/ jueves 16 de enero de 2020

Fuera de Agenda | Los mil usos

¿Cuál es el compromiso del comandante supremo de las fuerzas armadas con los integrantes de las tres ramas que las integran?

En tiempos de austeridad, recortes e improvisaciones, pareciera que no es otra mas que seguir utilizándolas como “bomberos” en materia de seguridad pública. Nada que no se aleje y sea distinto a sus antecesores. Pero en el actual régimen se les añade de forma continua otra tarea: intervenir en obras de infraestructura pública.

Desde 1995 no se tenía un papel tan marcado en obra pública de integrantes del ejército como en este 2020. En aquel año comenzó el trazado y construcción de la carretera que rodeo la zona de los Altos de Chiapas, en lo que se llamó en el argot militar como T.O.S.E. (Teatro de Operaciones del Sureste). Era una obra desde el punto de vista castrense considerada estratégica, pues quedaba rodeada toda la zona zapatista.

Desde entonces el Cuerpo de Ingenieros Militares no había sido llamado en su totalidad para participar en proyectos de obra pública, si bien el sexenio pasado participaron en forma aislada en proyectos del Consejo de la Judicatura Federal.

El segundo año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador comenzó con las fuerzas armadas en un impase ante la entrada en operación de la Guardia Nacional, considerada una nueva rama que concentra recursos, requiere tiempo, y necesita del personal en servicio activo para su funcionamiento.

El tiempo, energía y desgaste de la armada, fuerza aérea y ejército pasan por su papel con el brazalete de este nuevo cuerpo enfocado a labores de seguridad pública.

La Guardia Nacional tiene el reflector mediático, pero ahora asoma otro actor en el Cuerpo de Ingenieros Militares. Su tarea es de aquí a dos años terminar el proyecto de la antigua base militar de Santa Lucía para convertirlo en aeropuerto civil. También se les encomendó la construccción de dos mil 700 sucursales del Banco del Bienestar, donde según fuentes militares, cada sucursal tendrá un costo aproximado de tres millones 700 mil pesos.

Al mes de enero del 2020 el nuevo aeropuerto que se llamará “Felipe Ángeles” lleva un avance del 2 por ciento, y ya comenzaron los problemas. En dias pasados las empresas civiles de transporte agrupadas en la Confederación de Sindicatos Unidos por la Transformación de México, denunciaron a un grupo de oficiales del ejército de estar detrás de un grupo de camioneros beneficiados económicamente por su papel en las obras.

En la Oficialía Mayor de la secretaría de la Defensa Nacional a cargo del general de división David Córdoba Campos, hay inquietud por la forma en que se expone el uso de los recursos públicos en proyectos de esta envergadura. Acostumbrados al ostracismo y secrecia, ahora están sometidos al escrutinio público y se sienten fiscalizados en cada movimiento que hacen, dijo a este espacio una fuente del Estado Mayor de la Sedena.

De gendarmes con uniforme y brazalete de la Guardia Nacional, a constructores civiles en obras del gobierno federal, el ejército inicia el segundo año del sexenio sometido a un desgaste y exposición pocas veces visto. Demasiados factores en contra, pero quizá el de mayor peso es el capricho e ignorancia presidencial de tenerlos de “mil usos”.

@velediaz424

¿Cuál es el compromiso del comandante supremo de las fuerzas armadas con los integrantes de las tres ramas que las integran?

En tiempos de austeridad, recortes e improvisaciones, pareciera que no es otra mas que seguir utilizándolas como “bomberos” en materia de seguridad pública. Nada que no se aleje y sea distinto a sus antecesores. Pero en el actual régimen se les añade de forma continua otra tarea: intervenir en obras de infraestructura pública.

Desde 1995 no se tenía un papel tan marcado en obra pública de integrantes del ejército como en este 2020. En aquel año comenzó el trazado y construcción de la carretera que rodeo la zona de los Altos de Chiapas, en lo que se llamó en el argot militar como T.O.S.E. (Teatro de Operaciones del Sureste). Era una obra desde el punto de vista castrense considerada estratégica, pues quedaba rodeada toda la zona zapatista.

Desde entonces el Cuerpo de Ingenieros Militares no había sido llamado en su totalidad para participar en proyectos de obra pública, si bien el sexenio pasado participaron en forma aislada en proyectos del Consejo de la Judicatura Federal.

El segundo año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador comenzó con las fuerzas armadas en un impase ante la entrada en operación de la Guardia Nacional, considerada una nueva rama que concentra recursos, requiere tiempo, y necesita del personal en servicio activo para su funcionamiento.

El tiempo, energía y desgaste de la armada, fuerza aérea y ejército pasan por su papel con el brazalete de este nuevo cuerpo enfocado a labores de seguridad pública.

La Guardia Nacional tiene el reflector mediático, pero ahora asoma otro actor en el Cuerpo de Ingenieros Militares. Su tarea es de aquí a dos años terminar el proyecto de la antigua base militar de Santa Lucía para convertirlo en aeropuerto civil. También se les encomendó la construccción de dos mil 700 sucursales del Banco del Bienestar, donde según fuentes militares, cada sucursal tendrá un costo aproximado de tres millones 700 mil pesos.

Al mes de enero del 2020 el nuevo aeropuerto que se llamará “Felipe Ángeles” lleva un avance del 2 por ciento, y ya comenzaron los problemas. En dias pasados las empresas civiles de transporte agrupadas en la Confederación de Sindicatos Unidos por la Transformación de México, denunciaron a un grupo de oficiales del ejército de estar detrás de un grupo de camioneros beneficiados económicamente por su papel en las obras.

En la Oficialía Mayor de la secretaría de la Defensa Nacional a cargo del general de división David Córdoba Campos, hay inquietud por la forma en que se expone el uso de los recursos públicos en proyectos de esta envergadura. Acostumbrados al ostracismo y secrecia, ahora están sometidos al escrutinio público y se sienten fiscalizados en cada movimiento que hacen, dijo a este espacio una fuente del Estado Mayor de la Sedena.

De gendarmes con uniforme y brazalete de la Guardia Nacional, a constructores civiles en obras del gobierno federal, el ejército inicia el segundo año del sexenio sometido a un desgaste y exposición pocas veces visto. Demasiados factores en contra, pero quizá el de mayor peso es el capricho e ignorancia presidencial de tenerlos de “mil usos”.

@velediaz424