/ martes 12 de octubre de 2021

Neurona Ciudadana | Reforma sin visión de futuro


La iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica que impulsa el gobierno federal ha dado mucho de qué hablar en las últimas semanas y no son buenos comentarios, pues en términos generales, los especialistas aseguran que lejos de ser una reforma con visión de futuro, puede llevar al país a un escenario similar al que se vivió en la década de los 70 u 80, donde los apagones eran cosa de todos los días.

Con dicha reforma, se echaría a la basura el intenso trabajo realizado durante muchos años por decenas de expertos que dieron lugar a la creación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).

En este espacio siempre hemos considerado que el país, los estados o municipios no tendrían que reinventarse cada 3 o 6 años con la llegada de nuevas administraciones, sino darle continuidad a lo que funciona y mejorar todo aquello que tiene áreas de oportunidad y vemos con pesar, que el actual gobierno federal, quiere borrar de un plumazo muchas cosas que han ayudado a nuestro país a abrirse al mundo y a ponerlo en un nivel más competitivo, aunque claro, siempre existe oportunidad de mejorar.

La reforma también supondría un duro golpe a la libre competencia, que como sabemos, es un principio básico de una economía sana. Y puede parecer que sólo afectaría a las grandes empresas, pero no, esta dañaría aún más a la ya de por sí lastimada economía de todas y todos los mexicanos y a las MiPyMEs. Datos de la CRE a septiembre de 2021, señalan que la energía que genera la CFE es 4.9 veces más cara que la que produce el sector privado ($1,852 pesos por megawatt hora -MWh- contra 377 pesos por MWh).

Es decir, si se excluye a los privados y se apuesta por el monopolio de la CFE las tarifas o los subsidios se incrementarían considerablemente y la CFE no se ha caracterizado por su eficiencia en la generación de electricidad y no lo sería si se le entrega por ley toda la responsabilidad. La reforma propuesta implicaría mayores precios de la electricidad, insumo básico para las industrias, los negocios, las oficinas y para los hogares, especialmente ahora que muchos trabajamos de manera remota o en home office.

Hay que entender que no existe gasto público que alcance para financiar esta reforma, lo que podría implicar la necesidad de que el gobierno se endeude todavía más y tenemos que decirlo claramente: la deuda no la paga el gobierno, la deuda la pagamos con nuestros impuestos.

Otro punto, no menos importante, es el nulo impulso que le daríamos a la generación de energías limpias, pues la reforma apuesta por seguir quemando carbón y combustóleo, algo que nos llevaría a incumplir el Acuerdo de París, el cual busca que los países se comprometan a la reducción de emisiones de gases contaminantes y así combatir el cambio climático.
México cuenta con abundantes recursos solares y eólicos, suficientes para generar el 100% de la energía que requiere al año el país y por increíble que parezca, hoy no se están aprovechando.

Claro que estamos de acuerdo con el presidente, la CFE tiene que fortalecerse, pero no bajo las características que plantea su reforma constitucional. Estamos enfrentando la peor crisis económica y sanitaria en la historia de nuestro país, por ello, alzamos la voz y exigimos a los legisladores que piensen en México, que piensen en las familias mexicanas y que no antepongan valoraciones políticas para aprobar una reforma que es tóxica y cuyo daño no tendrá retorno.

En COPARMEX estamos listos para aportar nuestro conocimiento para construir junto con el gobierno y el Congreso la plataforma energética que el México del futuro necesita, confiamos en que seremos escuchados.

#OpiniónCoparmex


La iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica que impulsa el gobierno federal ha dado mucho de qué hablar en las últimas semanas y no son buenos comentarios, pues en términos generales, los especialistas aseguran que lejos de ser una reforma con visión de futuro, puede llevar al país a un escenario similar al que se vivió en la década de los 70 u 80, donde los apagones eran cosa de todos los días.

Con dicha reforma, se echaría a la basura el intenso trabajo realizado durante muchos años por decenas de expertos que dieron lugar a la creación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).

En este espacio siempre hemos considerado que el país, los estados o municipios no tendrían que reinventarse cada 3 o 6 años con la llegada de nuevas administraciones, sino darle continuidad a lo que funciona y mejorar todo aquello que tiene áreas de oportunidad y vemos con pesar, que el actual gobierno federal, quiere borrar de un plumazo muchas cosas que han ayudado a nuestro país a abrirse al mundo y a ponerlo en un nivel más competitivo, aunque claro, siempre existe oportunidad de mejorar.

La reforma también supondría un duro golpe a la libre competencia, que como sabemos, es un principio básico de una economía sana. Y puede parecer que sólo afectaría a las grandes empresas, pero no, esta dañaría aún más a la ya de por sí lastimada economía de todas y todos los mexicanos y a las MiPyMEs. Datos de la CRE a septiembre de 2021, señalan que la energía que genera la CFE es 4.9 veces más cara que la que produce el sector privado ($1,852 pesos por megawatt hora -MWh- contra 377 pesos por MWh).

Es decir, si se excluye a los privados y se apuesta por el monopolio de la CFE las tarifas o los subsidios se incrementarían considerablemente y la CFE no se ha caracterizado por su eficiencia en la generación de electricidad y no lo sería si se le entrega por ley toda la responsabilidad. La reforma propuesta implicaría mayores precios de la electricidad, insumo básico para las industrias, los negocios, las oficinas y para los hogares, especialmente ahora que muchos trabajamos de manera remota o en home office.

Hay que entender que no existe gasto público que alcance para financiar esta reforma, lo que podría implicar la necesidad de que el gobierno se endeude todavía más y tenemos que decirlo claramente: la deuda no la paga el gobierno, la deuda la pagamos con nuestros impuestos.

Otro punto, no menos importante, es el nulo impulso que le daríamos a la generación de energías limpias, pues la reforma apuesta por seguir quemando carbón y combustóleo, algo que nos llevaría a incumplir el Acuerdo de París, el cual busca que los países se comprometan a la reducción de emisiones de gases contaminantes y así combatir el cambio climático.
México cuenta con abundantes recursos solares y eólicos, suficientes para generar el 100% de la energía que requiere al año el país y por increíble que parezca, hoy no se están aprovechando.

Claro que estamos de acuerdo con el presidente, la CFE tiene que fortalecerse, pero no bajo las características que plantea su reforma constitucional. Estamos enfrentando la peor crisis económica y sanitaria en la historia de nuestro país, por ello, alzamos la voz y exigimos a los legisladores que piensen en México, que piensen en las familias mexicanas y que no antepongan valoraciones políticas para aprobar una reforma que es tóxica y cuyo daño no tendrá retorno.

En COPARMEX estamos listos para aportar nuestro conocimiento para construir junto con el gobierno y el Congreso la plataforma energética que el México del futuro necesita, confiamos en que seremos escuchados.

#OpiniónCoparmex