/ sábado 21 de agosto de 2021

Lo que no nos define | Crónica sobre Afganistán

Esta semana, los ojos del mundo entero se dirigieron a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Unos argumentan que la posición de Estados Unidos quedó seriamente debilitada, otros sostienen que fue una decisión atinada luego de dos décadas de permanente conflicto.

Es oportuno precisar que este hecho acontece a tres semanas del vigésimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas.

¿Estados Unidos fue el único país que intervino? No. Los británicos invadieron Afganistán en tres ocasiones, a mediados y finales del siglo XIX. Por su parte, los soviéticos también intentaron expandir su influencia.

Las tropas estadounidenses tuvieron presencia en Afganistán por primera ocasión hace 20 años, con el propósito de borrar del mapa a Al Qaeda, responsable de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. La guerra evolucionó.

Irremediablemente, dicha intervención tuvo un costo altísimo: 2 billones de dólares, 2 mil 500 vidas estadounidenses, 70 mil bajas militares afganas y alrededor de 50 mil muertes de civiles.

Lo ocurrido el domingo está anclado en un precedente: en febrero de 2020, Trump firmó un acuerdo con el Talibán en Doha, Qatar, por medio del cual el gobierno estadounidense proyectó retirar sus tropas a más tardar en mayo de 2021, al tiempo que los talibanes se comprometieron a no permitir que el territorio afgano se convirtiera en un semillero para grupos terroristas, como Al Qaeda. Esto a fin de evitar amenazas a la seguridad de EE.UU.

¿Cuál es la fotografía hasta el momento? El pasado 15 de agosto, el Talibán tomó el control de Kabul tras ocupar distintas ciudades y pueblos pequeños. Sumado a lo anterior, el presidente Ashraf Ghani huyó del país y el ejército afgano fue derrotado, lo que supuso el colapso inminente de dicho gobierno.

Bajo el dominio del Talibán, y el establecimiento de la ley Sharía, es posible advertir un entorno de tensión y confrontación. Además, existe el peligro de que los talibanes amplíen su poderío hacia Pakistán.

Generalmente, el retiro de tropas responde a dos motivos: o la misión militar se cumplió o la presencia del ejército se tornó insostenible por motivos políticos. Biden declaró que se debió a la primera razón, y añadió que Estados Unidos nunca se planteó la construcción de una nación; el interés central fue evitar la reproducción de otro evento lamentable como el 9/11.

Algunas preguntas quedarán en el aire de cara a los próximos años… ¿Estados Unidos fue el gran perdedor? ¿Su imagen internacional se devaluó frente a sus aliados y adversarios? ¿Cómo se irá configurando el panorama en Medio Oriente? ¿China y Rusia saldrán beneficiados? ¿Qué otros perfiles aparecerán en escena? ¿Será la protección de las personas y no la geopolítica lo que nos define?


Consultor y profesor universitario

Twitter: Petaco10marina

Facebook: Petaco Diez Marina

Instagram: Petaco10marina

Esta semana, los ojos del mundo entero se dirigieron a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Unos argumentan que la posición de Estados Unidos quedó seriamente debilitada, otros sostienen que fue una decisión atinada luego de dos décadas de permanente conflicto.

Es oportuno precisar que este hecho acontece a tres semanas del vigésimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas.

¿Estados Unidos fue el único país que intervino? No. Los británicos invadieron Afganistán en tres ocasiones, a mediados y finales del siglo XIX. Por su parte, los soviéticos también intentaron expandir su influencia.

Las tropas estadounidenses tuvieron presencia en Afganistán por primera ocasión hace 20 años, con el propósito de borrar del mapa a Al Qaeda, responsable de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. La guerra evolucionó.

Irremediablemente, dicha intervención tuvo un costo altísimo: 2 billones de dólares, 2 mil 500 vidas estadounidenses, 70 mil bajas militares afganas y alrededor de 50 mil muertes de civiles.

Lo ocurrido el domingo está anclado en un precedente: en febrero de 2020, Trump firmó un acuerdo con el Talibán en Doha, Qatar, por medio del cual el gobierno estadounidense proyectó retirar sus tropas a más tardar en mayo de 2021, al tiempo que los talibanes se comprometieron a no permitir que el territorio afgano se convirtiera en un semillero para grupos terroristas, como Al Qaeda. Esto a fin de evitar amenazas a la seguridad de EE.UU.

¿Cuál es la fotografía hasta el momento? El pasado 15 de agosto, el Talibán tomó el control de Kabul tras ocupar distintas ciudades y pueblos pequeños. Sumado a lo anterior, el presidente Ashraf Ghani huyó del país y el ejército afgano fue derrotado, lo que supuso el colapso inminente de dicho gobierno.

Bajo el dominio del Talibán, y el establecimiento de la ley Sharía, es posible advertir un entorno de tensión y confrontación. Además, existe el peligro de que los talibanes amplíen su poderío hacia Pakistán.

Generalmente, el retiro de tropas responde a dos motivos: o la misión militar se cumplió o la presencia del ejército se tornó insostenible por motivos políticos. Biden declaró que se debió a la primera razón, y añadió que Estados Unidos nunca se planteó la construcción de una nación; el interés central fue evitar la reproducción de otro evento lamentable como el 9/11.

Algunas preguntas quedarán en el aire de cara a los próximos años… ¿Estados Unidos fue el gran perdedor? ¿Su imagen internacional se devaluó frente a sus aliados y adversarios? ¿Cómo se irá configurando el panorama en Medio Oriente? ¿China y Rusia saldrán beneficiados? ¿Qué otros perfiles aparecerán en escena? ¿Será la protección de las personas y no la geopolítica lo que nos define?


Consultor y profesor universitario

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