/ lunes 6 de septiembre de 2021

Cultura Tributaria | Buen contribuyente 

En el aspecto tributario debe atenderse de una manera muy especial a la integridad que como ciudadanos debemos mostrar en el cumplimiento de las obligaciones fiscales, consistentes en la obligación sustantiva de pagar, sin dejar a un lado las formales que consisten en presentar avisos, declaraciones y otros, con el resultado favorable de que entre más personas contribuyamos muchas más posibilidades de desarrollo colectivo existirán.

\u0009Vivir en el mejor lugar es una de las expectativas ordinarias de los ciudadanos, donde los servicios que otorga el Estado sean satisfactorios, salud, educación, impartición de justicia, comunicaciones y otros tantos servicios, pero en ello debe atenderse a una verdadera conciencia de los ciudadanos para cumplir de manera voluntaria con las obligaciones, porque observa la correcta aplicación de los recursos por parte de los funcionarios.

\u0009En la actualidad, el hecho de no pagar impuestos es popularmente considerado un acto de astucia más que una infracción o delito, en lo general las personas llegan a pensar que los que no pagan son más inteligentes que los que no lo hacen, otros tantos encuentran una diversidad de justificaciones para el incumplimiento o para la evasión consciente, en México dejar de pagar obedece no solamente a las políticas fiscales sino también a un fenómeno social y cultural, moral tributaria y corrupción.

Así entonces la moral del ciudadano es un elemento fundamental en el cumplimiento, entendiendo como tal, a todo el conglomerado de creencias, aptitudes, opiniones versadas y costumbres en forma de leyes y normas que puede tener una persona. La personalidad de un sujeto debe tener como mínimo una conducta ética aceptable, para poder pertenecer a un grupo social, esta se consigue a través de los valores morales conseguidos mediante la correcta educación.

En ese sentido, debe resaltarse entonces la moralidad de los contribuyentes, rescatando todas la virtudes y valores en el cumplimiento de ese deber, ello con la idea clara de que se trata de aportar en solidaridad para cubrir los satisfactores de las necesidades de la población que eleve de manera natural el nivel de vida de todos los ciudadanos, debe incrementarse la divulgación de una cultura tributaria en todas las personas, que bien puede comenzar desde las instituciones educativas.

Entre las múltiples razones que hacen que se presente la evasión está la falta de ética y moral de los contribuyentes a causa de una educación, en ocasiones débil y frágil y en otras nula en la enseñanza y construcción de principios y valores como equidad, respeto y honestidad, generando resultados negativos como fraude, robo y corrupción, los cuales están afectando directamente el desarrollo no solo de las empresas sino también del país.

Del lado de los legisladores, gobernantes y demás funcionarios desde el diseño de las normas fiscales hasta la aplicación de los recursos debe atenderse tanto a la ética como a la moral de los participantes, donde en su creación se cumpla con los principios básicos de la tributación como la proporcionalidad y la equidad, sin atender solamente a la necesidad de dinero por parte del Estado, en la conciencia que esa necesidad no justifica violentar la naturaleza ni las leyes en perjuicio del ciudadano.

Por parte del contribuyente, el incumplimiento se basa especialmente en argumentos de desconfianza, siendo el primero en la percepción el tema de la corrupción, sin embargo normalmente se atribuye esta conducta solo al funcionario sin ver que para que ello se de, hacen falta dos, así en tanto los particulares no dejemos de participar en esa conducta no ha de disminuir ese nivel, en el entendido de que por hoy, la norma sanciona a las dos partes.

El gobierno se ha ocupado de una manera muy especial en diseñar estrategias que ayuden a control y reducir la evasión, por hoy con el usos de tecnologías de la información de manera principal, pero el problema continua observándose tristemente en todos los niveles, tanto económico, político, social y cultural, donde nos seguimos ocupando del interés personal sobre el general, sin duda en estos tiempos, es de absoluta importancia observar un ataque real a la corrupción y a la impunidad, donde los funcionarios hagan su trabajo conforme a las leyes sin decisiones arbitrarias contra los contribuyentes al amparo de la presunción de legalidad de sus actos o resoluciones.


Comentarios: Sergio@ledezma-martinez.com

Facebook : Sergio.ledezma.58

En el aspecto tributario debe atenderse de una manera muy especial a la integridad que como ciudadanos debemos mostrar en el cumplimiento de las obligaciones fiscales, consistentes en la obligación sustantiva de pagar, sin dejar a un lado las formales que consisten en presentar avisos, declaraciones y otros, con el resultado favorable de que entre más personas contribuyamos muchas más posibilidades de desarrollo colectivo existirán.

\u0009Vivir en el mejor lugar es una de las expectativas ordinarias de los ciudadanos, donde los servicios que otorga el Estado sean satisfactorios, salud, educación, impartición de justicia, comunicaciones y otros tantos servicios, pero en ello debe atenderse a una verdadera conciencia de los ciudadanos para cumplir de manera voluntaria con las obligaciones, porque observa la correcta aplicación de los recursos por parte de los funcionarios.

\u0009En la actualidad, el hecho de no pagar impuestos es popularmente considerado un acto de astucia más que una infracción o delito, en lo general las personas llegan a pensar que los que no pagan son más inteligentes que los que no lo hacen, otros tantos encuentran una diversidad de justificaciones para el incumplimiento o para la evasión consciente, en México dejar de pagar obedece no solamente a las políticas fiscales sino también a un fenómeno social y cultural, moral tributaria y corrupción.

Así entonces la moral del ciudadano es un elemento fundamental en el cumplimiento, entendiendo como tal, a todo el conglomerado de creencias, aptitudes, opiniones versadas y costumbres en forma de leyes y normas que puede tener una persona. La personalidad de un sujeto debe tener como mínimo una conducta ética aceptable, para poder pertenecer a un grupo social, esta se consigue a través de los valores morales conseguidos mediante la correcta educación.

En ese sentido, debe resaltarse entonces la moralidad de los contribuyentes, rescatando todas la virtudes y valores en el cumplimiento de ese deber, ello con la idea clara de que se trata de aportar en solidaridad para cubrir los satisfactores de las necesidades de la población que eleve de manera natural el nivel de vida de todos los ciudadanos, debe incrementarse la divulgación de una cultura tributaria en todas las personas, que bien puede comenzar desde las instituciones educativas.

Entre las múltiples razones que hacen que se presente la evasión está la falta de ética y moral de los contribuyentes a causa de una educación, en ocasiones débil y frágil y en otras nula en la enseñanza y construcción de principios y valores como equidad, respeto y honestidad, generando resultados negativos como fraude, robo y corrupción, los cuales están afectando directamente el desarrollo no solo de las empresas sino también del país.

Del lado de los legisladores, gobernantes y demás funcionarios desde el diseño de las normas fiscales hasta la aplicación de los recursos debe atenderse tanto a la ética como a la moral de los participantes, donde en su creación se cumpla con los principios básicos de la tributación como la proporcionalidad y la equidad, sin atender solamente a la necesidad de dinero por parte del Estado, en la conciencia que esa necesidad no justifica violentar la naturaleza ni las leyes en perjuicio del ciudadano.

Por parte del contribuyente, el incumplimiento se basa especialmente en argumentos de desconfianza, siendo el primero en la percepción el tema de la corrupción, sin embargo normalmente se atribuye esta conducta solo al funcionario sin ver que para que ello se de, hacen falta dos, así en tanto los particulares no dejemos de participar en esa conducta no ha de disminuir ese nivel, en el entendido de que por hoy, la norma sanciona a las dos partes.

El gobierno se ha ocupado de una manera muy especial en diseñar estrategias que ayuden a control y reducir la evasión, por hoy con el usos de tecnologías de la información de manera principal, pero el problema continua observándose tristemente en todos los niveles, tanto económico, político, social y cultural, donde nos seguimos ocupando del interés personal sobre el general, sin duda en estos tiempos, es de absoluta importancia observar un ataque real a la corrupción y a la impunidad, donde los funcionarios hagan su trabajo conforme a las leyes sin decisiones arbitrarias contra los contribuyentes al amparo de la presunción de legalidad de sus actos o resoluciones.


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