/ sábado 9 de julio de 2022

Lo que no nos define | El declive de Boris


La salida de Boris Johnson era inevitable. Recientemente, más de cincuenta miembros del gobierno británico dimitieron de sus cargos; ello entretejió un panorama políticamente adverso. El martes, los ministros de Salud y Finanzas, Sajid Javid y Rishi Sunak, respectivamente, presentaron sus renuncias. Un día después, a través de una carta dirigida al primer ministro, cinco funcionarios hicieron lo propio. Apuntaron que, en vista de los escándalos observados, el gobierno ya no era funcional. Como resultado, la situación en el número 10 de Downing Street se complejizó.

Ciertamente, los dirigentes tienden a abandonar sus responsabilidades cuando carecen del respaldo suficiente de sus propios partidos. En 2019, Theresa May cesó como líder del Partido Conservador y primer ministro debido a que no logró consolidar el acuerdo del Brexit; previamente, en 2016, David Cameron se vio orillado a desistir luego de que la mayoría de los votantes de Reino Unido se pronunció a favor de abandonar la Unión Europea. Ahora, dada la pérdida de credibilidad, dicho escenario se replicó con Boris Johnson; hechos como el “partygate” durante el confinamiento motivaron su partida.

Del listado de primeros ministros que han habido, a partir de la década de los ochenta, únicamente Thatcher y Balir fungieron por un período de diez años. El mandato de Boris Johnson ha sido de tres. Continuará al frente del gobierno inglés hasta que se elija a otro líder del Partido Conservador; se especula que extenderá el plazo hasta octubre a fin de organizar su fiesta de bodas en la residencia oficial de Chequers.

El siguiente primer ministro deberá fijar su postura sobre el Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y el Reino Unido, así como el Protocolo de Irlanda del Norte. Dentro de los posibles candidatos, se encuentran Ben Wallace, ministro de Defensa, en virtud de su atinada respuesta ante la guerra en Ucrania y los asuntos de seguridad internos, al igual que el exministro de Finanzas, Rishi Sunak.

Tras las celebraciones por el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, es oportuno reflexionar en torno a la estabilidad de los gobiernos. Lamentablemente, el liderazgo británico se ha extraviado en su orgullo insular arrojando promesas incumplidas. Ello ha generado un enorme recelo; éste ha despertado manifestaciones violentas como el ataque al exprimer ministro de Japón, Shinzo Abe, mismo que provocó su muerte.

La huella inglesa está presente en México. Desde que ambos países reanudaron sus relaciones diplomáticas en 1941, su cercanía se ha profundizado y desdoblado en distintos aspectos. Reino Unido es nuestro noveno inversionista más importante con 18 mil 143 millones de dólares. Sin duda, habremos de estar atentos a lo que suceda.

¿Será el imperialismo de la soledad lo que no nos define?


  • Consultor y profesor universitario
  • Twitter: Petaco10marina
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La salida de Boris Johnson era inevitable. Recientemente, más de cincuenta miembros del gobierno británico dimitieron de sus cargos; ello entretejió un panorama políticamente adverso. El martes, los ministros de Salud y Finanzas, Sajid Javid y Rishi Sunak, respectivamente, presentaron sus renuncias. Un día después, a través de una carta dirigida al primer ministro, cinco funcionarios hicieron lo propio. Apuntaron que, en vista de los escándalos observados, el gobierno ya no era funcional. Como resultado, la situación en el número 10 de Downing Street se complejizó.

Ciertamente, los dirigentes tienden a abandonar sus responsabilidades cuando carecen del respaldo suficiente de sus propios partidos. En 2019, Theresa May cesó como líder del Partido Conservador y primer ministro debido a que no logró consolidar el acuerdo del Brexit; previamente, en 2016, David Cameron se vio orillado a desistir luego de que la mayoría de los votantes de Reino Unido se pronunció a favor de abandonar la Unión Europea. Ahora, dada la pérdida de credibilidad, dicho escenario se replicó con Boris Johnson; hechos como el “partygate” durante el confinamiento motivaron su partida.

Del listado de primeros ministros que han habido, a partir de la década de los ochenta, únicamente Thatcher y Balir fungieron por un período de diez años. El mandato de Boris Johnson ha sido de tres. Continuará al frente del gobierno inglés hasta que se elija a otro líder del Partido Conservador; se especula que extenderá el plazo hasta octubre a fin de organizar su fiesta de bodas en la residencia oficial de Chequers.

El siguiente primer ministro deberá fijar su postura sobre el Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la Unión Europea y el Reino Unido, así como el Protocolo de Irlanda del Norte. Dentro de los posibles candidatos, se encuentran Ben Wallace, ministro de Defensa, en virtud de su atinada respuesta ante la guerra en Ucrania y los asuntos de seguridad internos, al igual que el exministro de Finanzas, Rishi Sunak.

Tras las celebraciones por el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, es oportuno reflexionar en torno a la estabilidad de los gobiernos. Lamentablemente, el liderazgo británico se ha extraviado en su orgullo insular arrojando promesas incumplidas. Ello ha generado un enorme recelo; éste ha despertado manifestaciones violentas como el ataque al exprimer ministro de Japón, Shinzo Abe, mismo que provocó su muerte.

La huella inglesa está presente en México. Desde que ambos países reanudaron sus relaciones diplomáticas en 1941, su cercanía se ha profundizado y desdoblado en distintos aspectos. Reino Unido es nuestro noveno inversionista más importante con 18 mil 143 millones de dólares. Sin duda, habremos de estar atentos a lo que suceda.

¿Será el imperialismo de la soledad lo que no nos define?


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