/ miércoles 11 de septiembre de 2024

La pista / ¿Y los valores?


La izquierda en México, representada actualmente por el partido Morena, está traicionando los principios y a los ciudadanos por los que lucharon durante años.

Lo que una vez fue una causa en pro de la justicia y la equidad, hoy está buscando consolidar el control total, intentando implementar jueces afines al partido mediante su reforma del Poder Judicial.

Esta medida no sólo representa un retroceso en la independencia judicial, sino también una amenaza directa a los derechos democráticos y la separación de poderes en el país.

Estamos entrando, quizás, a la crisis actual que representa la mayor amenaza a la estabilidad de México en las últimas tres décadas, por la necedad de impulsar una reforma al Poder Judicial sin consensos.

El riesgo de concentrar el poder en un sólo partido, bajo la premisa de una transformación, pone en juego los valores fundamentales de nuestra democracia.

El equilibrio entre poderes ha sido un pilar que ha permitido la construcción de un México plural y diverso. Al intentar someter al Poder Judicial, Morena no sólo socava ese equilibrio, sino que también demuestra un desprecio preocupante por las instituciones que salvaguardan los derechos de todos los ciudadanos.

Este escenario no es nuevo en la historia política de América Latina. Países como Venezuela y Nicaragua han transitado por caminos similares, donde el autoritarismo, disfrazado de reformas "populares", terminó por debilitar la democracia y empobrecer a sus pueblos.
El populismo, cuando no tiene límites, tiende a caer en la tentación de controlar todo lo que se le opone, y México está mostrando señales alarmantes de seguir ese patrón.

Es hora de que los ciudadanos, independientemente de su preferencia política, reflexionen sobre lo que está en juego. No se trata de defender a un partido u otro, sino de salvaguardar los principios que permiten una sociedad justa y libre.



La izquierda en México, representada actualmente por el partido Morena, está traicionando los principios y a los ciudadanos por los que lucharon durante años.

Lo que una vez fue una causa en pro de la justicia y la equidad, hoy está buscando consolidar el control total, intentando implementar jueces afines al partido mediante su reforma del Poder Judicial.

Esta medida no sólo representa un retroceso en la independencia judicial, sino también una amenaza directa a los derechos democráticos y la separación de poderes en el país.

Estamos entrando, quizás, a la crisis actual que representa la mayor amenaza a la estabilidad de México en las últimas tres décadas, por la necedad de impulsar una reforma al Poder Judicial sin consensos.

El riesgo de concentrar el poder en un sólo partido, bajo la premisa de una transformación, pone en juego los valores fundamentales de nuestra democracia.

El equilibrio entre poderes ha sido un pilar que ha permitido la construcción de un México plural y diverso. Al intentar someter al Poder Judicial, Morena no sólo socava ese equilibrio, sino que también demuestra un desprecio preocupante por las instituciones que salvaguardan los derechos de todos los ciudadanos.

Este escenario no es nuevo en la historia política de América Latina. Países como Venezuela y Nicaragua han transitado por caminos similares, donde el autoritarismo, disfrazado de reformas "populares", terminó por debilitar la democracia y empobrecer a sus pueblos.
El populismo, cuando no tiene límites, tiende a caer en la tentación de controlar todo lo que se le opone, y México está mostrando señales alarmantes de seguir ese patrón.

Es hora de que los ciudadanos, independientemente de su preferencia política, reflexionen sobre lo que está en juego. No se trata de defender a un partido u otro, sino de salvaguardar los principios que permiten una sociedad justa y libre.