/ domingo 21 de abril de 2019

El Cronista Sanjuanense

Semana Santa


Como en muchos lugares del mundo, las tradiciones cristianas en estas fechas toman gran importancia debido a que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, San Juan del Río no es la excepción. Las conmemoraciones inician desde el Viernes de Dolores, en que se coloca el altar a la Virgen de los Dolores o Dolorosa en templos, domicilios, negocios o en vía pública, recordando los siete dolores de la madre de Cristo: el primero, la profecía de Simeón “su cuerpo será para la salvación o condenación de muchos pecadores y a ti una espada te atravesará el corazón para que se descubran los pensamientos de muchos corazones”. El segundo, la persecución de Herodes y huida a Egipto, al ver a su hijo perseguido y tener que abandonar la patria. El tercero, el niño perdido y hallado en el templo; el dolor que significa para una madre perder a su hijo. El cuarto, cuando camino del calvario encuentra a su hijo cargado la cruz siendo humillado. El quinto, la crucifixión y agonía de Cristo. El sexto, recibirlo muerto en sus brazos: la Piedad. Y el séptimo, el entierro de Jesús.

Sigue el Domingo de Ramos, en que la comunidad cristiana conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, participan los feligreses en la bendición solemne de los Ramos. Desde el templo de Santo Domingo parte la procesión rumbo a la parroquia donde tiene lugar la celebración Eucarística del Domingo de Ramos. Los siguientes tres días, lunes, martes y miércoles, se realizan misas y rezos de Laudes durante cada mañana en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe. El Miércoles Santo los sacerdotes participan en la Misa Crismal en la Catedral de Querétaro y, por la tarde, reciben a los Santos Óleos en la parroquia de San Juan del Río. El Jueves Santo se lleva a cabo la misa en la Cena del Señor y posterior la procesión con la reserva Eucarística y Adoración con el Santísimo Sacramento. Los feligreses llevan a cabo la visita de las siete casas, una de las tradiciones de Semana Santa más arraigadas en el mundo católico, pues recuerda el trayecto y sacrificio de Jesús, desde el lugar de la Última Cena hasta el Monte Calvario, donde fue crucificado. El simbolismo de estas siete visitas conmemora siete estaciones: la primera recuerda la Última Cena, en la que Jesús lavó los pies a sus apóstoles, cenó con ellos y se dirigió a orar al huerto de Getsemaní o Monte de los Olivos, antes de ser entregado a las autoridades. En la segunda, se rememora el pasaje bíblico desde el huerto, donde Jesús fue preso cuando Judas lo entregó a los soldados, hasta la casa de Anás, suegro del sumo sacerdote Caifás. La tercera visita recuerda el momento en que Jesús fue interrogado por Anás, quien lo llevó con Caifás, mismo que opinó que Jesús muriera para salvar al pueblo. En la cuarta visita se recuerda cuando Caifás llevó a Cristo a casa del representante del César, Poncio Pilato, acusado por los judíos. El trayecto de la casa de Pilato al palacio del rey Herodes representa la quinta visita para recordar la forma en que Poncio se liberó de la responsabilidad de juzgar a Jesús. Sin embargo, Herodes no aceptó esa obligación y regresó a Jesús a casa de Pilato, donde fue azotado e investido con una corona de espinas y condenado a muerte. La última visita recuerda el recorrido de Jesús de casa de Pilato al Monte Calvario, llevando a cuestas la cruz en la que fue crucificado.

El Viernes Santo, para la iglesia católica es día de ayuno y abstinencia. El Viacrucis inicia en el atrio parroquial y continúa hasta El Calvario. La conmemoración del Camino de la Cruz se celebra en San Juan del Río desde hace muchos años, como una de las devociones o prácticas de oración más extendidas entre los católicos. El recorrido parte de la parroquia, va por toda la antigua calle de la Estación, que es la actual Vicente Guerrero, y sigue por la antigua calle de la Santa Veracruz, que hoy es la 2 de Abril. En los muros y a ciertos tramos, aún se observan las antiquísimas cruces de cantera morena que señalan las estaciones del Viacrucis, de allí el antiguo nombre de la calle de Guerrero: Calle de la Estación. Se le denominaba así porque en ella, desde tiempos antiguos, se conmemora la Pasión de Cristo en el Viernes Santo. Aún existe, en la casa marcada con el número 15 en el oriente de la Plaza Independencia, una cruz de cantera oscura dispuesta en un nicho sobre el muro que señala la primera de las estaciones. En el trayecto de las calles Guerrero y 2 de Abril, aún se observan de trecho en trecho, sobre los muros, cruces realzadas en cantera señalando las catorce estaciones. Casi a mitad de la calle Guerrero, en la acera oriente, hubo un nicho con una Santa Faz, esa que representa el paño con el que Verónica enjugó el rostro de Cristo en la vía dolorosa, camino del Calvario, esculpida en piedra y policromada, la cual ya desapareció. La procesión que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo se realiza con imágenes que se resguardan en el templo parroquial las cuales, con el debido respeto, son transportadas hasta el Calvario donde culmina el acto con la crucifixión. Al anochecer del Viernes Santo, se lleva a cabo el acto litúrgico de Adoración de la Santa Cruz, el desprendimiento en el Calvario y la Procesión del Silencio.

El Sábado Santo, se reza Laudes y se realizan ritos iniciales de los Catecúmenos; por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual. El Domingo de Resurrección o de Pascua, marca el final de la Semana Santa, se enciende el cirio pascual, símbolo de Cristo resucitado, y se realizan misas durante el día.

Semana Santa


Como en muchos lugares del mundo, las tradiciones cristianas en estas fechas toman gran importancia debido a que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, San Juan del Río no es la excepción. Las conmemoraciones inician desde el Viernes de Dolores, en que se coloca el altar a la Virgen de los Dolores o Dolorosa en templos, domicilios, negocios o en vía pública, recordando los siete dolores de la madre de Cristo: el primero, la profecía de Simeón “su cuerpo será para la salvación o condenación de muchos pecadores y a ti una espada te atravesará el corazón para que se descubran los pensamientos de muchos corazones”. El segundo, la persecución de Herodes y huida a Egipto, al ver a su hijo perseguido y tener que abandonar la patria. El tercero, el niño perdido y hallado en el templo; el dolor que significa para una madre perder a su hijo. El cuarto, cuando camino del calvario encuentra a su hijo cargado la cruz siendo humillado. El quinto, la crucifixión y agonía de Cristo. El sexto, recibirlo muerto en sus brazos: la Piedad. Y el séptimo, el entierro de Jesús.

Sigue el Domingo de Ramos, en que la comunidad cristiana conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, participan los feligreses en la bendición solemne de los Ramos. Desde el templo de Santo Domingo parte la procesión rumbo a la parroquia donde tiene lugar la celebración Eucarística del Domingo de Ramos. Los siguientes tres días, lunes, martes y miércoles, se realizan misas y rezos de Laudes durante cada mañana en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe. El Miércoles Santo los sacerdotes participan en la Misa Crismal en la Catedral de Querétaro y, por la tarde, reciben a los Santos Óleos en la parroquia de San Juan del Río. El Jueves Santo se lleva a cabo la misa en la Cena del Señor y posterior la procesión con la reserva Eucarística y Adoración con el Santísimo Sacramento. Los feligreses llevan a cabo la visita de las siete casas, una de las tradiciones de Semana Santa más arraigadas en el mundo católico, pues recuerda el trayecto y sacrificio de Jesús, desde el lugar de la Última Cena hasta el Monte Calvario, donde fue crucificado. El simbolismo de estas siete visitas conmemora siete estaciones: la primera recuerda la Última Cena, en la que Jesús lavó los pies a sus apóstoles, cenó con ellos y se dirigió a orar al huerto de Getsemaní o Monte de los Olivos, antes de ser entregado a las autoridades. En la segunda, se rememora el pasaje bíblico desde el huerto, donde Jesús fue preso cuando Judas lo entregó a los soldados, hasta la casa de Anás, suegro del sumo sacerdote Caifás. La tercera visita recuerda el momento en que Jesús fue interrogado por Anás, quien lo llevó con Caifás, mismo que opinó que Jesús muriera para salvar al pueblo. En la cuarta visita se recuerda cuando Caifás llevó a Cristo a casa del representante del César, Poncio Pilato, acusado por los judíos. El trayecto de la casa de Pilato al palacio del rey Herodes representa la quinta visita para recordar la forma en que Poncio se liberó de la responsabilidad de juzgar a Jesús. Sin embargo, Herodes no aceptó esa obligación y regresó a Jesús a casa de Pilato, donde fue azotado e investido con una corona de espinas y condenado a muerte. La última visita recuerda el recorrido de Jesús de casa de Pilato al Monte Calvario, llevando a cuestas la cruz en la que fue crucificado.

El Viernes Santo, para la iglesia católica es día de ayuno y abstinencia. El Viacrucis inicia en el atrio parroquial y continúa hasta El Calvario. La conmemoración del Camino de la Cruz se celebra en San Juan del Río desde hace muchos años, como una de las devociones o prácticas de oración más extendidas entre los católicos. El recorrido parte de la parroquia, va por toda la antigua calle de la Estación, que es la actual Vicente Guerrero, y sigue por la antigua calle de la Santa Veracruz, que hoy es la 2 de Abril. En los muros y a ciertos tramos, aún se observan las antiquísimas cruces de cantera morena que señalan las estaciones del Viacrucis, de allí el antiguo nombre de la calle de Guerrero: Calle de la Estación. Se le denominaba así porque en ella, desde tiempos antiguos, se conmemora la Pasión de Cristo en el Viernes Santo. Aún existe, en la casa marcada con el número 15 en el oriente de la Plaza Independencia, una cruz de cantera oscura dispuesta en un nicho sobre el muro que señala la primera de las estaciones. En el trayecto de las calles Guerrero y 2 de Abril, aún se observan de trecho en trecho, sobre los muros, cruces realzadas en cantera señalando las catorce estaciones. Casi a mitad de la calle Guerrero, en la acera oriente, hubo un nicho con una Santa Faz, esa que representa el paño con el que Verónica enjugó el rostro de Cristo en la vía dolorosa, camino del Calvario, esculpida en piedra y policromada, la cual ya desapareció. La procesión que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo se realiza con imágenes que se resguardan en el templo parroquial las cuales, con el debido respeto, son transportadas hasta el Calvario donde culmina el acto con la crucifixión. Al anochecer del Viernes Santo, se lleva a cabo el acto litúrgico de Adoración de la Santa Cruz, el desprendimiento en el Calvario y la Procesión del Silencio.

El Sábado Santo, se reza Laudes y se realizan ritos iniciales de los Catecúmenos; por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual. El Domingo de Resurrección o de Pascua, marca el final de la Semana Santa, se enciende el cirio pascual, símbolo de Cristo resucitado, y se realizan misas durante el día.