/ jueves 8 de octubre de 2020

Fuera de Agenda | Las urgencias de la DEA

Una cosa es la diplomacia, como decir que hay cooperación y respeto en el combate al narcotráfico, como lo señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y otra es la urgencia del gobierno estadounidense para que sus homólogos mexicanos entreguen resultados concretos en la lucha contra el tráfico de drogas.

Cuando Timothy J. Shea, administrador interino de la DEA, se encontró a mediados de la semana pasada con el fiscal general de la República Alejandro Gertz Manero, le hizo saber de la lentitud para resolver las tareas pendientes en la agenda de cooperación entre ambos países.

El jefe de la DEA estuvo en México una semana antes que se celebrara la audiencia de preparación del juicio contra Genaro García Luna, acusado de cinco cargos entre ellos narcotráfico por el gobierno estadounidense. Con ese escenario Timothy J. Shea urgió a la detención de dos de los alfiles del otrora poderoso jefe policiaco, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García.

Ambos fueron operadores de primer nivel en la desaparecida secretaría de Seguridad Pública cuando García Luna la encabezó, y forman parte del sistema de complicidades que los fiscales estadounidenses aseguran sirvió para proteger las operaciones y a los principales líderes del llamado cartel de Sinaloa.

Cárdenas Palomino, ex titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y Pequeño García, ex jefe de la división Antidrogas de la Policía Federal, están considerados prófugos de la justicia estadounidense. Desde el pasado 30 de julio el Departamento de Justicia anunció que había solicitado al gobierno mexicano la extradición de los dos allegados de García Luna por estar acusados de narcotráfico en el mismo juicio.

López Obrador aseguró el miércoles 7 de octubre en su conferencia “mañanera” que los Estados Unidos no habían solicitado la extradición ni al Ejecutivo ni a la Cancillería.

Cárdenas Palomino y Pequeño García son requeridos en la corte de Broooklyn, donde ayer su antiguo jefe se declaró inocente de los cinco cargos que le imputa la fiscalía.

Con ese escenario de fondo otros de los temas que el jefe de la DEA puso sobre la mesa fue mejorar en la capacidad de respuesta y aumentar la coordinación con las agencias mexicanas para la detención de los principales cabecillas de las organizaciones del narco que operan y tienen redes en los Estados Unidos. De nuevo salieron a relucir nombres como Nemesio Oseguera Cervantes, líder del grupo que tiene su sede en Jalisco y que es conocido por el alias de “el Mencho”; Ismael Zambada García, Alfredo e Iván Guzmán Salazar, y Rafael Caro Quintero, líderes de la organización asentada en Sinaloa. De todos ellos el gobierno norteameericano ofrece recompensa por información que lleve a su captura.

Lo que llamó la atención de la visita del jefe de la DEA, es que en esta ocasión no hubo foto con los altos mandos militares. Fue una visita un poco más discreta con reuniones a puerta cerrada. Su principal interlocutor fue el fiscal Gertz, aunque se entrevistó con funcionarios de la secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y de la Cancillería.

@velediaz424

Una cosa es la diplomacia, como decir que hay cooperación y respeto en el combate al narcotráfico, como lo señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y otra es la urgencia del gobierno estadounidense para que sus homólogos mexicanos entreguen resultados concretos en la lucha contra el tráfico de drogas.

Cuando Timothy J. Shea, administrador interino de la DEA, se encontró a mediados de la semana pasada con el fiscal general de la República Alejandro Gertz Manero, le hizo saber de la lentitud para resolver las tareas pendientes en la agenda de cooperación entre ambos países.

El jefe de la DEA estuvo en México una semana antes que se celebrara la audiencia de preparación del juicio contra Genaro García Luna, acusado de cinco cargos entre ellos narcotráfico por el gobierno estadounidense. Con ese escenario Timothy J. Shea urgió a la detención de dos de los alfiles del otrora poderoso jefe policiaco, Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García.

Ambos fueron operadores de primer nivel en la desaparecida secretaría de Seguridad Pública cuando García Luna la encabezó, y forman parte del sistema de complicidades que los fiscales estadounidenses aseguran sirvió para proteger las operaciones y a los principales líderes del llamado cartel de Sinaloa.

Cárdenas Palomino, ex titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y Pequeño García, ex jefe de la división Antidrogas de la Policía Federal, están considerados prófugos de la justicia estadounidense. Desde el pasado 30 de julio el Departamento de Justicia anunció que había solicitado al gobierno mexicano la extradición de los dos allegados de García Luna por estar acusados de narcotráfico en el mismo juicio.

López Obrador aseguró el miércoles 7 de octubre en su conferencia “mañanera” que los Estados Unidos no habían solicitado la extradición ni al Ejecutivo ni a la Cancillería.

Cárdenas Palomino y Pequeño García son requeridos en la corte de Broooklyn, donde ayer su antiguo jefe se declaró inocente de los cinco cargos que le imputa la fiscalía.

Con ese escenario de fondo otros de los temas que el jefe de la DEA puso sobre la mesa fue mejorar en la capacidad de respuesta y aumentar la coordinación con las agencias mexicanas para la detención de los principales cabecillas de las organizaciones del narco que operan y tienen redes en los Estados Unidos. De nuevo salieron a relucir nombres como Nemesio Oseguera Cervantes, líder del grupo que tiene su sede en Jalisco y que es conocido por el alias de “el Mencho”; Ismael Zambada García, Alfredo e Iván Guzmán Salazar, y Rafael Caro Quintero, líderes de la organización asentada en Sinaloa. De todos ellos el gobierno norteameericano ofrece recompensa por información que lleve a su captura.

Lo que llamó la atención de la visita del jefe de la DEA, es que en esta ocasión no hubo foto con los altos mandos militares. Fue una visita un poco más discreta con reuniones a puerta cerrada. Su principal interlocutor fue el fiscal Gertz, aunque se entrevistó con funcionarios de la secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y de la Cancillería.

@velediaz424