/ jueves 28 de enero de 2021

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. GRATITUD. Escribimos estas líneas agradecidos. Estamos regresando al contacto social después de 15 días de haber dado positivo a COVID. Y si bien nos aquejaron varios de los síntomas, afortunadamente nuestra oxigenación siempre fue óptima. Nos fue bien. En este sentido, hablamos de gratitud no solo por haber sido de los favorecidos con una sintomatía leve, sino también porque tuvimos acceso desde los primeros síntomas a pruebas, médicos y medicamentos. Porque tenemos un hogar para convalecer y una familia solidaria que siempre procuró nuestro restablecimiento. Porque nuestro trabajo nos permitió el aislamiento sin riesgo de perderlo o dejar de contar con el ingreso necesario. Porque no contagiamos en casa. Porque tuvimos la posibilidad de mantenernos en contacto a distancia con parientes, amigos e incluso clientes. Desafortunadamente, esto no es así para todos.

SEGUNDO ACTO. PANDEMIA Y MARGINACIÓN. La expansión de la pandemia hace casi imposible el acceso oportuno a pruebas y médicos para la mayoría de la población que no puede pagar sus altos costos; la saturación hospitalaria es una realidad, incluso en los hospitales privados; la crisis económica recrudece la tragedia del contagio porque en muchos casos no hay empleo ni recursos para enfrentarla; el hacinamiento producto de la marginación y la pobreza favorece los contagios, tristemente, de quienes más se quiere; y, ya sea por complejidad o incapacidad - al final es lo de menos - la aplicación masiva de la vacuna parece lejana.

TERCER ACTO. LA CARA FACTURA DE LA EMPATÍA. Como en una cruenta batalla que se va perdiendo, el fuego de la desgracia cada vez pasa más cerca. En poco tiempo la sentencia se hizo realidad. Ante nuestra incapacidad para comprender la magnitud del problema y cuidarnos, seguimos con sobrada confianza sin atender los llamados al aislamiento y hoy, aterrados, vemos que Pedro tuvo razón… el lobo llegó. Cada vez son más próximas a nuestros afectos las personas que pierden la batalla contra este virus. Y no es sino hasta que se padece la enfermedad o la pérdida de los queridos, que la empatía nos abraza. No creímos hasta que no lo vimos. Es una cara factura la que pasa la realidad.

TRAS BAMBALINAS. LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL GRILLO. En estas condiciones, los dimes y diretes electorales se ubican en un cada vez más lejano lugar en la lista de prioridades de la gente. La salud propia y de quienes se quiere, la posibilidad de enfrentar con éxito la enfermedad en caso de contagiarse, el contar con lo básico para subsistir, poder mantener u obtener un empleo, la seguridad, en fin, hay múltiples cuestiones que actualmente están por encima del vacío discurso y la engañosa y radical publicidad política. ¿Se darán cuenta de su insoportable levedad quienes ingenuamente creen que sus proyectos políticos importan?

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. GRATITUD. Escribimos estas líneas agradecidos. Estamos regresando al contacto social después de 15 días de haber dado positivo a COVID. Y si bien nos aquejaron varios de los síntomas, afortunadamente nuestra oxigenación siempre fue óptima. Nos fue bien. En este sentido, hablamos de gratitud no solo por haber sido de los favorecidos con una sintomatía leve, sino también porque tuvimos acceso desde los primeros síntomas a pruebas, médicos y medicamentos. Porque tenemos un hogar para convalecer y una familia solidaria que siempre procuró nuestro restablecimiento. Porque nuestro trabajo nos permitió el aislamiento sin riesgo de perderlo o dejar de contar con el ingreso necesario. Porque no contagiamos en casa. Porque tuvimos la posibilidad de mantenernos en contacto a distancia con parientes, amigos e incluso clientes. Desafortunadamente, esto no es así para todos.

SEGUNDO ACTO. PANDEMIA Y MARGINACIÓN. La expansión de la pandemia hace casi imposible el acceso oportuno a pruebas y médicos para la mayoría de la población que no puede pagar sus altos costos; la saturación hospitalaria es una realidad, incluso en los hospitales privados; la crisis económica recrudece la tragedia del contagio porque en muchos casos no hay empleo ni recursos para enfrentarla; el hacinamiento producto de la marginación y la pobreza favorece los contagios, tristemente, de quienes más se quiere; y, ya sea por complejidad o incapacidad - al final es lo de menos - la aplicación masiva de la vacuna parece lejana.

TERCER ACTO. LA CARA FACTURA DE LA EMPATÍA. Como en una cruenta batalla que se va perdiendo, el fuego de la desgracia cada vez pasa más cerca. En poco tiempo la sentencia se hizo realidad. Ante nuestra incapacidad para comprender la magnitud del problema y cuidarnos, seguimos con sobrada confianza sin atender los llamados al aislamiento y hoy, aterrados, vemos que Pedro tuvo razón… el lobo llegó. Cada vez son más próximas a nuestros afectos las personas que pierden la batalla contra este virus. Y no es sino hasta que se padece la enfermedad o la pérdida de los queridos, que la empatía nos abraza. No creímos hasta que no lo vimos. Es una cara factura la que pasa la realidad.

TRAS BAMBALINAS. LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL GRILLO. En estas condiciones, los dimes y diretes electorales se ubican en un cada vez más lejano lugar en la lista de prioridades de la gente. La salud propia y de quienes se quiere, la posibilidad de enfrentar con éxito la enfermedad en caso de contagiarse, el contar con lo básico para subsistir, poder mantener u obtener un empleo, la seguridad, en fin, hay múltiples cuestiones que actualmente están por encima del vacío discurso y la engañosa y radical publicidad política. ¿Se darán cuenta de su insoportable levedad quienes ingenuamente creen que sus proyectos políticos importan?

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com