/ lunes 19 de agosto de 2019

Desde la Izquierda

Jaque mate al PRI


La vida electoral de México ha evolucionado tanto en los últimos 20 años que hoy nos ha gobernado la derecha, el centro derecha y la izquierda; y esto es producto de una cultura democrática que abre brecha en la sociedad mexicana y ha obligado a que los partidos políticos sean más abiertos a la sociedad y cumplan con sus expectativas en la participación política, tanto que sus propios militantes han dejado de ser agentes pasivos y se han convertido en actores que exigen estar en las tomas de decisiones y formar parte activa de su vida institucional.

Pero no todos los partidos quieren evolucionar según el dictar de la sociedad y de sus militantes, por eso el PRI no tiene remedio, ha dejado pasar nuevamente la oportunidad de renovarse democráticamente; lejos de ello se sienten muy orgullosos de aplicarse mutuamente toda clase de artimañas electoreras para defraudarse entre sí mismos, alejando con ello más a su voto duro.

La elección interna del PRI fue como un déjà vu, un caso raro ya vivido pero no ahí, tanto es su espíritu antidemocrático que no pudo generar una reconciliación con su militancia con todo y la presión que ejercieron, y peor aún, hoy su élite de dirección se encuentra profundamente conflictuada e irreconciliable en la que sigue permeando un control vertical del mismo, con una organización interna altamente jerarquizada hoy en manos de los gobernadores.

Lo que ha quedado en evidencia es un franco distanciamiento con la sociedad civil que es abismal, acentuado por una carencia de empatía y de responsabilidad ante las demandas sociales y que ha dejado de ser un canal de representación social y un vínculo funcional entre el Estado y la sociedad, que se ha enfatizado por los últimos acontecimientos en el que sus principales líderes se encuentran acusados de corrupción, siendo procesados y encarcelados uno a uno.

El caso de Querétaro es aún más ilustrativo, su retroceso electoral se asemeja en mucho a un PRD que en 2008 juntaba igual número de votos en sus internas que hoy el PRI, pero aquí de los 10 mil votos obtenidos la mitad fueron ficticios a diferencia del PRD que fueron de carne y hueso. Esto deja al desnudo la crisis de liderazgo y representación que tienen, al que se le va a sumar otro hecho que ha prendido los focos rojos, ya que la Auditoría Superior de la Federación está por iniciar sendas demandas en contra del ex gobernador José Calzada Rivorosa por desvío de recursos que pondrá en jaque mate al tricolor rumbo al 2021.

La otra parte preocupante de esta elección interna ha sido, que aún y con las denuncias y evidencias cronológicas y cronometradas del flujo de votos y votantes, el INE en su regulación institucional-normativa no se haya pronunciado sobre ese fraude electoral, dejando libremente que los chacales les robaran a las hienas.

Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx

Jaque mate al PRI


La vida electoral de México ha evolucionado tanto en los últimos 20 años que hoy nos ha gobernado la derecha, el centro derecha y la izquierda; y esto es producto de una cultura democrática que abre brecha en la sociedad mexicana y ha obligado a que los partidos políticos sean más abiertos a la sociedad y cumplan con sus expectativas en la participación política, tanto que sus propios militantes han dejado de ser agentes pasivos y se han convertido en actores que exigen estar en las tomas de decisiones y formar parte activa de su vida institucional.

Pero no todos los partidos quieren evolucionar según el dictar de la sociedad y de sus militantes, por eso el PRI no tiene remedio, ha dejado pasar nuevamente la oportunidad de renovarse democráticamente; lejos de ello se sienten muy orgullosos de aplicarse mutuamente toda clase de artimañas electoreras para defraudarse entre sí mismos, alejando con ello más a su voto duro.

La elección interna del PRI fue como un déjà vu, un caso raro ya vivido pero no ahí, tanto es su espíritu antidemocrático que no pudo generar una reconciliación con su militancia con todo y la presión que ejercieron, y peor aún, hoy su élite de dirección se encuentra profundamente conflictuada e irreconciliable en la que sigue permeando un control vertical del mismo, con una organización interna altamente jerarquizada hoy en manos de los gobernadores.

Lo que ha quedado en evidencia es un franco distanciamiento con la sociedad civil que es abismal, acentuado por una carencia de empatía y de responsabilidad ante las demandas sociales y que ha dejado de ser un canal de representación social y un vínculo funcional entre el Estado y la sociedad, que se ha enfatizado por los últimos acontecimientos en el que sus principales líderes se encuentran acusados de corrupción, siendo procesados y encarcelados uno a uno.

El caso de Querétaro es aún más ilustrativo, su retroceso electoral se asemeja en mucho a un PRD que en 2008 juntaba igual número de votos en sus internas que hoy el PRI, pero aquí de los 10 mil votos obtenidos la mitad fueron ficticios a diferencia del PRD que fueron de carne y hueso. Esto deja al desnudo la crisis de liderazgo y representación que tienen, al que se le va a sumar otro hecho que ha prendido los focos rojos, ya que la Auditoría Superior de la Federación está por iniciar sendas demandas en contra del ex gobernador José Calzada Rivorosa por desvío de recursos que pondrá en jaque mate al tricolor rumbo al 2021.

La otra parte preocupante de esta elección interna ha sido, que aún y con las denuncias y evidencias cronológicas y cronometradas del flujo de votos y votantes, el INE en su regulación institucional-normativa no se haya pronunciado sobre ese fraude electoral, dejando libremente que los chacales les robaran a las hienas.

Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx

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