/ miércoles 19 de junio de 2019

La Grabadora

GRABANDO…

Rafael Camacho Guzmán, nacido en Querétaro en 1916, se fue de esta tierra siendo muy joven a estudiar a Guanajuato. Fue locutor en la Ciudad de México, a finales de los 40 fue de los fundadores del STIRT, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión. Lo formó con otros a base de pleitos y de enfrentamientos, a veces a punta de pistola, entre los que querían el sindicalismo y los que no, así como ante patrones que se negaban a que sus empleados se sindicalizaran, hasta que en 1961 y hasta 1979 fue su dirigente.

Camacho, cercano a Fidel Velázquez, líder de la CTM, el brazo obrero del PRI durante años y años, fue por imposición del mandamás de los trabajadores cetemistas senador por Querétaro por “elección de los ciudadanos”. Al regresar a su tierra en 1973 durante la campaña y ya senador se le veía en restaurantes, así como en diversos lugares y principalmente en las corridas de toros, su pasión, con el eterno puro que fumaba o mantenía entre sus dedos, amplio sombrero fino y grandes lentes oscuros y siempre muy bien acompañado, un eterno enamorado.

Don Fidel Velázquez, y él senador, se empeñaron en que fuera candidato del PRI a gobernador de Querétaro ante la inconformidad del entonces gobernador priísta el arquitecto Antonio Calzada. Muchos prominentes queretanos se reunían en aquel entonces en “La Flor de Querétaro”, café en el centro, y en otros lugares como el Club Campestre tratando de impedir que Don Rafael fuera candidato. Contra tirios y troyanos, los pocos que lo querían como gobernador y los que no lo aceptaban ganó con una mayoría casi absoluta, en 1979 fue gobernador de Querétaro.

Gran parte de los queretanos que no lo deseaban como gobernante no tuvieron de otra que aceptarlo, no sin tachar a Camacho Guzmán como un déspota sin estudios ni preparación para ser gobernador. A don Rafael le valía lo que opinaran de él, con un estilo fuera de la norma política y de las formas de la civilidad con parte de la sociedad, inició su trabajo como gobernador.

Un hombre que imponía, con carácter osco, dicharachero y grosero, directo sin darle vuelta a lo que quería inició su gestión ante una comunidad dividida, los muchos que no creían en el mandatario estatal y los pocos que se la jugaron con Camacho. Por supuesto que como el mero mero del sindicalismo radiofónico no abandonó su liderazgo en el STIR, imponiendo como secretario general a Ramírez Valenzuela, un hombre de buen carácter que enfermó y murió, su sucesor fue Netzahualcóyotl de la Vega, hombre de la radio con carisma y carácter que hasta su fallecimiento fue el mandamás del STIRT, que tuvo disgustos y corajes tratando ser lo más independiente posible del ya gobernador de Querétaro.

Todo lo anterior lo escribí como antecedente para en próximas entregas poder hablar de la obra, vida y acciones de Rafael Camacho Guzmán que me tocó ser testigo, o bien escuchar y comprobar de cercanos actores, así como de otros que estuvieron presentes en los actos y mandatos de este sui generis personaje distinto a muchos hombres de poder. Hombre de valía y de una sola palabra que imponía con su peculiar estilo de hablar de actuar y de mandar, esto último era lo suyo.

OFF THE RECORD…

Yo ya no sé si vivo en un mundo real o irreal con el mandato del presidente de todos nosotros los mexicanos Andrés Manuel López Obrador. Lo sucedido en Gómez Palacios, Durango, en uno de sus acostumbrados mítines fin semaneros hablaba de los beneficios del metrobus de la región lagunera, extensión del sistema de Torreón a la vecina ciudad, al hablar sobre el tema, varios de los asistentes al mitin protestaron por la obra diciendo que había corrupción. López Obrador recurrió a su sistema de votación a mano alzada, la mayoría de los asistentes dijeron ¡NO! Y el presidente canceló la obra, así porque sí. ¿Y los miles y miles que siguen transportándose en destartalados autobuses? ¡Bien, gracias! Así es la política de López.

Contáctame: sanroman.elinformador@gmail.com

@ElInformadorQro

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Rafael Camacho Guzmán, nacido en Querétaro en 1916, se fue de esta tierra siendo muy joven a estudiar a Guanajuato. Fue locutor en la Ciudad de México, a finales de los 40 fue de los fundadores del STIRT, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión. Lo formó con otros a base de pleitos y de enfrentamientos, a veces a punta de pistola, entre los que querían el sindicalismo y los que no, así como ante patrones que se negaban a que sus empleados se sindicalizaran, hasta que en 1961 y hasta 1979 fue su dirigente.

Camacho, cercano a Fidel Velázquez, líder de la CTM, el brazo obrero del PRI durante años y años, fue por imposición del mandamás de los trabajadores cetemistas senador por Querétaro por “elección de los ciudadanos”. Al regresar a su tierra en 1973 durante la campaña y ya senador se le veía en restaurantes, así como en diversos lugares y principalmente en las corridas de toros, su pasión, con el eterno puro que fumaba o mantenía entre sus dedos, amplio sombrero fino y grandes lentes oscuros y siempre muy bien acompañado, un eterno enamorado.

Don Fidel Velázquez, y él senador, se empeñaron en que fuera candidato del PRI a gobernador de Querétaro ante la inconformidad del entonces gobernador priísta el arquitecto Antonio Calzada. Muchos prominentes queretanos se reunían en aquel entonces en “La Flor de Querétaro”, café en el centro, y en otros lugares como el Club Campestre tratando de impedir que Don Rafael fuera candidato. Contra tirios y troyanos, los pocos que lo querían como gobernador y los que no lo aceptaban ganó con una mayoría casi absoluta, en 1979 fue gobernador de Querétaro.

Gran parte de los queretanos que no lo deseaban como gobernante no tuvieron de otra que aceptarlo, no sin tachar a Camacho Guzmán como un déspota sin estudios ni preparación para ser gobernador. A don Rafael le valía lo que opinaran de él, con un estilo fuera de la norma política y de las formas de la civilidad con parte de la sociedad, inició su trabajo como gobernador.

Un hombre que imponía, con carácter osco, dicharachero y grosero, directo sin darle vuelta a lo que quería inició su gestión ante una comunidad dividida, los muchos que no creían en el mandatario estatal y los pocos que se la jugaron con Camacho. Por supuesto que como el mero mero del sindicalismo radiofónico no abandonó su liderazgo en el STIR, imponiendo como secretario general a Ramírez Valenzuela, un hombre de buen carácter que enfermó y murió, su sucesor fue Netzahualcóyotl de la Vega, hombre de la radio con carisma y carácter que hasta su fallecimiento fue el mandamás del STIRT, que tuvo disgustos y corajes tratando ser lo más independiente posible del ya gobernador de Querétaro.

Todo lo anterior lo escribí como antecedente para en próximas entregas poder hablar de la obra, vida y acciones de Rafael Camacho Guzmán que me tocó ser testigo, o bien escuchar y comprobar de cercanos actores, así como de otros que estuvieron presentes en los actos y mandatos de este sui generis personaje distinto a muchos hombres de poder. Hombre de valía y de una sola palabra que imponía con su peculiar estilo de hablar de actuar y de mandar, esto último era lo suyo.

OFF THE RECORD…

Yo ya no sé si vivo en un mundo real o irreal con el mandato del presidente de todos nosotros los mexicanos Andrés Manuel López Obrador. Lo sucedido en Gómez Palacios, Durango, en uno de sus acostumbrados mítines fin semaneros hablaba de los beneficios del metrobus de la región lagunera, extensión del sistema de Torreón a la vecina ciudad, al hablar sobre el tema, varios de los asistentes al mitin protestaron por la obra diciendo que había corrupción. López Obrador recurrió a su sistema de votación a mano alzada, la mayoría de los asistentes dijeron ¡NO! Y el presidente canceló la obra, así porque sí. ¿Y los miles y miles que siguen transportándose en destartalados autobuses? ¡Bien, gracias! Así es la política de López.

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