/ lunes 17 de junio de 2019

Desde la Izquierda

Inmigración ¿podemos acoger a todo mundo?


Lo que era un asunto sin muchas consecuencias gubernamentales, ni mucho menos un problema de Estado, se ha convertido hoy en una auténtica crisis política. Si bien es cierto que la imposición de impuestos y una guerra comercial hubiera puesto a México contra la lona, también lo es que nos invade una realidad insoslayable que es estar bajo el yugo del gobierno estadunidense de una u otra manera.

El fenómeno de la inmigración como tal no ha influido en nuestro país en los procesos electorales como en la Unión Americana; allá forma parte de la retórica de los candidatos para ganar adeptos y exacerba temas de xenofobia, racismo y derechos humanos porque identifican constantemente la inmigración como uno de sus principales problemas. En nuestro país empieza a formar parte importante de la opinión pública, ya que al renunciar a varios principios sobre migración, el gobierno de la 4T tendrá que elegir, entre dejar pasar a territorio nacional a miles de centroamericanos y generarles políticas públicas que les den oportunidades de sobrevivir con alimentación, salud, educación, trabajo y bienestar mientras esperan en México o atender las múltiples demandas de la sociedad mexicana que se encuentran en condiciones de extrema pobreza que también exigen oportunidades.

AMLO se encontró entre la disyuntiva de haber dejado que se impusieran las tarifas del 5% en donde aún había estrategias de defensa o simplemente haber aceptado ser el patio trasero de EUA, cuidándole su frontera a través de la nuestra; sin duda habrá que cambiar la mirada sobre el tema porque tendrá consecuencias que habrán de calar hondo en las próximas elecciones; aquella frase de primero los pobres hoy se ve amenazada por otros más pobres que vienen de fuera.

Queda claro que de aquí en adelante ya no será posible presentarse a unas elecciones sin una postura clara sobre la inmigración, el fenómeno va a formar parte de todos los discursos, locales y nacionales, pero que de momento juega en contra de la mal llamada izquierda de AMLO, porque ésta no es una izquierda fiel a sí misma al desprenderse de argumentos y políticas claras al respecto por complacer a Trump; sus votantes hoy sienten que no hay certeza y que existe angustia por el futuro, los hace pensar mucho sobre los extranjeros que vengan a quitar oportunidades y como el tema empieza agitar a la sociedad.

El plan Marshall presentado por Obrador para los países de Centroamérica que incluye inversiones en obras públicas, energía y proyectos agrícolas no tiene el aval de los Estados Unidos, genera más interrogantes que soluciones y faltaría ver si hay consecuencias favorables para los nacionales, ya que se estructuró desde la óptica de las políticas de control de fronteras, de gestión de relaciones laborales, de intereses económicos y relaciones internacionales pero nunca desde una perspectiva nacional pensando en los mexicanos.

Ulises Gómez de la Rosa

Director General de ICATEQ

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Inmigración ¿podemos acoger a todo mundo?


Lo que era un asunto sin muchas consecuencias gubernamentales, ni mucho menos un problema de Estado, se ha convertido hoy en una auténtica crisis política. Si bien es cierto que la imposición de impuestos y una guerra comercial hubiera puesto a México contra la lona, también lo es que nos invade una realidad insoslayable que es estar bajo el yugo del gobierno estadunidense de una u otra manera.

El fenómeno de la inmigración como tal no ha influido en nuestro país en los procesos electorales como en la Unión Americana; allá forma parte de la retórica de los candidatos para ganar adeptos y exacerba temas de xenofobia, racismo y derechos humanos porque identifican constantemente la inmigración como uno de sus principales problemas. En nuestro país empieza a formar parte importante de la opinión pública, ya que al renunciar a varios principios sobre migración, el gobierno de la 4T tendrá que elegir, entre dejar pasar a territorio nacional a miles de centroamericanos y generarles políticas públicas que les den oportunidades de sobrevivir con alimentación, salud, educación, trabajo y bienestar mientras esperan en México o atender las múltiples demandas de la sociedad mexicana que se encuentran en condiciones de extrema pobreza que también exigen oportunidades.

AMLO se encontró entre la disyuntiva de haber dejado que se impusieran las tarifas del 5% en donde aún había estrategias de defensa o simplemente haber aceptado ser el patio trasero de EUA, cuidándole su frontera a través de la nuestra; sin duda habrá que cambiar la mirada sobre el tema porque tendrá consecuencias que habrán de calar hondo en las próximas elecciones; aquella frase de primero los pobres hoy se ve amenazada por otros más pobres que vienen de fuera.

Queda claro que de aquí en adelante ya no será posible presentarse a unas elecciones sin una postura clara sobre la inmigración, el fenómeno va a formar parte de todos los discursos, locales y nacionales, pero que de momento juega en contra de la mal llamada izquierda de AMLO, porque ésta no es una izquierda fiel a sí misma al desprenderse de argumentos y políticas claras al respecto por complacer a Trump; sus votantes hoy sienten que no hay certeza y que existe angustia por el futuro, los hace pensar mucho sobre los extranjeros que vengan a quitar oportunidades y como el tema empieza agitar a la sociedad.

El plan Marshall presentado por Obrador para los países de Centroamérica que incluye inversiones en obras públicas, energía y proyectos agrícolas no tiene el aval de los Estados Unidos, genera más interrogantes que soluciones y faltaría ver si hay consecuencias favorables para los nacionales, ya que se estructuró desde la óptica de las políticas de control de fronteras, de gestión de relaciones laborales, de intereses económicos y relaciones internacionales pero nunca desde una perspectiva nacional pensando en los mexicanos.

Ulises Gómez de la Rosa

Director General de ICATEQ

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

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