/ domingo 24 de octubre de 2021

El cronista sanjuanense | San Juan del Río y la ocupación de su tierra


Aún cuando la ciudad de Querétaro era el rector de la región, San Juan del Río fue un sitio fundamental en el camino hacia el norte. En el siglo XVI le fue asignado el rango de Alcaldía; después el de Provincia, en el siglo XVII, y el de Distrito para los siglos XVIII y XIX. Por su situación geográfica fue centro de un determinado territorio de influencia a partir del cual crecieron pueblos, estancias, ranchos y haciendas, fungiendo como abastecedor de bienes, insumos y alimentos para las poblaciones sujetas a su jurisdicción, con base en la redefinición y construcción de caminos.

Posterior a la fundación española de San Juan del Río, ocurrida el 24 de junio de 1531, tenía cinco pueblos sujetos: San Bartolomé Amamoiza que significa “Álamo blanco”, hoy San Bartolomé del Pino en Amealco. San Juan Degodo que significa “Agua que lleva pedrezuelas”, hoy San Juan Dehedo en Amealco. Santiago Canqueza que significa “Troncón”, hoy Santiago Mexquititlán, Amealco. San Pedro Anzoni que significa “Pueblo de aguacates”, hoy San Pedro Ahuacatlán, San Juan del Río. Y Santa María Antes que significa “Tierra salitral”, hoy Tequisquiapan.

Para el siglo XVIII (1743), los pueblos sujetos a la jurisdicción de San Juan del Río, según un informe presentado al rey por el corregidor Esteban Gómez de Acosta, eran: Santa María de la Asunción de Tequisquiapan, San Pedro Ahuacatlán, San Sebastián de los Cajetes (de las Barrancas), San Bartolomé del Pino, San Miguel Detí, Santa María Amealco y San Juan Deguedó.

En ese mismo glosario, se asentó que había más de veintinueve haciendas de labor o ganado mayor y un crecido número de ranchos. Vivían en San Juan 2,069 familias de indios, 239 de mestizos, lobos, mulatos, esclavos y libres, y 191 de españoles. La cabecera estaba habitada por 593 familias de indios, 134 de mulatos, mestizos y otras etnias y 112 de españoles.

Para el año 1779 (treinta y seis años después), la jurisdicción se extendía 18 leguas de norte a sur y 11 leguas del oriente al poniente, quedaba confinada por Querétaro y la villa de Cadereyta al norte, por Huichapan al oriente, por Tlalpujagua al sur y por Querétaro al poniente. Estaba dividida en tres partidos: San Juan del Río, con San Pedro Ahuacatlán y San Sebastián como pueblos sujetos. Santa María de la Asunción de Tequisquiapan con La Magdalena y Santa María de los Montes de Amealco con los pueblos de San Miguel de Thy, San Juan de Guedó y San Bartolomé del Pino. El área incluía 38 haciendas y 17 ranchos independientes.

El pueblo de San Juan del Río se componía además de ocho barrios comunicados entre sí, que daban forma a la traza urbana: San Miguel, La Concepción, El Calvario, San Marcos, San Juan, San Isidro, la Santa Cruz y el Espíritu Santo o Ahidó (en otomí, barrio de los tepetates).

Para fines de diciembre del año 1793, en un compendio histórico hecho por don Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, subdelegado del Distrito de San Juan del Río, enviado al conde de Revilla Gigedo, virrey de la Nueva España, asienta que había treinta y siete haciendas y diecisiete ranchos independientes repartidos en los tres partidos: la cabecera San Juan del Río, y sus pueblos sujetos: Tequisquiapan y Amealco.

Del siglo XVII al XVIII, en San Juan del Río muchas propiedades cambiaron de dueño. El cambio de posesiones ocurría por varias razones, desde el cobro de una deuda atrasada hasta la compra directa de ranchos, haciendas, casas, solares, tierras de labor y pedazos. Esto favoreció el monopolio de bienes en pocos dueños.

La diversa documentación del Ramo Mercedes y del Ramo Tierras del Archivo General de la Nación, aporta apellidos de los propietarios económicamente más fuertes en el siglo XVI en San Juan del Río: Andrada y Cervantes, Quesada, Pérez de Bocanegra, López de Soria, López de la Rosa, Lope de Sosa, y para el siglo XVIII las familias: Silva, Quintanar, Pérez Romo, Gómez, Osornio, García, Olalde, Alvite, Espejo, Ávalos, Morales, Pérez de Bocanegra, Turuel, Cuellar, Otero y Castro, Aguirre y Tello, Lizarde, Sánchez de Guevara, Fuentes, Gómez de Cervantes, entre otros.

Ya para el siglo XVIII (1713-1793) la estructura geoeconómica resultó determinante en las condiciones sociopolíticas locales; desde el pueblo de San Juan del Río, a los cuatro vientos, la tierra se encontraba ocupada en esta centuria por setenta y cuatro predios, entre haciendas, estancias, labores de temporal o riego, tierras, ranchos, sitios, ventas, obrajes, batanes y trasquilas.

En el año 1713, en el Plan de San Juan del Río existían treinta y siete haciendas, dieciocho ranchos, catorce tierras de labor, un sitio, una trasquila, una venta y dos obrajes. Esto representaba el noventa y cinco por ciento de la ocupación del territorio de San Juan del Río, el restante cinco por ciento eran terrenos comunales de los pueblos. Para 1793 la mayoría de estas tierras ya tenían la categoría de haciendas y ranchos.


Aún cuando la ciudad de Querétaro era el rector de la región, San Juan del Río fue un sitio fundamental en el camino hacia el norte. En el siglo XVI le fue asignado el rango de Alcaldía; después el de Provincia, en el siglo XVII, y el de Distrito para los siglos XVIII y XIX. Por su situación geográfica fue centro de un determinado territorio de influencia a partir del cual crecieron pueblos, estancias, ranchos y haciendas, fungiendo como abastecedor de bienes, insumos y alimentos para las poblaciones sujetas a su jurisdicción, con base en la redefinición y construcción de caminos.

Posterior a la fundación española de San Juan del Río, ocurrida el 24 de junio de 1531, tenía cinco pueblos sujetos: San Bartolomé Amamoiza que significa “Álamo blanco”, hoy San Bartolomé del Pino en Amealco. San Juan Degodo que significa “Agua que lleva pedrezuelas”, hoy San Juan Dehedo en Amealco. Santiago Canqueza que significa “Troncón”, hoy Santiago Mexquititlán, Amealco. San Pedro Anzoni que significa “Pueblo de aguacates”, hoy San Pedro Ahuacatlán, San Juan del Río. Y Santa María Antes que significa “Tierra salitral”, hoy Tequisquiapan.

Para el siglo XVIII (1743), los pueblos sujetos a la jurisdicción de San Juan del Río, según un informe presentado al rey por el corregidor Esteban Gómez de Acosta, eran: Santa María de la Asunción de Tequisquiapan, San Pedro Ahuacatlán, San Sebastián de los Cajetes (de las Barrancas), San Bartolomé del Pino, San Miguel Detí, Santa María Amealco y San Juan Deguedó.

En ese mismo glosario, se asentó que había más de veintinueve haciendas de labor o ganado mayor y un crecido número de ranchos. Vivían en San Juan 2,069 familias de indios, 239 de mestizos, lobos, mulatos, esclavos y libres, y 191 de españoles. La cabecera estaba habitada por 593 familias de indios, 134 de mulatos, mestizos y otras etnias y 112 de españoles.

Para el año 1779 (treinta y seis años después), la jurisdicción se extendía 18 leguas de norte a sur y 11 leguas del oriente al poniente, quedaba confinada por Querétaro y la villa de Cadereyta al norte, por Huichapan al oriente, por Tlalpujagua al sur y por Querétaro al poniente. Estaba dividida en tres partidos: San Juan del Río, con San Pedro Ahuacatlán y San Sebastián como pueblos sujetos. Santa María de la Asunción de Tequisquiapan con La Magdalena y Santa María de los Montes de Amealco con los pueblos de San Miguel de Thy, San Juan de Guedó y San Bartolomé del Pino. El área incluía 38 haciendas y 17 ranchos independientes.

El pueblo de San Juan del Río se componía además de ocho barrios comunicados entre sí, que daban forma a la traza urbana: San Miguel, La Concepción, El Calvario, San Marcos, San Juan, San Isidro, la Santa Cruz y el Espíritu Santo o Ahidó (en otomí, barrio de los tepetates).

Para fines de diciembre del año 1793, en un compendio histórico hecho por don Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, subdelegado del Distrito de San Juan del Río, enviado al conde de Revilla Gigedo, virrey de la Nueva España, asienta que había treinta y siete haciendas y diecisiete ranchos independientes repartidos en los tres partidos: la cabecera San Juan del Río, y sus pueblos sujetos: Tequisquiapan y Amealco.

Del siglo XVII al XVIII, en San Juan del Río muchas propiedades cambiaron de dueño. El cambio de posesiones ocurría por varias razones, desde el cobro de una deuda atrasada hasta la compra directa de ranchos, haciendas, casas, solares, tierras de labor y pedazos. Esto favoreció el monopolio de bienes en pocos dueños.

La diversa documentación del Ramo Mercedes y del Ramo Tierras del Archivo General de la Nación, aporta apellidos de los propietarios económicamente más fuertes en el siglo XVI en San Juan del Río: Andrada y Cervantes, Quesada, Pérez de Bocanegra, López de Soria, López de la Rosa, Lope de Sosa, y para el siglo XVIII las familias: Silva, Quintanar, Pérez Romo, Gómez, Osornio, García, Olalde, Alvite, Espejo, Ávalos, Morales, Pérez de Bocanegra, Turuel, Cuellar, Otero y Castro, Aguirre y Tello, Lizarde, Sánchez de Guevara, Fuentes, Gómez de Cervantes, entre otros.

Ya para el siglo XVIII (1713-1793) la estructura geoeconómica resultó determinante en las condiciones sociopolíticas locales; desde el pueblo de San Juan del Río, a los cuatro vientos, la tierra se encontraba ocupada en esta centuria por setenta y cuatro predios, entre haciendas, estancias, labores de temporal o riego, tierras, ranchos, sitios, ventas, obrajes, batanes y trasquilas.

En el año 1713, en el Plan de San Juan del Río existían treinta y siete haciendas, dieciocho ranchos, catorce tierras de labor, un sitio, una trasquila, una venta y dos obrajes. Esto representaba el noventa y cinco por ciento de la ocupación del territorio de San Juan del Río, el restante cinco por ciento eran terrenos comunales de los pueblos. Para 1793 la mayoría de estas tierras ya tenían la categoría de haciendas y ranchos.