/ miércoles 3 de febrero de 2021

Sólo para villamelones | Aniversario 75 de la México

Impresionantemente enorme; tan enorme que necesariamente mueve a la sorpresa cuando se ingresa en ella y se observa, desde las alturas, su ruedo. Tan grande físicamente que le llaman “el coloso de Insurgentes” o “la monumental”.

La Plaza Toros México está cumpliendo setenta y cinco años, y a pesar del paso del tiempo sigue levantando admiración por su ruedo de cuarenta y tres metros de diámetro, su callejón de dos metros de anchura, y sobre todo, por su enorme capacidad para cuarenta y dos mil espectadores perfectamente sentados, lo que la convierte en el coso taurino más grande del mundo.

Aquel 5 de febrero de 1946 salió por su puerta de toriles el primero de los toros en su ruedo lidiados; se llamó “Jardinero”, era de la prestigiada ganadería mexicana de San Mateo y fue lidiado por Luis Castro, “El Soldado”. Aquella tarde estaban también acartelados el legendario Manuel Rodríguez, “Manolete”, y Luis Procuna, “El Berrendito de San Juan”.

Desde aquel cárdeno, caribello, marcado con el número treinta y tres en los costillares, al que le pegó el primer capotazo “El Chato” Guzmán, muchas páginas se han escrito en su arena, los más importantes toreros del mundo han partido ahí plaza, y sus espectadores han sucumbido al encanto de inenarrables faenas.

Desde Silverio Pérez hasta “El Zotoluco”, de Joselito Huerta a Jorge Gutiérrez, de Enrique Ponce a “El Juli”, muchos han sido los toreros que, a lo largo de setenta y cinco años, han ido escribiendo páginas memorables de la Plaza México, inmueble que, también hay que decirlo, ha padecido tristes etapas, algunas enmarcadas por la poca seriedad que, en cuanto a presentación de ganado y otorgamiento de premios, vino a caracterizarla a últimas fechas.

El caso es que este año, sumida la Fiesta de los Toros en un doloroso bache causado por la pandemia mundial que padecemos, la Plaza México no podrá celebrar un aniversario tan significativo como se merece: con festejos taurinos. Lo hará, según se ha anunciado, con tres trasmisiones virtuales, vía la página de Facebook de Tauroplaza. “75 años de la México en tres tercios” han llamado al acontecimiento.

Tres tercios virtuales, a partir del tres, y hasta el cinco, de febrero, a las ocho de la noche, para recordar algunos de los momentos más significativos de la plaza de toros más importante de nuestro país. Son los tiempos que corren, a la espera de ocupar, nuevamente, una de las cuarenta y dos mil localidades del coso de lo que fue la Ciudad de los Deportes de la Ciudad de México. Ahí, en las entrañas de una plaza que, este viernes, cumple setenta y cinco años.

Impresionantemente enorme; tan enorme que necesariamente mueve a la sorpresa cuando se ingresa en ella y se observa, desde las alturas, su ruedo. Tan grande físicamente que le llaman “el coloso de Insurgentes” o “la monumental”.

La Plaza Toros México está cumpliendo setenta y cinco años, y a pesar del paso del tiempo sigue levantando admiración por su ruedo de cuarenta y tres metros de diámetro, su callejón de dos metros de anchura, y sobre todo, por su enorme capacidad para cuarenta y dos mil espectadores perfectamente sentados, lo que la convierte en el coso taurino más grande del mundo.

Aquel 5 de febrero de 1946 salió por su puerta de toriles el primero de los toros en su ruedo lidiados; se llamó “Jardinero”, era de la prestigiada ganadería mexicana de San Mateo y fue lidiado por Luis Castro, “El Soldado”. Aquella tarde estaban también acartelados el legendario Manuel Rodríguez, “Manolete”, y Luis Procuna, “El Berrendito de San Juan”.

Desde aquel cárdeno, caribello, marcado con el número treinta y tres en los costillares, al que le pegó el primer capotazo “El Chato” Guzmán, muchas páginas se han escrito en su arena, los más importantes toreros del mundo han partido ahí plaza, y sus espectadores han sucumbido al encanto de inenarrables faenas.

Desde Silverio Pérez hasta “El Zotoluco”, de Joselito Huerta a Jorge Gutiérrez, de Enrique Ponce a “El Juli”, muchos han sido los toreros que, a lo largo de setenta y cinco años, han ido escribiendo páginas memorables de la Plaza México, inmueble que, también hay que decirlo, ha padecido tristes etapas, algunas enmarcadas por la poca seriedad que, en cuanto a presentación de ganado y otorgamiento de premios, vino a caracterizarla a últimas fechas.

El caso es que este año, sumida la Fiesta de los Toros en un doloroso bache causado por la pandemia mundial que padecemos, la Plaza México no podrá celebrar un aniversario tan significativo como se merece: con festejos taurinos. Lo hará, según se ha anunciado, con tres trasmisiones virtuales, vía la página de Facebook de Tauroplaza. “75 años de la México en tres tercios” han llamado al acontecimiento.

Tres tercios virtuales, a partir del tres, y hasta el cinco, de febrero, a las ocho de la noche, para recordar algunos de los momentos más significativos de la plaza de toros más importante de nuestro país. Son los tiempos que corren, a la espera de ocupar, nuevamente, una de las cuarenta y dos mil localidades del coso de lo que fue la Ciudad de los Deportes de la Ciudad de México. Ahí, en las entrañas de una plaza que, este viernes, cumple setenta y cinco años.