/ jueves 3 de junio de 2021

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. DIGNA REPRESENTACIÓN. La función primordial del poder Legislativo es, precisamente, hacer las leyes. Sin embargo, esta tarea fundamental es en cierta forma limitada pues en última instancia toda norma jurídica secundaria queda sometida al juicio que sobre su concordancia con la letra y espíritu de la Carta Magna y de las convenciones internacionales realice el poder Judicial. Pero a diferencia de lo que ocurre con el Judicial, la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo va más allá de la revisión de su tarea. Según el destacado doctrinario Lucas Verdú, dichas relaciones constituyen conexiones recíprocas y dinámicas que operan dentro y entre las dos facetas estatales: Gobierno y Sociedad. Esto implica que la relación del Legislativo con el Ejecutivo no es discreta. Los parlamentos o congresos pueden ser un conducto importante para la transmisión al Gobierno de los puntos de vista y demandas de intereses particulares o bien un dique a los caprichos y excesos de quien encabeza la administración pública. De ahí que la más acabada expresión de la tarea parlamentaria sea el trabajo que se realiza atendiendo a los intereses, anhelos y demandas de aquellos que se representa y se encuentran fuera de los recintos congresionales. Esa digna representación sería el verdadero contrapeso al poder presidencial en un régimen político como el nuestro.

SEGUNDO ACTO. EL PODER LEGISLATIVO INTERVIENE DE MANERA CRUCIAL EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. Y como en todo, tenemos el otro lado de la moneda. Philip Norton - autor que ha realizado estudios sobre las relaciones entre el parlamento y los gobiernos en Europa - sostiene que los resultados del trabajo congresional se condicionan a sus relaciones con el Gobierno. A mejores relaciones mejores resultados. El Ejecutivo formula al Legislativo su propuesta de políticas de gobierno - a lo que se ha dado en llamar “proyecto de nación” -, y es el parlamento el que determina su aceptación o rechazo tácitamente a través de su función legislativa. No es posible variar el rumbo de una nación sin alterar el orden jurídico, de ahí que el Ejecutivo requiera del Legislativo para gobernar. Por ello, podemos afirmar que el poder Legislativo interviene de manera crucial en las políticas públicas, pudiendo limitar o impulsar al Ejecutivo según la relación que exista entre ambos. Aquí el ingrediente esencial sería la disposición al consenso. Evidentemente ausente en este momento en las relaciones políticas de nuestro México.

TERCER ACTO. SKINHEADS TROPICALES. Las conductas y propuestas de algunos partidos candidatos están para ingresarlos en el reconocido hospital psiquiátrico Fray Bernardino. En los últimos días fuimos testigos del autosecuestro de un candidato poblano del PVEM que se vino a esconder a un hotel del queretano municipio de El Marqués. Los de Redes Sociales Progresistas (RSP) crearon un grupo de choque de cabezas rapadas bautizado como “mastines” para según ellos “desmantelar” operativos indebidos de otros partidos, o sea, unos skinheads tropicales que tienen la noble misión de hacer justicia por propia mano. En Chalco vemos otros grupos de choque de Antorcha Campesina. Tenemos también a los que sugieren tirar a matar a los delincuentes o bien cortarles los huevos. Están las que le recuerdan a su progenitora a sus contrincantes. Y los que se dejan colgar simbólicamente en comunidades chiapanecas. En fin, la política mexicana ya era un circo pero ahora es de tres pistas. Y lo que nos falta por ver.

TRAS BAMBALINAS. DECLINACIONES. Aunque la moral sea para los grillos nacionales un árbol que da moras, va la pregunta: ¿es moralmente válido declinar en favor de otro candidato? No tiene efecto jurídico alguno, aparentemente el beneficio electoral es muy marginal y, en el fondo, subyace la duda de qué se ofreció a cambio. Porque algo se comprometió.


Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. DIGNA REPRESENTACIÓN. La función primordial del poder Legislativo es, precisamente, hacer las leyes. Sin embargo, esta tarea fundamental es en cierta forma limitada pues en última instancia toda norma jurídica secundaria queda sometida al juicio que sobre su concordancia con la letra y espíritu de la Carta Magna y de las convenciones internacionales realice el poder Judicial. Pero a diferencia de lo que ocurre con el Judicial, la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo va más allá de la revisión de su tarea. Según el destacado doctrinario Lucas Verdú, dichas relaciones constituyen conexiones recíprocas y dinámicas que operan dentro y entre las dos facetas estatales: Gobierno y Sociedad. Esto implica que la relación del Legislativo con el Ejecutivo no es discreta. Los parlamentos o congresos pueden ser un conducto importante para la transmisión al Gobierno de los puntos de vista y demandas de intereses particulares o bien un dique a los caprichos y excesos de quien encabeza la administración pública. De ahí que la más acabada expresión de la tarea parlamentaria sea el trabajo que se realiza atendiendo a los intereses, anhelos y demandas de aquellos que se representa y se encuentran fuera de los recintos congresionales. Esa digna representación sería el verdadero contrapeso al poder presidencial en un régimen político como el nuestro.

SEGUNDO ACTO. EL PODER LEGISLATIVO INTERVIENE DE MANERA CRUCIAL EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. Y como en todo, tenemos el otro lado de la moneda. Philip Norton - autor que ha realizado estudios sobre las relaciones entre el parlamento y los gobiernos en Europa - sostiene que los resultados del trabajo congresional se condicionan a sus relaciones con el Gobierno. A mejores relaciones mejores resultados. El Ejecutivo formula al Legislativo su propuesta de políticas de gobierno - a lo que se ha dado en llamar “proyecto de nación” -, y es el parlamento el que determina su aceptación o rechazo tácitamente a través de su función legislativa. No es posible variar el rumbo de una nación sin alterar el orden jurídico, de ahí que el Ejecutivo requiera del Legislativo para gobernar. Por ello, podemos afirmar que el poder Legislativo interviene de manera crucial en las políticas públicas, pudiendo limitar o impulsar al Ejecutivo según la relación que exista entre ambos. Aquí el ingrediente esencial sería la disposición al consenso. Evidentemente ausente en este momento en las relaciones políticas de nuestro México.

TERCER ACTO. SKINHEADS TROPICALES. Las conductas y propuestas de algunos partidos candidatos están para ingresarlos en el reconocido hospital psiquiátrico Fray Bernardino. En los últimos días fuimos testigos del autosecuestro de un candidato poblano del PVEM que se vino a esconder a un hotel del queretano municipio de El Marqués. Los de Redes Sociales Progresistas (RSP) crearon un grupo de choque de cabezas rapadas bautizado como “mastines” para según ellos “desmantelar” operativos indebidos de otros partidos, o sea, unos skinheads tropicales que tienen la noble misión de hacer justicia por propia mano. En Chalco vemos otros grupos de choque de Antorcha Campesina. Tenemos también a los que sugieren tirar a matar a los delincuentes o bien cortarles los huevos. Están las que le recuerdan a su progenitora a sus contrincantes. Y los que se dejan colgar simbólicamente en comunidades chiapanecas. En fin, la política mexicana ya era un circo pero ahora es de tres pistas. Y lo que nos falta por ver.

TRAS BAMBALINAS. DECLINACIONES. Aunque la moral sea para los grillos nacionales un árbol que da moras, va la pregunta: ¿es moralmente válido declinar en favor de otro candidato? No tiene efecto jurídico alguno, aparentemente el beneficio electoral es muy marginal y, en el fondo, subyace la duda de qué se ofreció a cambio. Porque algo se comprometió.


Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com