LÍOS. Marcos Aguilar Vega es obseso de las redes sociales. Desde hace años, siendo diputado local, comenzó a mantener un equipo “de choque” en Twitter que, obviamente, creció significativamente cuando se convirtió en diputado federal y se multiplicó en la plenitud de su poder como alcalde capitalino, con dinero público por supuesto, y con el objetivo (fallido) de llegar a ser senador en 2018 y gobernador en 2021. Sólo así se entiende el silencio de MAV ante los señalamientos de la ESFE junto con Enrique Correa por presuntos malos manejos en el municipio de Querétaro, en contraste con el “renacimiento” de su ejército de tuiteros “porros” y su apoyo a la diputada de ultraderecha Elsa Méndez, para golpetear juntos al panismo que ahora los repudia.
SUSPENDIDO. También por eso, por direccionar ataques sistemáticos ahora que no tiene mucho que hacer en su diputación pluri, es que presuntamente Twitter bloqueó la cuenta personal del polémico Marcos Aguilar Vega y de varios de sus “colaboradores”, quienes (igualito que los de la 4T) achacan el desprestigio del lioso exalcalde a que “no lo quieren porque es diferente” o porque “se atrevió” a encabezar “el cambio”. Querétaro no lo merece.
FALLAS. Y será la manga del muerto, pero ahí están por toda la ciudad muchas obras fallidas, a modo de cenotafios del “cambio” y de las tristemente célebres ansias de Marcos Aguilar.
