/ domingo 24 de enero de 2021

El cronista sanjuanense | Coronación de la Virgen de Guadalupe

El miércoles 19 de enero del año 1949, se solemnizó la coronación de la venerable imagen en la Virgen de Guadalupe que guarda el actual Santuario Diocesano de su advocación en San Juan del Río, perteneciente a la diócesis de Querétaro. Este importante evento religioso tuvo lugar a las 11 de la mañana de aquel día, en un solar adjunto al antiguo mesón de La Venta; ahí se congregó una gran multitud de fieles católicos, devotos de la guadalupana.

El presbítero don Francisco Paulín Gómez, quien fuera párroco de San Juan del Río por una década (1946 a 1956), dejó escrito para la posteridad las palabras de los que fueron testigos de la coronación, acto que logró concluir el mismo Paulín, aunque desde 1946 se había iniciado el proyecto con el párroco que le antecedió, Guillermo Romero Padilla.

El excelentísimo señor VII obispo de León, doctor don Manuel Martín del Campo y Padilla, quien acudió como representante de la Arquidiócesis Primada de México, expresó elocuentes palabras: “..ella está más cerca con este acontecimiento que ha habido entre María de Guadalupe y todos los hijos de esta benemérita parroquia de San Juan del Río, ahora que vamos a admirar una escena verdaderamente grande, una escena inefable… la coronación de la Virgen Santísima de Guadalupe como reina de esta parroquia, es producto del amor que María tiene a San Juan del río y del amor de esta parroquia a María de Guadalupe culmina el amor de las generaciones pasadas y marca una nueva fase en esas relaciones de la madre y de los hijos. ella ama este pueblo como un hijo pequeñito y delicado… recibiendo ahora el homenaje de su pueblo y está coronación de Reina que va a recibir significa que todo el pueblo de San Juan del Río viene hacer un solemne juramento de vasallaje a María de Guadalupe…”

Por otra parte, el discurso que el excelentísimo monseñor arcediano de la catedral de Querétaro, doctor don Salvador Septién Uribe (quien nació en San Juan del Río el 24 de septiembre de 1886) expresó en el brindis con el que ofreció a los obispos de Querétaro, don Marciano Tinajero y de León, antes mencionado, además de a cuarenta y cuatro sacerdotes y a la selecta concurrencia de la parroquia y de la ciudad de Querétaro, el banquete que siguió a la solemnísima coronación. Aquí un extracto: “¡Qué día tan esplendoroso! Este acto al cual hemos asistido, no en el recinto de un pueblo material, sino en el templo magnífico de la naturaleza, bajo la comba azulada del cielo, en esa extensión bellísima circundada de lejos por las colinas que rodean el valle de San Juan del Río, dormida a lo lejos la ciudad, se desarrolló una solemnísima liturgia, percibiendo dos excelentísimos obispos uno de las cuales, el Pastor Queretano, empuñando su báculo y coronado por la mitra, impone la real corona en las sienes inmaculadas de María de Guadalupe… Incontable multitud de unas quince mil almas; se había vaciado allí toda la parroquia… Cuando los dos prelados junto a la Madre Santísima ponían la corona y el cetro en medio de cantares, de himnos, de estruendo, de alegría, de gritos, de aplausos, de lágrimas que corrían por todos los ojos; ¿quién pueda describir esos momentos de cielo?... Allegarnos al corazón de la Virgen de Guadalupe es hacer patria, por eso nos vamos de San Juan del río con el anhelo de patriotismo satisfecho.”

La coronación fue promovida por el cura don Guillermo Romero Padilla a iniciativa de don Sebastián Cabrera allá por el año de 1945, siendo culminado el acto por el muy estimado cura don Francisco Paulín Gómez y como Presidente de la Comisión el señor José Gómez Centeno, quienes se encargaron de la organización y se aseguraron de hacer suntuosa esta coronación. Los obispos de Querétaro y de León, además de encargarse de oficiar la misa, colocaron una hermosa corona, cuajada de pedrería, dada por el pueblo de San Juan.

Fue tan emotiva la ceremonia, que todo el comercio sanjuanense cerró como día de fiesta y al pasar la imagen coronada en procesión desde la Venta hasta la parroquia -para ser colocada en el altar mayor- al pasar por el cuartel militar que se ubicaba en la Calle Real, los miembros del cuartel, formados, rindieron honores militares a la Virgen, uniéndose de esa forma al gran regocijo de los sanjuanenses. Las fiestas populares se sucedieron una a otra, se quemaron castillos, hubo verbenas en las calles, música popular por toda la ciudad, etc. El recorrido que en aquella ocasión se hizo, dio origen a la tradicional Procesión de los Farolitos que cada 11 de diciembre se celebra en la víspera de la fiesta grande de la Virgen de Guadalupe.

En este 2021, el pasado 19 de enero, se conmemoraron 72 años de la coronación de la imagen de la Virgen de Guadalupe de San Juan del Río, una celebración que, incluso, es más grande e importante para los sanjuanenses que la del Santo Patrono.

El miércoles 19 de enero del año 1949, se solemnizó la coronación de la venerable imagen en la Virgen de Guadalupe que guarda el actual Santuario Diocesano de su advocación en San Juan del Río, perteneciente a la diócesis de Querétaro. Este importante evento religioso tuvo lugar a las 11 de la mañana de aquel día, en un solar adjunto al antiguo mesón de La Venta; ahí se congregó una gran multitud de fieles católicos, devotos de la guadalupana.

El presbítero don Francisco Paulín Gómez, quien fuera párroco de San Juan del Río por una década (1946 a 1956), dejó escrito para la posteridad las palabras de los que fueron testigos de la coronación, acto que logró concluir el mismo Paulín, aunque desde 1946 se había iniciado el proyecto con el párroco que le antecedió, Guillermo Romero Padilla.

El excelentísimo señor VII obispo de León, doctor don Manuel Martín del Campo y Padilla, quien acudió como representante de la Arquidiócesis Primada de México, expresó elocuentes palabras: “..ella está más cerca con este acontecimiento que ha habido entre María de Guadalupe y todos los hijos de esta benemérita parroquia de San Juan del Río, ahora que vamos a admirar una escena verdaderamente grande, una escena inefable… la coronación de la Virgen Santísima de Guadalupe como reina de esta parroquia, es producto del amor que María tiene a San Juan del río y del amor de esta parroquia a María de Guadalupe culmina el amor de las generaciones pasadas y marca una nueva fase en esas relaciones de la madre y de los hijos. ella ama este pueblo como un hijo pequeñito y delicado… recibiendo ahora el homenaje de su pueblo y está coronación de Reina que va a recibir significa que todo el pueblo de San Juan del Río viene hacer un solemne juramento de vasallaje a María de Guadalupe…”

Por otra parte, el discurso que el excelentísimo monseñor arcediano de la catedral de Querétaro, doctor don Salvador Septién Uribe (quien nació en San Juan del Río el 24 de septiembre de 1886) expresó en el brindis con el que ofreció a los obispos de Querétaro, don Marciano Tinajero y de León, antes mencionado, además de a cuarenta y cuatro sacerdotes y a la selecta concurrencia de la parroquia y de la ciudad de Querétaro, el banquete que siguió a la solemnísima coronación. Aquí un extracto: “¡Qué día tan esplendoroso! Este acto al cual hemos asistido, no en el recinto de un pueblo material, sino en el templo magnífico de la naturaleza, bajo la comba azulada del cielo, en esa extensión bellísima circundada de lejos por las colinas que rodean el valle de San Juan del Río, dormida a lo lejos la ciudad, se desarrolló una solemnísima liturgia, percibiendo dos excelentísimos obispos uno de las cuales, el Pastor Queretano, empuñando su báculo y coronado por la mitra, impone la real corona en las sienes inmaculadas de María de Guadalupe… Incontable multitud de unas quince mil almas; se había vaciado allí toda la parroquia… Cuando los dos prelados junto a la Madre Santísima ponían la corona y el cetro en medio de cantares, de himnos, de estruendo, de alegría, de gritos, de aplausos, de lágrimas que corrían por todos los ojos; ¿quién pueda describir esos momentos de cielo?... Allegarnos al corazón de la Virgen de Guadalupe es hacer patria, por eso nos vamos de San Juan del río con el anhelo de patriotismo satisfecho.”

La coronación fue promovida por el cura don Guillermo Romero Padilla a iniciativa de don Sebastián Cabrera allá por el año de 1945, siendo culminado el acto por el muy estimado cura don Francisco Paulín Gómez y como Presidente de la Comisión el señor José Gómez Centeno, quienes se encargaron de la organización y se aseguraron de hacer suntuosa esta coronación. Los obispos de Querétaro y de León, además de encargarse de oficiar la misa, colocaron una hermosa corona, cuajada de pedrería, dada por el pueblo de San Juan.

Fue tan emotiva la ceremonia, que todo el comercio sanjuanense cerró como día de fiesta y al pasar la imagen coronada en procesión desde la Venta hasta la parroquia -para ser colocada en el altar mayor- al pasar por el cuartel militar que se ubicaba en la Calle Real, los miembros del cuartel, formados, rindieron honores militares a la Virgen, uniéndose de esa forma al gran regocijo de los sanjuanenses. Las fiestas populares se sucedieron una a otra, se quemaron castillos, hubo verbenas en las calles, música popular por toda la ciudad, etc. El recorrido que en aquella ocasión se hizo, dio origen a la tradicional Procesión de los Farolitos que cada 11 de diciembre se celebra en la víspera de la fiesta grande de la Virgen de Guadalupe.

En este 2021, el pasado 19 de enero, se conmemoraron 72 años de la coronación de la imagen de la Virgen de Guadalupe de San Juan del Río, una celebración que, incluso, es más grande e importante para los sanjuanenses que la del Santo Patrono.