CONFLICTO. Entre los muchos problemas que tiene Morena no está el Distrito I local. En otras elecciones ese territorio, corazón de la ciudad de Querétaro, era considerado bastión panista. Era, porque el partido de la 4T apuesta a ganarlo “en la mesa”, cortesía de la regidora y candidata del PAN, Dulce Ventura, quien es servidora pública -síndica- en funciones, violentando el acuerdo de cancha pareja emitido por el INE el 21 de diciembre.
CAPRICHO. Esta doble función la llevaría a perder el distrito aun en caso de ganar la votación del 6 de junio, ya que viola el principio de equidad de la contienda. Al ser síndica en funciones y rehusarse a pedir licencia, Dulce Ventura tiene autoridad, jerarquía e influencia dentro de la administración capitalina. Y todo por la negativa de ella a renunciar a su sueldo durante 45 días, como sí hicieron todos los demás candidatos.
PRI. Ni María Alemán en Querétaro ni Héctor González en Corregidora jugarán a ganar en la elección del 6 de junio, porque más bien ya garantizaron que no van a perder: los candidatos del PRI a alcaldes se pusieron hasta arriba en la lista de regidores plurinominales.