/ domingo 14 de agosto de 2022

El cronista sanjuanense | 1764. Ajofrín en San Juan del Río


Diversos personajes han cruzado las tierras de San Juan del Río desde hace siglos, en diferentes épocas. Muchos de ellos escribieron lo que vieron, ya sea por encargo, gusto o afición.

Uno de ellos fue el fraile Francisco de Ajofrín (Bonifacio Castellano Lara), español nacido en Ajofrín (de donde tomó el nombre), provincia de Toledo, el 20 de mayo de 1719. Fue un religioso capuchino, misionero, que también fue historiador, biógrafo y escritor.

Entre uno de sus tantos escritos, destaca su diario del viaje que por orden de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide hizo a la América Septentrional en compañía de Fray Fermín de Olite. En este manuscrito, el fraile Ajofrín hace una descripción de lo que va observando en cada tanto y en cada pueblo, villa y ciudad que cruza.

En el año 1764 llegó a San Juan del Río y los describió así.

“Desde las Palmillas a San Juan del Río hay muchos ranchos de indios, para reforzarse de la molestia que causan las piedras del camino. Este pueblo de San Juan del Río tiene muchas familias de indios otomíes, que es el idioma común por todo ese rumbo; y también le habitan muchos españoles, mestizos y mulatos, administrados todos en lo espiritual por un cura y dos vicarios. Los naturales o indios tienen su iglesia aparte donde celebran sus funciones, y como República numerosa de indios, tiene su gobernador de la misma nación y lengua. Hay también un teniente corregidor español para el gobierno civil y político, sujeto al corregidor de Querétaro. Los frutos del país son trigo, maíz y cebada, con buenos pastos para el ganado de toda suerte. El comercio en la villa es considerable, por ser la puerta y paso para toda tierra adentro. Hay un convento de padres dominicos y de San Juan de Dios, en cuya portería se venera una efigie de Cristo que dicen apareció allí pintada en la pared. También hay un beaterio de terceras franciscanas.”

“Salí de San Juan del Río por la mañana al puente de La Estancia, dos leguas; hay varios ranchos y haciendas, y las cebadas aunque no muy crecidas, estaban ya para cegarse. Nota: que desde Querétaro volví a San Juan del Río el sábado de ramos y desde el puente a San Juan me cogió una furiosísima tempestad de truenos y relámpagos, y caían tantas centellas y rayos, que causaron muchos estragos y muertes en los pueblos vecinos."

“De La Estancia fui a la hacienda de Robles, tres leguas, y aquí comí. En todo este terreno hay tantas lucernitas (luciérnagas) de noche y de tantos brillos, que a mi regreso a San Juan del Río me causaban singular pavor por lo inusitado y no menos diversión por lo lucido. De Robles a La Venta y hacienda La Noria, tres; mal agua; a dormir a la ciudad de Querétaro, dos leguas, y mal camino por las piedras. Desde el puente de La Estancia a Querétaro hay muchos ranchos de indios. La jornada de hoy fueron 10 leguas muy largas.”

“En Querétaro me fui al colegio de la Santa Cruz, de padres misioneros Franciscanos de la congregación de Propaganda Fide, que llaman Crucíferos... Intitulase Santiago de Querétaro esta capital; tiene Corregidor, y bajo de su gobierno están diecisiete pueblos con dos cabeceras, que son San Juan del Río y San Pedro Tolimán.”

“San Juan del Río tiene en su jurisdicción: San Pedro Ahuacatlán, Santa María Tequisquiapan, San Sebastián, San Bartolomé del Pino, San Miguel de Thi, Santa María Amealco, San Juan de Guedo y varias haciendas. A San Pedro Tolimán están sujetos los siguientes: San Miguel, San Pablo, San Andrés, San Antonio y Tolimanejo, con algunas haciendas.”


Diversos personajes han cruzado las tierras de San Juan del Río desde hace siglos, en diferentes épocas. Muchos de ellos escribieron lo que vieron, ya sea por encargo, gusto o afición.

Uno de ellos fue el fraile Francisco de Ajofrín (Bonifacio Castellano Lara), español nacido en Ajofrín (de donde tomó el nombre), provincia de Toledo, el 20 de mayo de 1719. Fue un religioso capuchino, misionero, que también fue historiador, biógrafo y escritor.

Entre uno de sus tantos escritos, destaca su diario del viaje que por orden de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide hizo a la América Septentrional en compañía de Fray Fermín de Olite. En este manuscrito, el fraile Ajofrín hace una descripción de lo que va observando en cada tanto y en cada pueblo, villa y ciudad que cruza.

En el año 1764 llegó a San Juan del Río y los describió así.

“Desde las Palmillas a San Juan del Río hay muchos ranchos de indios, para reforzarse de la molestia que causan las piedras del camino. Este pueblo de San Juan del Río tiene muchas familias de indios otomíes, que es el idioma común por todo ese rumbo; y también le habitan muchos españoles, mestizos y mulatos, administrados todos en lo espiritual por un cura y dos vicarios. Los naturales o indios tienen su iglesia aparte donde celebran sus funciones, y como República numerosa de indios, tiene su gobernador de la misma nación y lengua. Hay también un teniente corregidor español para el gobierno civil y político, sujeto al corregidor de Querétaro. Los frutos del país son trigo, maíz y cebada, con buenos pastos para el ganado de toda suerte. El comercio en la villa es considerable, por ser la puerta y paso para toda tierra adentro. Hay un convento de padres dominicos y de San Juan de Dios, en cuya portería se venera una efigie de Cristo que dicen apareció allí pintada en la pared. También hay un beaterio de terceras franciscanas.”

“Salí de San Juan del Río por la mañana al puente de La Estancia, dos leguas; hay varios ranchos y haciendas, y las cebadas aunque no muy crecidas, estaban ya para cegarse. Nota: que desde Querétaro volví a San Juan del Río el sábado de ramos y desde el puente a San Juan me cogió una furiosísima tempestad de truenos y relámpagos, y caían tantas centellas y rayos, que causaron muchos estragos y muertes en los pueblos vecinos."

“De La Estancia fui a la hacienda de Robles, tres leguas, y aquí comí. En todo este terreno hay tantas lucernitas (luciérnagas) de noche y de tantos brillos, que a mi regreso a San Juan del Río me causaban singular pavor por lo inusitado y no menos diversión por lo lucido. De Robles a La Venta y hacienda La Noria, tres; mal agua; a dormir a la ciudad de Querétaro, dos leguas, y mal camino por las piedras. Desde el puente de La Estancia a Querétaro hay muchos ranchos de indios. La jornada de hoy fueron 10 leguas muy largas.”

“En Querétaro me fui al colegio de la Santa Cruz, de padres misioneros Franciscanos de la congregación de Propaganda Fide, que llaman Crucíferos... Intitulase Santiago de Querétaro esta capital; tiene Corregidor, y bajo de su gobierno están diecisiete pueblos con dos cabeceras, que son San Juan del Río y San Pedro Tolimán.”

“San Juan del Río tiene en su jurisdicción: San Pedro Ahuacatlán, Santa María Tequisquiapan, San Sebastián, San Bartolomé del Pino, San Miguel de Thi, Santa María Amealco, San Juan de Guedo y varias haciendas. A San Pedro Tolimán están sujetos los siguientes: San Miguel, San Pablo, San Andrés, San Antonio y Tolimanejo, con algunas haciendas.”