/ lunes 11 de noviembre de 2019

El Campo de los Sueños

Tenis sucios


En los primeros días del 2013, el siete veces ganador de la Tour de Francia, Lance Armstrong, reconoció en entrevista con Oprah Winfrey, la utilización de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento físico. La confesión de Armstrong, se dio después de que la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos, lo acusará de utilizar “el sistema más sofisticado, profesionalizado y exitoso de dopaje que el deporte jamás ha visto”. Años antes, el nombre de Lance Armstrong se vinculaba con el “hombre leyenda,” aquel que ganaba todas las competencias de ciclismo, después de haber sufrido cáncer testicular.

En 1989, quien fuera pelotero insignia y en ese momento manager de los Rojos de Cincinnati, Pete Rose, fue suspendido de toda actividad relacionada con el Beisbol de las Grandes Ligas, después de ser acusado de apostar en partidos del llamado del Rey de los Deportes. Rose pasó de seguro integrante del Salón de la Fama, al ostracismo.

El 5 de agosto de 2013, la oficina del comisionado de las Grande Ligas de Beisbol, suspendió a trece jugadores por violaciones a su programa antidopaje, dentro de ellos, Alex Rodríguez, quien gran parte de su carrera fue considerado el más grande pelotero de su generación, lo que le permitió firmar contratos salariales que en suma superaron los 525 millones de dólares. A pesar de su abultada cuenta de banco, Rodríguez, fue recibido con un ensordecedor abucheo, al tomar el bate en su partido de esa noche.

Con tristeza observamos que los titulares con grandes hazañas, esfuerzos sobre humanos, muestras de pundonor y tenacidad en el deporte, son sustituidos en forma recurrente por los escándalos dentro o fuera del campo de juego. La lista es extensa, desde evasores fiscales como Julio César Chávez, hasta presuntos homicidas como el atleta para olímpico Oscar Pistoruis y los jugadores de futbol americano Aaron Hernández y O. J Simpson.

¿Dónde quedaron las actuaciones ejemplares de deportistas como Jesse Owens, Jackie Robinson, Roberto Clemente o Lou Gehrig?

Un estudio de la consultoría A.T Kearney, estima el valor del deporte a nivel mundial en 620 mil millones de dólares, lo que lo convierte en una de las industrias más poderosas de nuestra sociedad. Por su parte, de acuerdo a la revista Forbes, dentro de los multimillonarios abundan los deportistas. Por si fuera poco, la sociedad actual tiende a otorgar un estatus superior a quien sobresale en el deporte.

El deporte es sin lugar a dudas de las actividades que inculcan mayores virtudes y hábitos en las personas. En el aprendemos sobre disciplina, amor a la camiseta, tenacidad, cultura del esfuerzo, humildad, templanza, compañerismo y justicia. Más allá del valor económico y del estatus social que otorga el deporte, son estas virtudes las que deben de motivar su ejercicio.

De inculcar en nuestros niños y jóvenes en el ejercicio del deporte como actividad virtuosa, estaremos en posibilidad de dar a nuestra sociedad ejemplos de vida como Jesse Owens, Jackie Robinson, Roberto Clemente o Lou Gehrig; no obstante, si lo que nos mueve es exclusivamente el apetito económico o el estatus social, seguramente brindaremos otros titulares con “tenis sucios”, como los de Lance Armstrong, Alex Rodríguez o O.J. Simpson.

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

Tenis sucios


En los primeros días del 2013, el siete veces ganador de la Tour de Francia, Lance Armstrong, reconoció en entrevista con Oprah Winfrey, la utilización de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento físico. La confesión de Armstrong, se dio después de que la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos, lo acusará de utilizar “el sistema más sofisticado, profesionalizado y exitoso de dopaje que el deporte jamás ha visto”. Años antes, el nombre de Lance Armstrong se vinculaba con el “hombre leyenda,” aquel que ganaba todas las competencias de ciclismo, después de haber sufrido cáncer testicular.

En 1989, quien fuera pelotero insignia y en ese momento manager de los Rojos de Cincinnati, Pete Rose, fue suspendido de toda actividad relacionada con el Beisbol de las Grandes Ligas, después de ser acusado de apostar en partidos del llamado del Rey de los Deportes. Rose pasó de seguro integrante del Salón de la Fama, al ostracismo.

El 5 de agosto de 2013, la oficina del comisionado de las Grande Ligas de Beisbol, suspendió a trece jugadores por violaciones a su programa antidopaje, dentro de ellos, Alex Rodríguez, quien gran parte de su carrera fue considerado el más grande pelotero de su generación, lo que le permitió firmar contratos salariales que en suma superaron los 525 millones de dólares. A pesar de su abultada cuenta de banco, Rodríguez, fue recibido con un ensordecedor abucheo, al tomar el bate en su partido de esa noche.

Con tristeza observamos que los titulares con grandes hazañas, esfuerzos sobre humanos, muestras de pundonor y tenacidad en el deporte, son sustituidos en forma recurrente por los escándalos dentro o fuera del campo de juego. La lista es extensa, desde evasores fiscales como Julio César Chávez, hasta presuntos homicidas como el atleta para olímpico Oscar Pistoruis y los jugadores de futbol americano Aaron Hernández y O. J Simpson.

¿Dónde quedaron las actuaciones ejemplares de deportistas como Jesse Owens, Jackie Robinson, Roberto Clemente o Lou Gehrig?

Un estudio de la consultoría A.T Kearney, estima el valor del deporte a nivel mundial en 620 mil millones de dólares, lo que lo convierte en una de las industrias más poderosas de nuestra sociedad. Por su parte, de acuerdo a la revista Forbes, dentro de los multimillonarios abundan los deportistas. Por si fuera poco, la sociedad actual tiende a otorgar un estatus superior a quien sobresale en el deporte.

El deporte es sin lugar a dudas de las actividades que inculcan mayores virtudes y hábitos en las personas. En el aprendemos sobre disciplina, amor a la camiseta, tenacidad, cultura del esfuerzo, humildad, templanza, compañerismo y justicia. Más allá del valor económico y del estatus social que otorga el deporte, son estas virtudes las que deben de motivar su ejercicio.

De inculcar en nuestros niños y jóvenes en el ejercicio del deporte como actividad virtuosa, estaremos en posibilidad de dar a nuestra sociedad ejemplos de vida como Jesse Owens, Jackie Robinson, Roberto Clemente o Lou Gehrig; no obstante, si lo que nos mueve es exclusivamente el apetito económico o el estatus social, seguramente brindaremos otros titulares con “tenis sucios”, como los de Lance Armstrong, Alex Rodríguez o O.J. Simpson.

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

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