/ miércoles 10 de junio de 2020

Valor-es Educación

Adaptarnos al cambio en la educación universitaria: resistencia y resiliencia


Sin duda la educación superior en México ha sufrido los efectos de los primeros 100 días de la contingencia sanitaria por la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, que provoca Covid-19. Para ninguna universidad, pública o privada, ha significado un proceso sencillo. Ninguna institución estaba preparada para continuar, de un día para otro, con todas sus clases de manera virtual.

Para la UAQ, en particular, ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de adaptarse a nuevos tiempos, nuevas formas de socializar y de aplicar el modelo de enseñanza-aprendizaje, que tendrá que transitar más rápidamente de lo planeado del esquema tradicional a nuevas formas de educar. Las estrategias para impartir clases de forma virtual han tenido que darse de forma acelerada, a través de plataformas institucionales, libres o comerciales. Sin embargo, como medida de emergencia se cumplió medianamente el objetivo y dejó claro que es indispensable resolver problemas para lograr contar con un buen sistema de educación a distancia en todos los sentidos, ya sea para abordar las clases total o parcialmente de forma virtual. Entre los principales retos están:

1. Conectividad suficiente. Un porcentaje de estudiantes, principalmente, no cuentan con los recursos informáticos para lograr atender sus clases a distancia. Se requiere asegurar que todos los estudiantes tengan un equipo de cómputo adecuado, que exista red en su localidad y que el servicio sea accesible económicamente hablando. Para ello es necesario establecer un programa permanente de donación o préstamo de computadoras -evaluado a través de una encuesta socioeconómica-, realizar las gestiones para reforzar la infraestructura de red en todos los municipios del estado, así como lo conducente para que el costo de internet se accesible -incluso gratuito- para todos los hogares.

2. Capacitación docente. Es indispensable que el total de las y lo docentes cuenten con las estrategias didáctico-pedagógicas para impartir clases de forma presencial y virtual. Se debe capacitar en el uso de TIC, en la elaboración de materiales y en estrategias adecuadas para la evaluación y valoración de la asimilación de conocimientos.

3. Fortalecimiento de la infraestructura institucional. Resulta importante contar con mejores recursos informáticos y plataformas con capacidad suficiente en calidad y cantidad para proporcionar el servicio necesario. Adicionalmente, será necesario adecuar y mejorar la infraestructura en aulas para contar con las facilidades para impartir clases a distancia de forma regular. Esto permitirá optimizar tiempos, recursos y, sobretodo, aprovechar al máximo la capacidad docente.

Necesitamos adaptarnos a los nuevos tiempos, aprender rápido y ver con optimismo los cambios. Se requerirá del trabajo conjunto entre las autoridades de los tres niveles de gobierno y las universitarias. Sin duda la educación a distancia se ha estado fortaleciendo en los últimos años de forma importante pero la contingencia sanitaria nos obliga a acelerar el paso, a visualizar y a aplicar nuevas formas de trabajo y de interacción educativa. La manera de relacionarnos no es la misma ahora y, como todo cambio, necesitaremos llegar al nuevo equilibrio. Esto llevará tiempo y exigirá de todas las voluntades para lograrlo. Al final, las crisis nos fortalecen sacan lo mejor de nosotros mismos.

Adaptarnos al cambio en la educación universitaria: resistencia y resiliencia


Sin duda la educación superior en México ha sufrido los efectos de los primeros 100 días de la contingencia sanitaria por la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, que provoca Covid-19. Para ninguna universidad, pública o privada, ha significado un proceso sencillo. Ninguna institución estaba preparada para continuar, de un día para otro, con todas sus clases de manera virtual.

Para la UAQ, en particular, ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de adaptarse a nuevos tiempos, nuevas formas de socializar y de aplicar el modelo de enseñanza-aprendizaje, que tendrá que transitar más rápidamente de lo planeado del esquema tradicional a nuevas formas de educar. Las estrategias para impartir clases de forma virtual han tenido que darse de forma acelerada, a través de plataformas institucionales, libres o comerciales. Sin embargo, como medida de emergencia se cumplió medianamente el objetivo y dejó claro que es indispensable resolver problemas para lograr contar con un buen sistema de educación a distancia en todos los sentidos, ya sea para abordar las clases total o parcialmente de forma virtual. Entre los principales retos están:

1. Conectividad suficiente. Un porcentaje de estudiantes, principalmente, no cuentan con los recursos informáticos para lograr atender sus clases a distancia. Se requiere asegurar que todos los estudiantes tengan un equipo de cómputo adecuado, que exista red en su localidad y que el servicio sea accesible económicamente hablando. Para ello es necesario establecer un programa permanente de donación o préstamo de computadoras -evaluado a través de una encuesta socioeconómica-, realizar las gestiones para reforzar la infraestructura de red en todos los municipios del estado, así como lo conducente para que el costo de internet se accesible -incluso gratuito- para todos los hogares.

2. Capacitación docente. Es indispensable que el total de las y lo docentes cuenten con las estrategias didáctico-pedagógicas para impartir clases de forma presencial y virtual. Se debe capacitar en el uso de TIC, en la elaboración de materiales y en estrategias adecuadas para la evaluación y valoración de la asimilación de conocimientos.

3. Fortalecimiento de la infraestructura institucional. Resulta importante contar con mejores recursos informáticos y plataformas con capacidad suficiente en calidad y cantidad para proporcionar el servicio necesario. Adicionalmente, será necesario adecuar y mejorar la infraestructura en aulas para contar con las facilidades para impartir clases a distancia de forma regular. Esto permitirá optimizar tiempos, recursos y, sobretodo, aprovechar al máximo la capacidad docente.

Necesitamos adaptarnos a los nuevos tiempos, aprender rápido y ver con optimismo los cambios. Se requerirá del trabajo conjunto entre las autoridades de los tres niveles de gobierno y las universitarias. Sin duda la educación a distancia se ha estado fortaleciendo en los últimos años de forma importante pero la contingencia sanitaria nos obliga a acelerar el paso, a visualizar y a aplicar nuevas formas de trabajo y de interacción educativa. La manera de relacionarnos no es la misma ahora y, como todo cambio, necesitaremos llegar al nuevo equilibrio. Esto llevará tiempo y exigirá de todas las voluntades para lograrlo. Al final, las crisis nos fortalecen sacan lo mejor de nosotros mismos.

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