/ miércoles 21 de octubre de 2020

Una Visión desde el Senado | ¡Querétaro merece más!


Durante años, los queretanos hemos tenido que resignarnos al paso de estafeta entre gobernantes cuya característica principal ha sido la de olvidarse de los sectores más necesitados de atención en el estado, para dedicarse a servirse a manos llenas y de forma indebida, del presupuesto y el poder que les otorgan puestos creados para el beneficio común y no personal.

Por ello, cuando el 1 de julio de 2018, la mayoría de electores en el país decidieron optar por un cambio real e integral en la forma de conducir los destinos de la administración federal, quienes acompañamos el proyecto encabezado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, asumimos el compromiso de reincorporar los valores que debieron siempre prevalecer en el servicio público y ofrecer nuestro trabajo a la gente a la que nos debemos y servimos.

Así, desde el Senado de la República, honrado por la encomienda de representar a las y los queretanos, emprendí desde ese momento una tarea llena de retos por superar pero, a la vez, plagada de satisfacciones y, sobre todo, de objetivos cada vez más altos, que nos permitan incorporar a nuestro querido estado al camino correcto por el que ya se ha encarrilado la mayoría del país, gracias a la Cuarta Transformación de la Vida Pública que impulsamos.

Lograrlo no es ni será fácil sobre todo porque, a pesar de que Querétaro es un territorio estratégico esencial en la historia del país y que cuenta con una riquísima cultura, tradiciones y, sobre todo, gente de primera, ha sido abandonado por gobernantes que se olvidaron de las personas que más los necesitaban y, además, engañaron y timaron a todos los demás.

Yo, y muchas miles de personas más, estamos convencidos que ni el estado, ni la gente, merecen la noche que hemos vivido durante este tiempo y estamos seguro de que Querétaro merece más.

Y para abonar a conseguirlo, desde mi labor he establecido una agenda legislativa consciente de las necesidades del pueblo, de esos ciudadanos y ciudadanas olvidados y cuyos problemas, incluso, podían replicarse en otras partes del país, para buscar solucionar demandas añejas o incentivar la correcta ejecución de proyectos, concesiones y obras cuyo descuido también significó durante mucho tiempo, una muestra más de corrupción y desdén por parte de los gobernantes.

Así, junto a muchísimas queretanas y queretanos, hemos ido construyendo una nueva forma de atención, de representación popular que considera y pone atención a rubros olvidados o desdeñados por quienes debieron servirles y no robarse el dinero que nos pertenecía a todos.

Para consolidar esta labor, ha sido de vital importancia la unidad y coordinación con las y los demás senadores del grupo parlamentario al que pertenezco y de otros compañeros y compañeras de diversas fuerzas políticas que han entendido que el cambio va, que es tiempo de avanzar, de transformar y rendir cuentas, porque las heridas son muchas y cerrarlas conlleva un gran esfuerzo. A ellos les reitero, como en otras ocasiones, mi sincero agradecimiento.

Hoy, el avance de nuestra agenda legislativa nacional y, por supuesto, de las acciones, iniciativas y propuestas que buscan una mejora en diversos temas estatales, son motivo de orgullo para un servidor y para la gente que me acompaña, particularmente por que nos permite reconocer que las condiciones para un verdadero cambio en Querétaro están dadas y son las propicias gracias a que existe una ciudadanía cada vez más consciente, más crítica, que expresa sus ideas, sus necesidades y comprende que lo que hemos vivido durante ya tres décadas, es algo que no nos merecíamos.

A poco más de dos años del triunfo de la opción que cambia desde ya y transformará definitivamente a México, podemos informar a quienes nos eligieron, que hemos dado pasos transcendentes en el proceso; que quienes no lo entendieron, ya sufren las consecuencias de su mal actuar y ven cerca el fin de sus pésimas gestiones y que seguimos buscando, desde el Senado y desde cualquier otro lugar en donde nos encontremos, resarcirle al pueblo lo que por justicia, por historia y por tradición le pertenece, lo que se merece.


¡Querétaro merece más y vamos a conseguirlo!


Durante años, los queretanos hemos tenido que resignarnos al paso de estafeta entre gobernantes cuya característica principal ha sido la de olvidarse de los sectores más necesitados de atención en el estado, para dedicarse a servirse a manos llenas y de forma indebida, del presupuesto y el poder que les otorgan puestos creados para el beneficio común y no personal.

Por ello, cuando el 1 de julio de 2018, la mayoría de electores en el país decidieron optar por un cambio real e integral en la forma de conducir los destinos de la administración federal, quienes acompañamos el proyecto encabezado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, asumimos el compromiso de reincorporar los valores que debieron siempre prevalecer en el servicio público y ofrecer nuestro trabajo a la gente a la que nos debemos y servimos.

Así, desde el Senado de la República, honrado por la encomienda de representar a las y los queretanos, emprendí desde ese momento una tarea llena de retos por superar pero, a la vez, plagada de satisfacciones y, sobre todo, de objetivos cada vez más altos, que nos permitan incorporar a nuestro querido estado al camino correcto por el que ya se ha encarrilado la mayoría del país, gracias a la Cuarta Transformación de la Vida Pública que impulsamos.

Lograrlo no es ni será fácil sobre todo porque, a pesar de que Querétaro es un territorio estratégico esencial en la historia del país y que cuenta con una riquísima cultura, tradiciones y, sobre todo, gente de primera, ha sido abandonado por gobernantes que se olvidaron de las personas que más los necesitaban y, además, engañaron y timaron a todos los demás.

Yo, y muchas miles de personas más, estamos convencidos que ni el estado, ni la gente, merecen la noche que hemos vivido durante este tiempo y estamos seguro de que Querétaro merece más.

Y para abonar a conseguirlo, desde mi labor he establecido una agenda legislativa consciente de las necesidades del pueblo, de esos ciudadanos y ciudadanas olvidados y cuyos problemas, incluso, podían replicarse en otras partes del país, para buscar solucionar demandas añejas o incentivar la correcta ejecución de proyectos, concesiones y obras cuyo descuido también significó durante mucho tiempo, una muestra más de corrupción y desdén por parte de los gobernantes.

Así, junto a muchísimas queretanas y queretanos, hemos ido construyendo una nueva forma de atención, de representación popular que considera y pone atención a rubros olvidados o desdeñados por quienes debieron servirles y no robarse el dinero que nos pertenecía a todos.

Para consolidar esta labor, ha sido de vital importancia la unidad y coordinación con las y los demás senadores del grupo parlamentario al que pertenezco y de otros compañeros y compañeras de diversas fuerzas políticas que han entendido que el cambio va, que es tiempo de avanzar, de transformar y rendir cuentas, porque las heridas son muchas y cerrarlas conlleva un gran esfuerzo. A ellos les reitero, como en otras ocasiones, mi sincero agradecimiento.

Hoy, el avance de nuestra agenda legislativa nacional y, por supuesto, de las acciones, iniciativas y propuestas que buscan una mejora en diversos temas estatales, son motivo de orgullo para un servidor y para la gente que me acompaña, particularmente por que nos permite reconocer que las condiciones para un verdadero cambio en Querétaro están dadas y son las propicias gracias a que existe una ciudadanía cada vez más consciente, más crítica, que expresa sus ideas, sus necesidades y comprende que lo que hemos vivido durante ya tres décadas, es algo que no nos merecíamos.

A poco más de dos años del triunfo de la opción que cambia desde ya y transformará definitivamente a México, podemos informar a quienes nos eligieron, que hemos dado pasos transcendentes en el proceso; que quienes no lo entendieron, ya sufren las consecuencias de su mal actuar y ven cerca el fin de sus pésimas gestiones y que seguimos buscando, desde el Senado y desde cualquier otro lugar en donde nos encontremos, resarcirle al pueblo lo que por justicia, por historia y por tradición le pertenece, lo que se merece.


¡Querétaro merece más y vamos a conseguirlo!