/ martes 5 de marzo de 2019

Expediente Q

Enfermo


El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es un anciano enfermo, al que han matado y muchos han dado por muerto varias veces; desde sus 60 años lo querían matar y es que los achaques y su pasado lo llenan de culpas y pocos ven lo que logró como partido hegemónico durante todo el siglo XX.

Era el partidazo, el que heredó la revolución mexicana, del que salieron casi todos los políticos importantes de este país; pronto los mexicanos se olvidaron que el PRI era la revolución pero sin armas, el creador de instituciones que le dieron soporte a este país.

La expropiación petrolera, El Seguro Social, El ISSSTE, El CISEN y una larga lista de Instituciones que durante muchos años le han dado el soporte y la institucionalidad a México.

El PRI durante años formó cuadros importantes y se hizo de su “clientela” partido paternalista y clientelar, líderes obreros y líderes sociales pasaban por el PRI porque era requisito indispensable para destacar.

Partido que le dio estabilidad y crecimiento a México pero que poco a poco fue cavando su propia desgracia porque llegaron al priismo la frivolidad y la corrupción; no todos los priistas son corruptos pero de los que se supo lastimaron mucho la confianza de sus seguidores.

Es difícil entender el pasado reciente de México, sin los aportes del PRI pero también es difícil ahora entender el presente con la existencia del PRI tal y como lo hemos conocido los últimos 30 años.

Presidentes, Gobernadores, Legisladores abusaron del poder y de los recursos; la gente se cansó y buscó nuevas opciones por eso en el año 2000 fue una de las muertes del PRI; perdió la presidencia pero conservó poder importante en las cámaras.

En este 2018 el PRI perdió la presidencia y perdió las cámaras; no es factor de poder ni en la cámara de diputados, ni en el senado; corre el priismo el riesgo de convertirse en un partido satélite.

En Querétaro, están divididos, José Calzada, los regresó al poder y se desmoronaron sin el liderazgo natural del un gobernador; hoy muchos priistas “agarraron monte” y buscan acomodo en MORENA, el PRI en un anciano enfermo al que una vez más lo quieren matar.

De Rebote

A propósito de Priistas arrepentidos Erick Osornio, Juan José Jimenez y Jesus LLamas; todos renacidos en el pasado sexenio, hoy presumen de progresistas y están apuntados en una nueva central obrera con inclinaciones de la 4T. Puro Millenial.

adanolvr@adanolvera.com

@adanolverar

Enfermo


El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es un anciano enfermo, al que han matado y muchos han dado por muerto varias veces; desde sus 60 años lo querían matar y es que los achaques y su pasado lo llenan de culpas y pocos ven lo que logró como partido hegemónico durante todo el siglo XX.

Era el partidazo, el que heredó la revolución mexicana, del que salieron casi todos los políticos importantes de este país; pronto los mexicanos se olvidaron que el PRI era la revolución pero sin armas, el creador de instituciones que le dieron soporte a este país.

La expropiación petrolera, El Seguro Social, El ISSSTE, El CISEN y una larga lista de Instituciones que durante muchos años le han dado el soporte y la institucionalidad a México.

El PRI durante años formó cuadros importantes y se hizo de su “clientela” partido paternalista y clientelar, líderes obreros y líderes sociales pasaban por el PRI porque era requisito indispensable para destacar.

Partido que le dio estabilidad y crecimiento a México pero que poco a poco fue cavando su propia desgracia porque llegaron al priismo la frivolidad y la corrupción; no todos los priistas son corruptos pero de los que se supo lastimaron mucho la confianza de sus seguidores.

Es difícil entender el pasado reciente de México, sin los aportes del PRI pero también es difícil ahora entender el presente con la existencia del PRI tal y como lo hemos conocido los últimos 30 años.

Presidentes, Gobernadores, Legisladores abusaron del poder y de los recursos; la gente se cansó y buscó nuevas opciones por eso en el año 2000 fue una de las muertes del PRI; perdió la presidencia pero conservó poder importante en las cámaras.

En este 2018 el PRI perdió la presidencia y perdió las cámaras; no es factor de poder ni en la cámara de diputados, ni en el senado; corre el priismo el riesgo de convertirse en un partido satélite.

En Querétaro, están divididos, José Calzada, los regresó al poder y se desmoronaron sin el liderazgo natural del un gobernador; hoy muchos priistas “agarraron monte” y buscan acomodo en MORENA, el PRI en un anciano enfermo al que una vez más lo quieren matar.

De Rebote

A propósito de Priistas arrepentidos Erick Osornio, Juan José Jimenez y Jesus LLamas; todos renacidos en el pasado sexenio, hoy presumen de progresistas y están apuntados en una nueva central obrera con inclinaciones de la 4T. Puro Millenial.

adanolvr@adanolvera.com

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