/ miércoles 9 de junio de 2021

Sólo para villamelones | Toreros en elecciones

Los tiempos no parecen prósperos para el mundo del toro, incluso fuera de las plazas donde se ejerce esta actividad centenaria. Es el caso, por ejemplo, de la política, dados los tristes resultados electorales de quienes, con la profesión de toreros, decidieron adentrarse en el ámbito de la representación popular.

Ya no son tiempos como los de antaño, donde toreros relevantes ocuparon después puestos igualmente importantes en el mundo de la administración pública, como pueden ser los casos, por dar sólo dos ejemplos, de Silverio Pérez o Joselito Huerta, quienes fueron, en su momento, alcaldes de sus tierras de origen.

En las elecciones del pasado domingo, los toreros que decidieron estar presentes en las boletas electorales sufrieron un chasco, como muchos otros de los ganaderos o empresarios taurinos que también decidieron hacerlo, salvo muy específicas excepciones, como es el caso de Luis Alberto Villareal, ganadero de bravo, quien repetirá como Presidente Municipal de San Miguel de Allende, en Guanajuato.

Uriel Moreno, El Zapata, perdió la contienda por ocupar un puesto den la legislatura de Tlaxcala, y José Luis Angelino también se tuvo que conformar con la derrota tras aspirar a la alcaldía de Tetla, en el mismo estado de Tlaxcala. Ni siquiera Armando Guadiana, conocido empresario y ganadero, además de senador con licencia, logró ser Presidente Municipal de Saltillo, en Coahuila.

Lo mismo sucedió con Michelito Lagravere, que aspiraba a ser diputado en Yucatán, y la matadora Lupita López, que naufragó en un intento similar, como también le sucedió al rejoneador Cuauhtémoc Ayala.

Los tiempos pues son difíciles para el toreo, dentro y fuera de las plazas. Hoy ya no es lo mismo ser torero que antes, o al menos así parece.


Los tiempos no parecen prósperos para el mundo del toro, incluso fuera de las plazas donde se ejerce esta actividad centenaria. Es el caso, por ejemplo, de la política, dados los tristes resultados electorales de quienes, con la profesión de toreros, decidieron adentrarse en el ámbito de la representación popular.

Ya no son tiempos como los de antaño, donde toreros relevantes ocuparon después puestos igualmente importantes en el mundo de la administración pública, como pueden ser los casos, por dar sólo dos ejemplos, de Silverio Pérez o Joselito Huerta, quienes fueron, en su momento, alcaldes de sus tierras de origen.

En las elecciones del pasado domingo, los toreros que decidieron estar presentes en las boletas electorales sufrieron un chasco, como muchos otros de los ganaderos o empresarios taurinos que también decidieron hacerlo, salvo muy específicas excepciones, como es el caso de Luis Alberto Villareal, ganadero de bravo, quien repetirá como Presidente Municipal de San Miguel de Allende, en Guanajuato.

Uriel Moreno, El Zapata, perdió la contienda por ocupar un puesto den la legislatura de Tlaxcala, y José Luis Angelino también se tuvo que conformar con la derrota tras aspirar a la alcaldía de Tetla, en el mismo estado de Tlaxcala. Ni siquiera Armando Guadiana, conocido empresario y ganadero, además de senador con licencia, logró ser Presidente Municipal de Saltillo, en Coahuila.

Lo mismo sucedió con Michelito Lagravere, que aspiraba a ser diputado en Yucatán, y la matadora Lupita López, que naufragó en un intento similar, como también le sucedió al rejoneador Cuauhtémoc Ayala.

Los tiempos pues son difíciles para el toreo, dentro y fuera de las plazas. Hoy ya no es lo mismo ser torero que antes, o al menos así parece.