/ martes 17 de noviembre de 2020

Paridad en Gubernaturas

El pasado 6 de noviembre el Consejo General del INE avaló y anunció lineamientos para garantizar la paridad de género en las elecciones de gubernatura que se celebrarán dentro del proceso electoral de junio 2021 y en el que se estableció que al menos 7 de las 15 posiciones estatales disputadas tengan una propuesta mujer de cada partido o coalición registrada.

Esto es, indudablemente, una buena noticia para las mujeres que se han labrado una carrera en la política, pero sobre todo para un país que comienza a reconocer el esfuerzo que generaciones de mujeres del ámbito público y privado han empeñado por encontrar mayores espacios de igualdad y equidad.

Las mujeres saben hacer muy buenos gobiernos y enfrentar mejor las crisis; así lo demuestran, por ejemplo, los datos mundiales sobre combate y control de la pandemia de Covid19 que ha golpeado a toda la población del planeta.

De acuerdo con las cifras que publica la Universidad John Hopkins, los 7 países que registran un número menor de fallecidos y de manejo de las afectaciones agregadas producto del confinamiento, tienen jefas de gobiernomujeres.

Ángela Merkel (Alemania). Mette Federiksen (Dinamarca),Sanna Marin (Finlandia), Kristjana Asbjornsdottir (Islandia), Erna Solberg (Noruega), Jacinta Arden (Nueva Zelanda) y Tsai Ing-wen (Taiwan), son hoy referencia de que si hacer y que no hacer ante una crisis de sanitaria y económica como la que vivimos.

Por eso estoy clara de la oportunidad de agregar más mujeres a la boleta del próximo año, y no comparto la incertidumbre, miedo o suspicacia que muchos actores políticos varones han expresado en busca de descarrilar dicha iniciativa de paridad.

Por el contrario, considero que llega tarde a la vida pública del país, aunque es extraordinariamente oportuna como un contrapeso estructural más a la descalificación sistemática de que han sido objeto las exigencias feministas por parte de una federación que se ha manifestado -al menos- insensible a las demandas de las mujeres mexicanas.

Pero tampoco creo en los cheques en blanco ni en un esquema de cuotas perenne, porque dichos mecanismos (no exclusivamente el de paridad de género en política), tienden a generar en el mediano y largo plazos, incentivos negativo a la preparación, la capacidad y el talento.

De ahí que las cuotas de paridad deban ser un bien temporal con período de vigencia que contribuyan a crear incentivos a la participación de las mujeres y que, con el paso del tiempo, se desaparezcan en reconocimiento al mérito y equidad verdaderamente alcanzados en el sistema político nacional.

Pero todos los viajes inician con un paso, y hoy resulta fundamental encontrar los mejores siete perfiles de cada partido o coalición para cada uno de los gobiernos estatales en disputa, pues en la medida del prestigio y capacidad de las convocadas será la confianza ciudadana que cimentará el futuro de la equidad política nacional.

El pasado 6 de noviembre el Consejo General del INE avaló y anunció lineamientos para garantizar la paridad de género en las elecciones de gubernatura que se celebrarán dentro del proceso electoral de junio 2021 y en el que se estableció que al menos 7 de las 15 posiciones estatales disputadas tengan una propuesta mujer de cada partido o coalición registrada.

Esto es, indudablemente, una buena noticia para las mujeres que se han labrado una carrera en la política, pero sobre todo para un país que comienza a reconocer el esfuerzo que generaciones de mujeres del ámbito público y privado han empeñado por encontrar mayores espacios de igualdad y equidad.

Las mujeres saben hacer muy buenos gobiernos y enfrentar mejor las crisis; así lo demuestran, por ejemplo, los datos mundiales sobre combate y control de la pandemia de Covid19 que ha golpeado a toda la población del planeta.

De acuerdo con las cifras que publica la Universidad John Hopkins, los 7 países que registran un número menor de fallecidos y de manejo de las afectaciones agregadas producto del confinamiento, tienen jefas de gobiernomujeres.

Ángela Merkel (Alemania). Mette Federiksen (Dinamarca),Sanna Marin (Finlandia), Kristjana Asbjornsdottir (Islandia), Erna Solberg (Noruega), Jacinta Arden (Nueva Zelanda) y Tsai Ing-wen (Taiwan), son hoy referencia de que si hacer y que no hacer ante una crisis de sanitaria y económica como la que vivimos.

Por eso estoy clara de la oportunidad de agregar más mujeres a la boleta del próximo año, y no comparto la incertidumbre, miedo o suspicacia que muchos actores políticos varones han expresado en busca de descarrilar dicha iniciativa de paridad.

Por el contrario, considero que llega tarde a la vida pública del país, aunque es extraordinariamente oportuna como un contrapeso estructural más a la descalificación sistemática de que han sido objeto las exigencias feministas por parte de una federación que se ha manifestado -al menos- insensible a las demandas de las mujeres mexicanas.

Pero tampoco creo en los cheques en blanco ni en un esquema de cuotas perenne, porque dichos mecanismos (no exclusivamente el de paridad de género en política), tienden a generar en el mediano y largo plazos, incentivos negativo a la preparación, la capacidad y el talento.

De ahí que las cuotas de paridad deban ser un bien temporal con período de vigencia que contribuyan a crear incentivos a la participación de las mujeres y que, con el paso del tiempo, se desaparezcan en reconocimiento al mérito y equidad verdaderamente alcanzados en el sistema político nacional.

Pero todos los viajes inician con un paso, y hoy resulta fundamental encontrar los mejores siete perfiles de cada partido o coalición para cada uno de los gobiernos estatales en disputa, pues en la medida del prestigio y capacidad de las convocadas será la confianza ciudadana que cimentará el futuro de la equidad política nacional.