/ jueves 10 de marzo de 2022

Sopa de letras | Llegó la hora

Llegó la hora, las doce en punto. En la inauguración también estuvieron presentes el Dr. Joao Havelange, Presidente de la FIFA, 42 mil espectadores eufóricos y emocionados colmaron el grandioso coliseo del Cimatario. Respetuosamente disfrutaron de la emotiva ceremonia. Minutos después dio inicio el primer partido en tierras queretanas de una Selección Mexicana contra Polonia.

México se fue al frente, no era difícil que cayeran los goles y el primero en la frente fue obra de Tomas Boy, al minuto 8 , irónicamente fallecido ayer. Fue una fiesta deportiva de las familias, de los aficionados de la sociedad, de música, de globos multicolores que se perdieron en el cielo y México le ganó 5-0 a los polacos. Una gran hazaña que posteriormente se festejó en todo Querétaro y el país, pero eso era el futbol del siglo pasado, cuando México era casi el “paraíso” diría Spota.

Quien iba a pensar que 37 años después en la tarde noche del sábado pasado el juego de Gallos-Atlas en el Corregidora, unos aficionados o seudoaficionados fanáticos, obsesivos llegaron a cometer actos irracionales, de psicópatas, salvajes, nihilistas y de barbarie, quitándole el verdadero sentido al deporte y al futbol.

Llegó la hora de ver cuerpos inertes, rostros, masacrados, afortunadamente no hubo fallecidos. De lo sucedido en el Estadio Corregidora nos sacuden las conciencias en toda la nación. Nos lleva a la reflexión en medio del convulso país que estamos viviendo.

Porque con este acontecimiento fallecemos lentamente como sociedad civil. El tejido social de nuestro país está polarizado, atomizado, dividido, pulverizado. El sábado pasado, la presencia del Leviatan de Hobbes y el círculo de lucifer en la cancha del Corregidora nos mostró una sociedad violenta y que ha olvidado los principios y valores éticos de la civilización occidental.

Ha llegado la hora de empezar a reconstruirnos como sociedad civil, sin esperar a que un Estado-Nación, que a todas luces nos ha dejado en la orfandad y vivimos en un estado fallido. Sin un estado de derecho, el país tiene que empezar a reconstruirse mediante un pacto y acuerdo nacional entre todos los mexicanos. Para volver a hacer, como diría Spota “casi el paraíso’”, y no el averno o el círculo de lucifer en que se encuentra México.


Llegó la hora, las doce en punto. En la inauguración también estuvieron presentes el Dr. Joao Havelange, Presidente de la FIFA, 42 mil espectadores eufóricos y emocionados colmaron el grandioso coliseo del Cimatario. Respetuosamente disfrutaron de la emotiva ceremonia. Minutos después dio inicio el primer partido en tierras queretanas de una Selección Mexicana contra Polonia.

México se fue al frente, no era difícil que cayeran los goles y el primero en la frente fue obra de Tomas Boy, al minuto 8 , irónicamente fallecido ayer. Fue una fiesta deportiva de las familias, de los aficionados de la sociedad, de música, de globos multicolores que se perdieron en el cielo y México le ganó 5-0 a los polacos. Una gran hazaña que posteriormente se festejó en todo Querétaro y el país, pero eso era el futbol del siglo pasado, cuando México era casi el “paraíso” diría Spota.

Quien iba a pensar que 37 años después en la tarde noche del sábado pasado el juego de Gallos-Atlas en el Corregidora, unos aficionados o seudoaficionados fanáticos, obsesivos llegaron a cometer actos irracionales, de psicópatas, salvajes, nihilistas y de barbarie, quitándole el verdadero sentido al deporte y al futbol.

Llegó la hora de ver cuerpos inertes, rostros, masacrados, afortunadamente no hubo fallecidos. De lo sucedido en el Estadio Corregidora nos sacuden las conciencias en toda la nación. Nos lleva a la reflexión en medio del convulso país que estamos viviendo.

Porque con este acontecimiento fallecemos lentamente como sociedad civil. El tejido social de nuestro país está polarizado, atomizado, dividido, pulverizado. El sábado pasado, la presencia del Leviatan de Hobbes y el círculo de lucifer en la cancha del Corregidora nos mostró una sociedad violenta y que ha olvidado los principios y valores éticos de la civilización occidental.

Ha llegado la hora de empezar a reconstruirnos como sociedad civil, sin esperar a que un Estado-Nación, que a todas luces nos ha dejado en la orfandad y vivimos en un estado fallido. Sin un estado de derecho, el país tiene que empezar a reconstruirse mediante un pacto y acuerdo nacional entre todos los mexicanos. Para volver a hacer, como diría Spota “casi el paraíso’”, y no el averno o el círculo de lucifer en que se encuentra México.