El comercio informal en Querétaro, especialmente en el primer cuadro de la ciudad, ha sido una problemática persistente que ha evolucionado a lo largo de décadas.
Hoy los artesanos son botín de fuerzas políticas que lucran con su desgracia de ser pobres y de pueblos originarios. A pesar de las normativas que prohíben esta actividad, el centro histórico se ha convertido en escenario de disputas recurrentes por el espacio público. La decisión del gobierno municipal, encabezado por Felipe Fernando Macías, de retirar a los comerciantes informales es un paso enérgico que refleja su voluntad de cumplir con las promesas de campaña, de mantener en orden la ciudad.
La acción tiene un trasfondo complejo que no puede pasarse por alto, los comerciantes, a menudo argumentando pertenecer a grupos indígenas, desplazados o en situación de pobreza, han logrado mantenerse en estas áreas estratégicas apelando a causas sociales.
El cierre de calles en el primer cuadro son una respuesta predecible ante la pérdida de un espacio que, aunque ilegalmente ocupado, se había convertido en el sustento para muchas familias. Sin embargo, el hecho de utilizar la presión social y los bloqueos como herramienta de negociación da cuenta de una dinámica donde la amenaza y la interrupción de la vida urbana se han convertido en tácticas recurrentes. Más de 80 mil personas que ven cómo se trastoca la movilidad y el funcionamiento cotidiano de la ciudad.
El gobierno tiene la responsabilidad de hacer cumplir la ley, pero también de encontrar vías que no solo resuelvan el problema inmediato, sino que planteen alternativas a largo plazo para los afectados.
El reto para la administración de Felipe Fernando Macías no solo reside en despejar las calles, sino en ofrecer opciones viables que permitan integrar a estos grupos a una economía formal y más ordenada, y la alternativa se planteó con el mercado artesanal, faltan otras más.
DE REBOTE
El lunes será el día que hay humo blanco en la legislatura y veremos cómo se dan los equilibrios en el reparto de comisiones, no veremos una mayoría aplastante.
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