/ martes 5 de enero de 2021

Lecciones del 2020; neurona ciudadana

El 2020 quedará grabado en la mente de la humanidad como uno de los años más complicados de la era moderna. Definitivamente son muchos los problemas y dificultades que ha dejado a su paso la pandemia. Sin embargo, estoy segura, que son más las lecciones que hemos aprendido, que si somos conscientes de ellas, veo un panorama esperanzador para el planeta.

Una de las primeras grandes lecciones, sin duda, fue reflexionar sobre la importancia de la salud, pues tal parece que ha sido un tema que colocamos al final de la fila de nuestras prioridades y, con esta emergencia sanitaria, nos hemos dado cuenta de lo frágiles que somos ante un diminuto virus que ha puesto de cabeza nuestra cotidianidad. Sin salud nada de lo que hagamos tiene el sentido adecuado, por eso, cabe la recomendación para que seamos congruentes con nuestro cuerpo y cuidemos de él.

Darnos cuenta del impacto negativo que hemos generado en nuestro medio ambiente ha sido otra de las gigantescas lecciones, pues durante la cuarentena vimos cómo la naturaleza buscaba recuperar esos espacios que le han sido arrebatados drásticamente por el hombre. Se registró una reducción en las emisiones contaminantes a la atmósfera como consecuencia de la disminución de las actividades industriales, aunque esto, como bien ha señalado la Organización Meteorológica Mundial, no debería ser considerado un sustituto de las acciones contra el cambio climático, pues como he señalado en muchas ocasiones, si no tomamos cartas serias en el asunto, el daño sistemático y permanente a nuestro ecosistema podría ocasionar deterioros muchos más terribles que la propia pandemia. Es urgente que se generen políticas estrictas de cuidado al medio ambiente, de lo contrario podríamos estar próximos a un escenario realmente apocalíptico.

Por otra parte, darnos cuenta de la burbuja consumista en la que hemos estado atrapados por muchos años, ha venido a replantear, en el mejor de los casos, nuestra forma de comprar, pues pocos son aquellos que reflexionan sobre el impacto que tienen esos impulsos que tenemos frente a un aparador en las miles de plazas comerciales que han inundado nuestras ciudades. La gran lección aquí debería ser el regreso a lo básico, a un esquema minimalista que impulse el comercio local y las compras más conscientes sobre el impacto que generan en nuestra economía y en el medio ambiente.

En este sentido, permanentemente he defendido la idea que crear redes que favorezcan a los micro y pequeños comercios y empresas, que impulsen la economía de cuadra y así poder salir de las dificultades económicas que han provocado esta crisis sanitaria.

Otra gran lección ha sido valorar la importancia del trabajo colaborativo para que todos los sectores de la sociedad asumamos nuestra responsabilidad, pues como dijera Zig Ziglar: “Los individuos marcan goles, pero los equipos ganan partidos”, pues sin equidad social, sin cuidado al medio ambiente y sin la inclusión de las mujeres no hay posibilidad de enfrentar los retos que se nos presenten como humanidad. Una gran tarea para este 2021.

El 2020 quedará grabado en la mente de la humanidad como uno de los años más complicados de la era moderna. Definitivamente son muchos los problemas y dificultades que ha dejado a su paso la pandemia. Sin embargo, estoy segura, que son más las lecciones que hemos aprendido, que si somos conscientes de ellas, veo un panorama esperanzador para el planeta.

Una de las primeras grandes lecciones, sin duda, fue reflexionar sobre la importancia de la salud, pues tal parece que ha sido un tema que colocamos al final de la fila de nuestras prioridades y, con esta emergencia sanitaria, nos hemos dado cuenta de lo frágiles que somos ante un diminuto virus que ha puesto de cabeza nuestra cotidianidad. Sin salud nada de lo que hagamos tiene el sentido adecuado, por eso, cabe la recomendación para que seamos congruentes con nuestro cuerpo y cuidemos de él.

Darnos cuenta del impacto negativo que hemos generado en nuestro medio ambiente ha sido otra de las gigantescas lecciones, pues durante la cuarentena vimos cómo la naturaleza buscaba recuperar esos espacios que le han sido arrebatados drásticamente por el hombre. Se registró una reducción en las emisiones contaminantes a la atmósfera como consecuencia de la disminución de las actividades industriales, aunque esto, como bien ha señalado la Organización Meteorológica Mundial, no debería ser considerado un sustituto de las acciones contra el cambio climático, pues como he señalado en muchas ocasiones, si no tomamos cartas serias en el asunto, el daño sistemático y permanente a nuestro ecosistema podría ocasionar deterioros muchos más terribles que la propia pandemia. Es urgente que se generen políticas estrictas de cuidado al medio ambiente, de lo contrario podríamos estar próximos a un escenario realmente apocalíptico.

Por otra parte, darnos cuenta de la burbuja consumista en la que hemos estado atrapados por muchos años, ha venido a replantear, en el mejor de los casos, nuestra forma de comprar, pues pocos son aquellos que reflexionan sobre el impacto que tienen esos impulsos que tenemos frente a un aparador en las miles de plazas comerciales que han inundado nuestras ciudades. La gran lección aquí debería ser el regreso a lo básico, a un esquema minimalista que impulse el comercio local y las compras más conscientes sobre el impacto que generan en nuestra economía y en el medio ambiente.

En este sentido, permanentemente he defendido la idea que crear redes que favorezcan a los micro y pequeños comercios y empresas, que impulsen la economía de cuadra y así poder salir de las dificultades económicas que han provocado esta crisis sanitaria.

Otra gran lección ha sido valorar la importancia del trabajo colaborativo para que todos los sectores de la sociedad asumamos nuestra responsabilidad, pues como dijera Zig Ziglar: “Los individuos marcan goles, pero los equipos ganan partidos”, pues sin equidad social, sin cuidado al medio ambiente y sin la inclusión de las mujeres no hay posibilidad de enfrentar los retos que se nos presenten como humanidad. Una gran tarea para este 2021.