque resulta que cuando se enteró de que sería despedido por sus ausencias, argumentó que dos días los tomó a cuenta de vacaciones, pero no hay documento que lo justificara con anticipación.