/ domingo 18 de agosto de 2019

El Cronista Sanjuanense

Un intento por demoler el Portal de Reyes


A la vera del Camino Real de Tierra Adentro, en pleno centro de la ciudad de San Juan del Río, está un edificio que en su fachada ostenta una arcada de 15 curvas conocido como Portal de Reyes, que fue nombrado así aludiendo a quien fuera uno de sus más notables dueños y aparentemente también su constructor, el licenciado Ignacio Reyes Rayón. Esta casona ocupaba la cuadra completa desde la antigua calle de Aguadores, hoy Hermenegildo Galeana, hasta el callejón de Chimoleras, actual Miguel Hidalgo Sur.

Este edificio histórico fue también conocido como el “Portal de don Virginio”, ya que el señor Virginio Rebollo fue propietario de gran parte de esta propiedad, así como de una tienda ferretería-mercería en la acera de enfrente; el resto de la cons­trucción fue propiedad de don Mariano Ugalde, quien también fue dueño de otro “portal”: el Mesón de la Unión, mejor conocido como el “Portal de la empacadora”, una arcada de siete arcos que se localiza también sobre la Avenida Juárez en la esquina con la calle San Luis Montañés.

Ignacio Reyes Rayón, quien firmara por Querétaro la Constitución Política de la República Mexicana de 1857, nació en San Juan del Río el 9 de marzo de 1804. Fue un hombre importante, fue senador de la República y varias veces diputado al Congreso de la Unión. Al morir, el 10 de noviembre de 1883, la arcada de la casa donde vivió por muchos años, adquirió su apellido.

En el Archivo Histórico Municipal de San Juan del Río se encuentra un do­cumento de Cabildo Ordinario de fecha 2 de diciembre de 1858 en el que se describe que en el año 1825 se concedió el permiso para construir el “portal” al mismísimo señor Reyes, pero se deja también informado que dichos do­cumentos no obran en el archivo y que el señor Reyes tenía que demostrar la posesión de la propiedad. Para ese tiempo había un inquilino o quizá el propietario de la casa contigua que alegaban dominio absoluto de este sitio, y fue entonces que el Ayuntamiento exigió que presentaran los títulos, cosa que no hicieron. Fue un intento de quitarle la propiedad al señor Reyes, pero la propiedad de la arcada en sí, la parte que sobresale a la calle.

Esto evidencia que existía, de antiguo, una disputa entre los dueños del edificio y el Ayuntamiento por la propiedad de los arcos, dado que fueron construidos sobre una acera pública. Sesenta años después, otro documento retoma el tema, aunque sus acuerdos, evidentemente, no se llegaron a ejecutar. Un acta de Cabildo del año 1918 en la que el Ayuntamiento acuerda, con dispensa de trámites, la demolición del Portal de Reyes “toda vez que existió la creencia de que el portal citado es del Municipio, puesto que allá se hace el Mercado Público desde tiempo inmemorial, y está colocado hacia afuera de la calle.” El Ayuntamiento por unanimidad acordó que fuera demo­lido “…si de la investigación que se haga resulta ser que el techo del Portal es de propiedad particular, pues que la corpora­ción tiene concepto muy fundado, de que dicho Portal es del Municipio y el pavimento es de uso público”.

En lo que era el total de la propiedad, en diferentes épocas, se instalaron varios locales mercantiles que ofertaron, entre otros, los famosos ópalos de la región, artesanías de vara, mimbre y madera, hilados y tejidos, fondas, restaurantes y bares. La construcción actual es una restauración hecha a principios de los años 90 del siglo XX, cuando surge el hotel con el apellido de aquel gran personaje de la historia de San Juan del Río.

Un dato. En el patio del Palacio de Gobierno del Estado de Querétaro (Casa del Corregimiento), hay murales alegóricos y de tres episodios de la historia de México, obras del artista Víctor Cauduro Rojas: el Águila Republicana; Independencia; Revolución y Constitución de 1917; el Sitio de Querétaro y Restauración de la República. En este último, aparece el libro de la constitución de 1857, abierto, y en la página izquierda el nombre de este ilustre sanjuanense: Ignacio Reyes. ¿Porqué? Porque fue el único que firmó esta Constitución por el estado de Querétaro.

Un intento por demoler el Portal de Reyes


A la vera del Camino Real de Tierra Adentro, en pleno centro de la ciudad de San Juan del Río, está un edificio que en su fachada ostenta una arcada de 15 curvas conocido como Portal de Reyes, que fue nombrado así aludiendo a quien fuera uno de sus más notables dueños y aparentemente también su constructor, el licenciado Ignacio Reyes Rayón. Esta casona ocupaba la cuadra completa desde la antigua calle de Aguadores, hoy Hermenegildo Galeana, hasta el callejón de Chimoleras, actual Miguel Hidalgo Sur.

Este edificio histórico fue también conocido como el “Portal de don Virginio”, ya que el señor Virginio Rebollo fue propietario de gran parte de esta propiedad, así como de una tienda ferretería-mercería en la acera de enfrente; el resto de la cons­trucción fue propiedad de don Mariano Ugalde, quien también fue dueño de otro “portal”: el Mesón de la Unión, mejor conocido como el “Portal de la empacadora”, una arcada de siete arcos que se localiza también sobre la Avenida Juárez en la esquina con la calle San Luis Montañés.

Ignacio Reyes Rayón, quien firmara por Querétaro la Constitución Política de la República Mexicana de 1857, nació en San Juan del Río el 9 de marzo de 1804. Fue un hombre importante, fue senador de la República y varias veces diputado al Congreso de la Unión. Al morir, el 10 de noviembre de 1883, la arcada de la casa donde vivió por muchos años, adquirió su apellido.

En el Archivo Histórico Municipal de San Juan del Río se encuentra un do­cumento de Cabildo Ordinario de fecha 2 de diciembre de 1858 en el que se describe que en el año 1825 se concedió el permiso para construir el “portal” al mismísimo señor Reyes, pero se deja también informado que dichos do­cumentos no obran en el archivo y que el señor Reyes tenía que demostrar la posesión de la propiedad. Para ese tiempo había un inquilino o quizá el propietario de la casa contigua que alegaban dominio absoluto de este sitio, y fue entonces que el Ayuntamiento exigió que presentaran los títulos, cosa que no hicieron. Fue un intento de quitarle la propiedad al señor Reyes, pero la propiedad de la arcada en sí, la parte que sobresale a la calle.

Esto evidencia que existía, de antiguo, una disputa entre los dueños del edificio y el Ayuntamiento por la propiedad de los arcos, dado que fueron construidos sobre una acera pública. Sesenta años después, otro documento retoma el tema, aunque sus acuerdos, evidentemente, no se llegaron a ejecutar. Un acta de Cabildo del año 1918 en la que el Ayuntamiento acuerda, con dispensa de trámites, la demolición del Portal de Reyes “toda vez que existió la creencia de que el portal citado es del Municipio, puesto que allá se hace el Mercado Público desde tiempo inmemorial, y está colocado hacia afuera de la calle.” El Ayuntamiento por unanimidad acordó que fuera demo­lido “…si de la investigación que se haga resulta ser que el techo del Portal es de propiedad particular, pues que la corpora­ción tiene concepto muy fundado, de que dicho Portal es del Municipio y el pavimento es de uso público”.

En lo que era el total de la propiedad, en diferentes épocas, se instalaron varios locales mercantiles que ofertaron, entre otros, los famosos ópalos de la región, artesanías de vara, mimbre y madera, hilados y tejidos, fondas, restaurantes y bares. La construcción actual es una restauración hecha a principios de los años 90 del siglo XX, cuando surge el hotel con el apellido de aquel gran personaje de la historia de San Juan del Río.

Un dato. En el patio del Palacio de Gobierno del Estado de Querétaro (Casa del Corregimiento), hay murales alegóricos y de tres episodios de la historia de México, obras del artista Víctor Cauduro Rojas: el Águila Republicana; Independencia; Revolución y Constitución de 1917; el Sitio de Querétaro y Restauración de la República. En este último, aparece el libro de la constitución de 1857, abierto, y en la página izquierda el nombre de este ilustre sanjuanense: Ignacio Reyes. ¿Porqué? Porque fue el único que firmó esta Constitución por el estado de Querétaro.