/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Una visión desde el Senado | Un peso enorme

Durante el mensaje que con motivo de la presentación de su Quinto Informe de Gobierno leyó Pancho Domínguez a la sociedad queretana, llamó mi atención la forma en la que describe “el peso de la enorme responsabilidad de gobernar” que, a decir de él mismo, “cayó sobre sus hombros” como nunca antes durante el presente año, por causa de la pandemia de Covid-19.

No me queda duda, como, supongo, tampoco a ninguna de las personas que me distinguen leyendo estas líneas, que lo que el mundo vive hoy es una situación inédita, grave en extremo y que nos puso a todos, como humanidad, de frente a la necesidad de afrontar un reto mayúsculo, ante el que había que actuar, de forma inmediata y desde el ámbito personal y social, para, en principio, no enfermar, evitar el contagio de nuestros seres queridos y, por supuesto, para contrarrestar en lo posible las consecuencias sociales, económicas y de salud que ha significado este momento de la historia.

Sí, de ese tamaño ha sido el reto y a superarlo se han sumado mujeres y hombres que, aún considerándolo difícil de enfrentar y habiendo sufrido en carne propia los estragos que produce la enfermedad o la pérdida de personas cercanas, han asumido la tarea que les corresponde en esta lucha, de la que seguramente saldremos victoriosos.

Sin embargo, fiel a la forma en la que el titular del ejecutivo estatal se ha desempeñado durante los cinco años que han transcurrido de su gestión, el mensaje que envía respecto a lo abrumador que se le ha presentado el peso de la responsabilidad de gobernar a Querétaro, refleja lo que se le ha criticado una y otra vez desde distintos frentes: su incapacidad para gobernar desde la disposición permanente al servicio, en donde el honor de dirigir los destinos de un estado como el nuestro, no debería representar “peso” o “carga” alguna.

Por otra parte, y haciendo un esfuerzo para entender la dinámica mental que motiva este tipo de expresiones, puedo conceder que, seguramente, ante el inminente paso del tiempo que pone a tiro de piedra la inminente salida de la gubernatura de Pancho Domínguez y su equipo, la realidad cruda, llana, de la situación en la que dejará a Querétaro y sus instituciones públicas, sea verdaderamente un peso casi inaguantable que, muy probablemente, lo siga y atormente más allá de el ciclo que está por cumplir.

Sí, porque las queretanas y queretanos sabemos que las cifras y datos “felices” que el gobernador dio a conocer en su quinto informe, no representan la realidad que hoy vive el estado y, además, sabemos que dichos datos se pueden contrastar fácilmente con otros números, datos oficiales que, en muchos de los rubros destacados en el mensaje, dinamitan el castillo de naipes que ha construido el actual gobierno para validar su mal logrado paso por la Casa de la Corregidora.

Cabe recordar, por ejemplo, que Pancho Domínguez recibió el estado con unos indicadores económicos a la alza y crecimiento de 7% y que, aún antes de la pandemia en la que gusta concentrar las culpas de la situación general de Querétaro, el nivel de crecimiento económico ya era cero, impactado por una serie de erróneas decisiones en materia económica que sí, seguramente, se han visto agravadas durante la enorme crisis sufrida este año y a la que, no podemos olvidar, el propio gobierno estatal abonó e influyó de forma directa, al ordenar el cierre de negocios y actividades casi un mes antes de que fuera necesario de acuerdo a las recomendaciones de los especialistas.

Mención aparte merece el rubro de seguridad sobre el cual el mensaje del gobernador solo toca de forma casi anecdótica una supuesta reducción de los índices delictivos mientras que, al comparar datos del mes de agosto (el mismo al que hace referencia el Quinto Informe en este tema) de 2015 con agosto de 2020, es posible atestiguar como se ha disparado en porcentajes que van desde el 168.6 por ciento en homicidios, hasta el 516 por ciento en delitos contra la sociedad, entre los que se incluye la corrupción, algo que este gobierno conoce de primera mano y de la que es y ha sido protagonista nacional, para vergüenza de la sociedad queretana.

Por ejemplos como este y muchos más, estoy seguro que Pancho no miente al asegurar que como nunca antes “cayó sobre sus hombros” el peso de gobernar a Querétaro. Estoy seguro que ese peso que no aligerará y se incrementará con cada día que pase de su último año en funciones y, sobre todo, estoy seguro que es un peso al que se sumarán los justos reclamos de un pueblo que ha sido agraviado durante cinco años y que busca ya la forma de liberarse de su propia carga, la de un gobierno que no ha sabido honrar el compromiso que debería significar servir desde la administración pública estatal.

*SENADOR POR MORENA

Durante el mensaje que con motivo de la presentación de su Quinto Informe de Gobierno leyó Pancho Domínguez a la sociedad queretana, llamó mi atención la forma en la que describe “el peso de la enorme responsabilidad de gobernar” que, a decir de él mismo, “cayó sobre sus hombros” como nunca antes durante el presente año, por causa de la pandemia de Covid-19.

No me queda duda, como, supongo, tampoco a ninguna de las personas que me distinguen leyendo estas líneas, que lo que el mundo vive hoy es una situación inédita, grave en extremo y que nos puso a todos, como humanidad, de frente a la necesidad de afrontar un reto mayúsculo, ante el que había que actuar, de forma inmediata y desde el ámbito personal y social, para, en principio, no enfermar, evitar el contagio de nuestros seres queridos y, por supuesto, para contrarrestar en lo posible las consecuencias sociales, económicas y de salud que ha significado este momento de la historia.

Sí, de ese tamaño ha sido el reto y a superarlo se han sumado mujeres y hombres que, aún considerándolo difícil de enfrentar y habiendo sufrido en carne propia los estragos que produce la enfermedad o la pérdida de personas cercanas, han asumido la tarea que les corresponde en esta lucha, de la que seguramente saldremos victoriosos.

Sin embargo, fiel a la forma en la que el titular del ejecutivo estatal se ha desempeñado durante los cinco años que han transcurrido de su gestión, el mensaje que envía respecto a lo abrumador que se le ha presentado el peso de la responsabilidad de gobernar a Querétaro, refleja lo que se le ha criticado una y otra vez desde distintos frentes: su incapacidad para gobernar desde la disposición permanente al servicio, en donde el honor de dirigir los destinos de un estado como el nuestro, no debería representar “peso” o “carga” alguna.

Por otra parte, y haciendo un esfuerzo para entender la dinámica mental que motiva este tipo de expresiones, puedo conceder que, seguramente, ante el inminente paso del tiempo que pone a tiro de piedra la inminente salida de la gubernatura de Pancho Domínguez y su equipo, la realidad cruda, llana, de la situación en la que dejará a Querétaro y sus instituciones públicas, sea verdaderamente un peso casi inaguantable que, muy probablemente, lo siga y atormente más allá de el ciclo que está por cumplir.

Sí, porque las queretanas y queretanos sabemos que las cifras y datos “felices” que el gobernador dio a conocer en su quinto informe, no representan la realidad que hoy vive el estado y, además, sabemos que dichos datos se pueden contrastar fácilmente con otros números, datos oficiales que, en muchos de los rubros destacados en el mensaje, dinamitan el castillo de naipes que ha construido el actual gobierno para validar su mal logrado paso por la Casa de la Corregidora.

Cabe recordar, por ejemplo, que Pancho Domínguez recibió el estado con unos indicadores económicos a la alza y crecimiento de 7% y que, aún antes de la pandemia en la que gusta concentrar las culpas de la situación general de Querétaro, el nivel de crecimiento económico ya era cero, impactado por una serie de erróneas decisiones en materia económica que sí, seguramente, se han visto agravadas durante la enorme crisis sufrida este año y a la que, no podemos olvidar, el propio gobierno estatal abonó e influyó de forma directa, al ordenar el cierre de negocios y actividades casi un mes antes de que fuera necesario de acuerdo a las recomendaciones de los especialistas.

Mención aparte merece el rubro de seguridad sobre el cual el mensaje del gobernador solo toca de forma casi anecdótica una supuesta reducción de los índices delictivos mientras que, al comparar datos del mes de agosto (el mismo al que hace referencia el Quinto Informe en este tema) de 2015 con agosto de 2020, es posible atestiguar como se ha disparado en porcentajes que van desde el 168.6 por ciento en homicidios, hasta el 516 por ciento en delitos contra la sociedad, entre los que se incluye la corrupción, algo que este gobierno conoce de primera mano y de la que es y ha sido protagonista nacional, para vergüenza de la sociedad queretana.

Por ejemplos como este y muchos más, estoy seguro que Pancho no miente al asegurar que como nunca antes “cayó sobre sus hombros” el peso de gobernar a Querétaro. Estoy seguro que ese peso que no aligerará y se incrementará con cada día que pase de su último año en funciones y, sobre todo, estoy seguro que es un peso al que se sumarán los justos reclamos de un pueblo que ha sido agraviado durante cinco años y que busca ya la forma de liberarse de su propia carga, la de un gobierno que no ha sabido honrar el compromiso que debería significar servir desde la administración pública estatal.

*SENADOR POR MORENA