/ viernes 22 de julio de 2022

Sopa de letras | El Big Ben vuelve a retumbar para el mundo


Durante cinco años, la torre del reloj más famosa de Gran Bretaña, permaneció oculta tras una fea fortaleza de andamios y sus sonoras campanadas que marcaban las horas quedaron mudas.

Pero las obras de restauración ya han terminado y este verano el sonido que los londinenses conocen desde 1859 volverá a oírse en la capital británica el Big Ben ha vuelto.

La torre del reloj más famosa en el mundo, es conocida oficialmente como la torre de Isabel desde 2012 cuando fue rebautizada en honor al jubileo de diamante de la reina . Se alza sobre el palacio de Westminster que alberga el parlamento británico y es una de las construcciones más conocidas del mundo.

Pero es el apodo de la campana más grande del campanario el que tiene el mayor reconocimiento Big Ben.

Durante los últimos cinco años, el reloj, que tiene cuatro esferas, fue desmontado y revisado por primera vez, desde que empezó a funcionar hace más de medio siglo.

Se retiraron más de 3500 piezas de la torre de 96 metros de altura, incluida la gran parte del techo de hierro.

“Al fin de cuentas, se podría decir que es solo una serie de ejes concéntricos de piedra con un gran reloj en la parte superior”, dijo Alan Wastrobski, arquitecto jefe de la restauración de la torre que costó unos 97 millones de dólares. Pero es el simbolismo, el tamaño del gran reloj de Westminster, lo que lo hace célebre.”

De hecho, cuando el parlamento está en sesión, hay una iluminación especial sobre las esferas, que según Watrobski representa la luz de la libertad y la democracia.

El Big Ben, simbolizó el sonido, de la libertad y la esperanza, especialmente durante la segunda guerra mundial.

El tamaño del Big Ben que pesa algo más de 15 toneladas, es impresionante al igual que la complejidad del mecanismo del reloj basado en la tecnología más avanzada de la que disponían sus creadores en el siglo XIX. Todavía no pierde más de un segundo de precisión por semana.

Incluso para los que han dedicado años al proyecto, el resultado fue una agradable sorpresa, dijo Charlotte Claughton una de las principales responsables,, expresó haber quedado sorprendida cuando se retiraron los andamios y que el edificio brilla “como si fuera nuevo” Bajo la intensa luz del sol.



Durante cinco años, la torre del reloj más famosa de Gran Bretaña, permaneció oculta tras una fea fortaleza de andamios y sus sonoras campanadas que marcaban las horas quedaron mudas.

Pero las obras de restauración ya han terminado y este verano el sonido que los londinenses conocen desde 1859 volverá a oírse en la capital británica el Big Ben ha vuelto.

La torre del reloj más famosa en el mundo, es conocida oficialmente como la torre de Isabel desde 2012 cuando fue rebautizada en honor al jubileo de diamante de la reina . Se alza sobre el palacio de Westminster que alberga el parlamento británico y es una de las construcciones más conocidas del mundo.

Pero es el apodo de la campana más grande del campanario el que tiene el mayor reconocimiento Big Ben.

Durante los últimos cinco años, el reloj, que tiene cuatro esferas, fue desmontado y revisado por primera vez, desde que empezó a funcionar hace más de medio siglo.

Se retiraron más de 3500 piezas de la torre de 96 metros de altura, incluida la gran parte del techo de hierro.

“Al fin de cuentas, se podría decir que es solo una serie de ejes concéntricos de piedra con un gran reloj en la parte superior”, dijo Alan Wastrobski, arquitecto jefe de la restauración de la torre que costó unos 97 millones de dólares. Pero es el simbolismo, el tamaño del gran reloj de Westminster, lo que lo hace célebre.”

De hecho, cuando el parlamento está en sesión, hay una iluminación especial sobre las esferas, que según Watrobski representa la luz de la libertad y la democracia.

El Big Ben, simbolizó el sonido, de la libertad y la esperanza, especialmente durante la segunda guerra mundial.

El tamaño del Big Ben que pesa algo más de 15 toneladas, es impresionante al igual que la complejidad del mecanismo del reloj basado en la tecnología más avanzada de la que disponían sus creadores en el siglo XIX. Todavía no pierde más de un segundo de precisión por semana.

Incluso para los que han dedicado años al proyecto, el resultado fue una agradable sorpresa, dijo Charlotte Claughton una de las principales responsables,, expresó haber quedado sorprendida cuando se retiraron los andamios y que el edificio brilla “como si fuera nuevo” Bajo la intensa luz del sol.