/ viernes 24 de mayo de 2019

Humanitas. Arte y pasión

La exposición nueva del Museo Jumex de Jeef Koons y Marcel Duchamp titulada “Apariencia desnuda: El deseo y el objeto”, título que recuerda el extraordinario texto de Octavio paz sobre la obra de Marcel Duchamp en donde realiza revelaciones sobre arte de nuestro tiempo.

Esta exposición propone un diálogo entrenDuchamp artista emblemático de la vanguardia del siglo XX , y Jeef Koons, artista contemporáneo y comercial de la transición del siglo XXI. Se muestra a un artista como Koons que desborda todos los límites de la creación artística, en objetos (esculturas) desmesurados, grandilocuentes, que le provocan al espectador una pulsión de consumo y de deseo por el objeto. La obra de Duchamp es mucho más inteligente y provocadora, nos invita a la contemplación y a la reflexión eliminando el deseo.

Los personajes de Koons como Rabitt, Puppy, los globos, la plastilina, las fotografías pornográficas, las esculturas icónicas de reyes del Pop, son algunos de los ejes curatoriales que esta muestra ofrece al visitante. La conclusión parece decir: Jeef Koons es un genio del marketin y de la apropiación de los deseos de los otros, de las masas. El otro, la masa, necesita obras megalómanas que le inspiren emociones similares con las que sueña o aspira realizar, se convierten en un deseo del deseo.

Todo visitante advierte que Koons es un hombre de éxito y de dinero, y supone que esto es gracias a su pulsión artística que lo catapultó en las esferas más altas de la sociedad mundial, entonces porque no ser todos como un Jeef Koons y disfrutar de su éxito, como si fuera propio. Los perritos y los globos se pueden comprar por internet, existen copias chinas muy baratas, pero el asunto de fondo es poseer una pieza para indicar que comparto su éxito, que me gustaría ser como el, pero lo que se logra es tener una vulgar réplica del genio de la publicidad.


Han existido artistas muy afamados y admirados por todo tipo de público, me puedo referir a Van Gogh o a Pablo Picasso, ambos cuentan con el reconocimiento y el consenso mundial, todo mundo quisiera tener una obra de alguno de ellos, que además significa que se comparte el gusto y el éxito del artista. El problema es el capital para adquirirlos, pero una buena reproducción nos hace sentir bien, y hasta parece que nuestro espíritu comparte sensibilidades y emociones con el artista.

Este fenómeno que pertenece al mercado del arte, propone que es artista de éxito quien vende más caro su obra, no importa mucho el contenido, eso sí, la técnica y la forma deben de ser impecables y eso es suficiente. Recordemos los tiburones de Damien Hirst que están perfectamente montados en una tina que contiene una solución química para preservar el espécimen, todo es el objeto, la vitrina o pecera es perfecta, porque este tipo de mercancía deben de contener diseño y armonía en sus partes.

El tema de la obra y las piezas de Duchamp, al que consideramos un maestro y punta de lanza de la vanguardia del siglo XX, es un importante eje de reflexión y acompañamiento para comprender las estructuras del arte contemporáneo.

La reflexión sobre Duchamp la dejaremos para la próxima columna.

Si usted está interesado en conocer a estos dos gigantes del arte, visite el museo Jumex en la ciudad de México, le recomendamos darse el tiempo suficiente para realizar una interpretación de las piezas y una crítica de la experiencia que supone entrar al mundo de estos artistas en la exposición “Apariencia desnuda: El deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons.


bobiglez@gmail.com

La exposición nueva del Museo Jumex de Jeef Koons y Marcel Duchamp titulada “Apariencia desnuda: El deseo y el objeto”, título que recuerda el extraordinario texto de Octavio paz sobre la obra de Marcel Duchamp en donde realiza revelaciones sobre arte de nuestro tiempo.

Esta exposición propone un diálogo entrenDuchamp artista emblemático de la vanguardia del siglo XX , y Jeef Koons, artista contemporáneo y comercial de la transición del siglo XXI. Se muestra a un artista como Koons que desborda todos los límites de la creación artística, en objetos (esculturas) desmesurados, grandilocuentes, que le provocan al espectador una pulsión de consumo y de deseo por el objeto. La obra de Duchamp es mucho más inteligente y provocadora, nos invita a la contemplación y a la reflexión eliminando el deseo.

Los personajes de Koons como Rabitt, Puppy, los globos, la plastilina, las fotografías pornográficas, las esculturas icónicas de reyes del Pop, son algunos de los ejes curatoriales que esta muestra ofrece al visitante. La conclusión parece decir: Jeef Koons es un genio del marketin y de la apropiación de los deseos de los otros, de las masas. El otro, la masa, necesita obras megalómanas que le inspiren emociones similares con las que sueña o aspira realizar, se convierten en un deseo del deseo.

Todo visitante advierte que Koons es un hombre de éxito y de dinero, y supone que esto es gracias a su pulsión artística que lo catapultó en las esferas más altas de la sociedad mundial, entonces porque no ser todos como un Jeef Koons y disfrutar de su éxito, como si fuera propio. Los perritos y los globos se pueden comprar por internet, existen copias chinas muy baratas, pero el asunto de fondo es poseer una pieza para indicar que comparto su éxito, que me gustaría ser como el, pero lo que se logra es tener una vulgar réplica del genio de la publicidad.


Han existido artistas muy afamados y admirados por todo tipo de público, me puedo referir a Van Gogh o a Pablo Picasso, ambos cuentan con el reconocimiento y el consenso mundial, todo mundo quisiera tener una obra de alguno de ellos, que además significa que se comparte el gusto y el éxito del artista. El problema es el capital para adquirirlos, pero una buena reproducción nos hace sentir bien, y hasta parece que nuestro espíritu comparte sensibilidades y emociones con el artista.

Este fenómeno que pertenece al mercado del arte, propone que es artista de éxito quien vende más caro su obra, no importa mucho el contenido, eso sí, la técnica y la forma deben de ser impecables y eso es suficiente. Recordemos los tiburones de Damien Hirst que están perfectamente montados en una tina que contiene una solución química para preservar el espécimen, todo es el objeto, la vitrina o pecera es perfecta, porque este tipo de mercancía deben de contener diseño y armonía en sus partes.

El tema de la obra y las piezas de Duchamp, al que consideramos un maestro y punta de lanza de la vanguardia del siglo XX, es un importante eje de reflexión y acompañamiento para comprender las estructuras del arte contemporáneo.

La reflexión sobre Duchamp la dejaremos para la próxima columna.

Si usted está interesado en conocer a estos dos gigantes del arte, visite el museo Jumex en la ciudad de México, le recomendamos darse el tiempo suficiente para realizar una interpretación de las piezas y una crítica de la experiencia que supone entrar al mundo de estos artistas en la exposición “Apariencia desnuda: El deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons.


bobiglez@gmail.com