/ viernes 6 de agosto de 2021

Humanitas: arte y pasión

El azul es uno de los colores más antiguos que se han fabricado y el que menos se presenta en la naturaleza. Sabemos que en la antigüedad el cielo era blanco y el mar era de color del vino. Homero, menciona en el canto VI de la Odisea como sobrevivió Ulises al mar de color del vino cuando naufragó en la isla de Esqueria.

En la antigüedad los colores más usados en la decoración de artefactos y en la pintura mural fueron el blanco, el negro, el rojo y amarillo ocre, ya que se encontraban más a la mano de los hombres que se dedicaban a estas tareas.

El azul aparece en Egipto hace más de cinco mil años, cuando importaban de las minas de Afganistán la piedra azul llamada lapislázuli que utilizaban para la joyería y rituales.

El pigmento azul egipcio se inventó cerca del año 2200 a.C., lo producían mezclando piedra caliza, arena y mineral de cobre como la malaquita o la azurita, que la calentaban a temperaturas de entre 800 y 900 grados dando como resultado un azul opaco, que luego lo molían como pigmento y se mezclaba con producto espesante como la clara de huevo.

La química divide los pigmentos de los colorantes por sus características en minerales, vegetales y orgánicos (como la grana cochinilla), en el caso del azul su origen ha sido mineral, vegetal y sintético.

El llamado azul de ultramar es el que se obtiene del lapislázuli, y es un azul intenso muy valorado por su poder cubriente y belleza de tonos. Marco Polo en el año 1271 da cuenta de su visita a las minas de Afganistán en donde ya se molía el mineral para la elaboración del azul de ultramar.

El azul es el más inmaterial de los colores, la naturaleza generalmente nos lo presenta sólo hecho transparencia, es decir de vacío acumulado, vacío de aire, del agua, vacío del cristal de diamante, del zafiro. El vacío es exacto, puro y frío. El azul es el más frío de los colores, y en su valor absoluto el más puro. Para Vassily Kandinsky el azul representaba la paz y lo sobrenatural.

El índigo es una planta originaria de la India que produce un color entre el azul y el violeta. Este tinte se ha utilizado desde la antigüedad para teñir telas. En Egipto las embarcaciones reales que navegaban por el Nilo portaban una vela teñida de azul índigo que indicaba que era la flota de la familia real.

El índigo también fue utilizado en el mundo mesoamericano e indoamericano, conocido como azul maya, que aparece en cerámica y pintura mural. De acuerdo a la investigación de mi maestro el historiador Constantino Reyes-Valerio, el azul maya estaba compuesto por el extracto de la planta indigofera y agua arcillosa (del mineral atapulgita) que se filtraba para luego someter a cocción la cual ofrecía el valioso pigmento.

La turquesa fue un mineral muy codiciado, con su color azul-verdoso, se utilizaba para ataviar a los nobles y venerar deidades como la diosa Chalchihuitl; además se empleó para decorar mosaicos, penachos, cuchillos, collares, joyas, etc.

Las valiosas piedras la vendían los artesanos en el mercado de Tlatelolco, y posiblemente se extraía de regiones lejanas según lo describe el Códice Florentino.

Las piedras azules son símbolo del milagro y del caos, de lo imposible como los tigres azules de Borges.

bobiglez@gmail.com

El azul es uno de los colores más antiguos que se han fabricado y el que menos se presenta en la naturaleza. Sabemos que en la antigüedad el cielo era blanco y el mar era de color del vino. Homero, menciona en el canto VI de la Odisea como sobrevivió Ulises al mar de color del vino cuando naufragó en la isla de Esqueria.

En la antigüedad los colores más usados en la decoración de artefactos y en la pintura mural fueron el blanco, el negro, el rojo y amarillo ocre, ya que se encontraban más a la mano de los hombres que se dedicaban a estas tareas.

El azul aparece en Egipto hace más de cinco mil años, cuando importaban de las minas de Afganistán la piedra azul llamada lapislázuli que utilizaban para la joyería y rituales.

El pigmento azul egipcio se inventó cerca del año 2200 a.C., lo producían mezclando piedra caliza, arena y mineral de cobre como la malaquita o la azurita, que la calentaban a temperaturas de entre 800 y 900 grados dando como resultado un azul opaco, que luego lo molían como pigmento y se mezclaba con producto espesante como la clara de huevo.

La química divide los pigmentos de los colorantes por sus características en minerales, vegetales y orgánicos (como la grana cochinilla), en el caso del azul su origen ha sido mineral, vegetal y sintético.

El llamado azul de ultramar es el que se obtiene del lapislázuli, y es un azul intenso muy valorado por su poder cubriente y belleza de tonos. Marco Polo en el año 1271 da cuenta de su visita a las minas de Afganistán en donde ya se molía el mineral para la elaboración del azul de ultramar.

El azul es el más inmaterial de los colores, la naturaleza generalmente nos lo presenta sólo hecho transparencia, es decir de vacío acumulado, vacío de aire, del agua, vacío del cristal de diamante, del zafiro. El vacío es exacto, puro y frío. El azul es el más frío de los colores, y en su valor absoluto el más puro. Para Vassily Kandinsky el azul representaba la paz y lo sobrenatural.

El índigo es una planta originaria de la India que produce un color entre el azul y el violeta. Este tinte se ha utilizado desde la antigüedad para teñir telas. En Egipto las embarcaciones reales que navegaban por el Nilo portaban una vela teñida de azul índigo que indicaba que era la flota de la familia real.

El índigo también fue utilizado en el mundo mesoamericano e indoamericano, conocido como azul maya, que aparece en cerámica y pintura mural. De acuerdo a la investigación de mi maestro el historiador Constantino Reyes-Valerio, el azul maya estaba compuesto por el extracto de la planta indigofera y agua arcillosa (del mineral atapulgita) que se filtraba para luego someter a cocción la cual ofrecía el valioso pigmento.

La turquesa fue un mineral muy codiciado, con su color azul-verdoso, se utilizaba para ataviar a los nobles y venerar deidades como la diosa Chalchihuitl; además se empleó para decorar mosaicos, penachos, cuchillos, collares, joyas, etc.

Las valiosas piedras la vendían los artesanos en el mercado de Tlatelolco, y posiblemente se extraía de regiones lejanas según lo describe el Códice Florentino.

Las piedras azules son símbolo del milagro y del caos, de lo imposible como los tigres azules de Borges.

bobiglez@gmail.com