/ domingo 10 de abril de 2022

El cronista sanjuanense | La flora de San Juan del Río

Un estudio general arrojó que la flora de San Juan del Río se deduce como "Mezquital", que es una de las regiones comprendidas entre los 1,400 y 2,000 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, el mismo estudio muestra amplitud de flora.

La zona "Mezquital" está compuesta de árboles pequeños y grandes arbustos, como el mezquite, pirú o pirul (árbol del Perú), palo bobo, uña de gato, junco, huisache, garambullo, granjeno y nopal; dándose también plantas de tipo desértico, como la biznaga y los órganos.

Según investigaciones del historiador Rafael Ayala Echávarri, en la región de San Juan se pueden encontrar multitud de plantas, siendo las más abundantes, las siguientes:

Árboles y arbustos: acacias, capulincillos, cedro, ciprés, encino, fresno, higuerilla, laurel, madroño, morera negra y morera blanca o morus alba (sus hojas son alimento de los gusanos de seda, sus frutos son las moras). Nogal, palma, patol (chocolón), pino blanco, roble, sauce y tepozán.

Árboles y arbustos cultivados: aguacate, albaricoque, capulín, chirimoyo, cidra, durazno, granado, guayabo, higuera, limón dulce y limón agrio, manzano, membrillo, naranjo, parras o vid (vitis), perales, perones y tejocotes.

Plantas silvestres: acahual, aceitilla, jengibre, ajenjo, verdolagas, cardones, coyol, escobilla, gordolobo, hinojo, pericón, jara, jitomate, tomate y jaltomate negro y blanco, mala mujer, malvas, mastranzo, mostaza, ortiga, quelites, sábila, tianguis, trébol, yerba del venado, altamisa, conocida también con el nombre de artemisa.

Hernando de Vargas, en su Relación de Querétaro, hecha el año 1582, habla de la Artemisa, y dice que es maravillosa, que cicatriza y quita la tos, sobre todo es un gran medicamento. Fue descubierta en San Juan del Río pocos meses antes de hacerse la Relación. Él mismo la había experimentado en un castellano que tenía una herida penetrante, que se la había causado en el pecho con un puñal, curándolo con el zumo de la yerba. Que fue tan grande el efecto, que la sangre que tenía en forma de postema en el fondo de la herida —siendo alta y torcida— dificultaba su curación, pero a pesar de ello, había salido todo lo malo, quedando maravillosamente curado.

Esta yerba se parece a la altamisa, aunque más menuda y espesa —sigue narrando Hernando de Vargas—, que da una flor morada y pequeña, que en lengua otomí se le llamaba natehée y en lengua mexicana se le llamaba tlatlacistlyque, que quiere decir yerba de la tos, y que usan los indios otomíes, además de la cura de las heridas. Yerba de Santa María y zarzaparrilla.

Plantas cultivadas: acelgas, alcachofas, algodón, ajos, alpiste, apio, azafrán, betabel, borraja, cacahuate, calabazas, camote, caña de Castilla, cebada, cebolla, chía, chícharos, chiles de diversas clases; chayote, col, coliflor, colinabo, culantro o cilantro, espárragos, espinacas, espinosilla, fresas, frijol, garbanzo, habas, epazote, jícama, jitomate, lechuga, lenteja, linaza, lino, maíz, melón, papas, ruda, sandía, tabaco, tomate, trigo, yerbabuena y zanahorias.

Plantas venenosas: calabacilla, capulincillo, cicuta, guau y relajar.

Plantas para tintes: cascalote, muicle, palo dulce, sangre de drago y zacatlaxcala.

Maderas para construcción: álamo, cedro, encino, fresno, ocotillo, pino, roble y sabino.

Flores: agapando, alcatraz, alfombrilla, artemisa, amapola, azahar, azucena, campanela, caracol, chinos, claveles, dalias, espuela de caballero, flor de mayo, flor de nochebuena, flor de pasión, floripondio, geranio, huele de noche, hortensia, jazmín, lirio, laurel rosa y blanco, madreselva, manto de la Virgen, margarita, mirasol, mirto, mastuerzo, nardo, nopalillo, perritos, plumbago, pensamiento, rosas de Castilla y silvestre; quiebra plato, trompetilla, vara de San José, violeta, hiedra y cempasúchil.

Un estudio general arrojó que la flora de San Juan del Río se deduce como "Mezquital", que es una de las regiones comprendidas entre los 1,400 y 2,000 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, el mismo estudio muestra amplitud de flora.

La zona "Mezquital" está compuesta de árboles pequeños y grandes arbustos, como el mezquite, pirú o pirul (árbol del Perú), palo bobo, uña de gato, junco, huisache, garambullo, granjeno y nopal; dándose también plantas de tipo desértico, como la biznaga y los órganos.

Según investigaciones del historiador Rafael Ayala Echávarri, en la región de San Juan se pueden encontrar multitud de plantas, siendo las más abundantes, las siguientes:

Árboles y arbustos: acacias, capulincillos, cedro, ciprés, encino, fresno, higuerilla, laurel, madroño, morera negra y morera blanca o morus alba (sus hojas son alimento de los gusanos de seda, sus frutos son las moras). Nogal, palma, patol (chocolón), pino blanco, roble, sauce y tepozán.

Árboles y arbustos cultivados: aguacate, albaricoque, capulín, chirimoyo, cidra, durazno, granado, guayabo, higuera, limón dulce y limón agrio, manzano, membrillo, naranjo, parras o vid (vitis), perales, perones y tejocotes.

Plantas silvestres: acahual, aceitilla, jengibre, ajenjo, verdolagas, cardones, coyol, escobilla, gordolobo, hinojo, pericón, jara, jitomate, tomate y jaltomate negro y blanco, mala mujer, malvas, mastranzo, mostaza, ortiga, quelites, sábila, tianguis, trébol, yerba del venado, altamisa, conocida también con el nombre de artemisa.

Hernando de Vargas, en su Relación de Querétaro, hecha el año 1582, habla de la Artemisa, y dice que es maravillosa, que cicatriza y quita la tos, sobre todo es un gran medicamento. Fue descubierta en San Juan del Río pocos meses antes de hacerse la Relación. Él mismo la había experimentado en un castellano que tenía una herida penetrante, que se la había causado en el pecho con un puñal, curándolo con el zumo de la yerba. Que fue tan grande el efecto, que la sangre que tenía en forma de postema en el fondo de la herida —siendo alta y torcida— dificultaba su curación, pero a pesar de ello, había salido todo lo malo, quedando maravillosamente curado.

Esta yerba se parece a la altamisa, aunque más menuda y espesa —sigue narrando Hernando de Vargas—, que da una flor morada y pequeña, que en lengua otomí se le llamaba natehée y en lengua mexicana se le llamaba tlatlacistlyque, que quiere decir yerba de la tos, y que usan los indios otomíes, además de la cura de las heridas. Yerba de Santa María y zarzaparrilla.

Plantas cultivadas: acelgas, alcachofas, algodón, ajos, alpiste, apio, azafrán, betabel, borraja, cacahuate, calabazas, camote, caña de Castilla, cebada, cebolla, chía, chícharos, chiles de diversas clases; chayote, col, coliflor, colinabo, culantro o cilantro, espárragos, espinacas, espinosilla, fresas, frijol, garbanzo, habas, epazote, jícama, jitomate, lechuga, lenteja, linaza, lino, maíz, melón, papas, ruda, sandía, tabaco, tomate, trigo, yerbabuena y zanahorias.

Plantas venenosas: calabacilla, capulincillo, cicuta, guau y relajar.

Plantas para tintes: cascalote, muicle, palo dulce, sangre de drago y zacatlaxcala.

Maderas para construcción: álamo, cedro, encino, fresno, ocotillo, pino, roble y sabino.

Flores: agapando, alcatraz, alfombrilla, artemisa, amapola, azahar, azucena, campanela, caracol, chinos, claveles, dalias, espuela de caballero, flor de mayo, flor de nochebuena, flor de pasión, floripondio, geranio, huele de noche, hortensia, jazmín, lirio, laurel rosa y blanco, madreselva, manto de la Virgen, margarita, mirasol, mirto, mastuerzo, nardo, nopalillo, perritos, plumbago, pensamiento, rosas de Castilla y silvestre; quiebra plato, trompetilla, vara de San José, violeta, hiedra y cempasúchil.