El verdadero sentido del amor es un arte descubrirlo y se manifiesta cuando aprendemos a amarnos y cuando dejamos de lado todos los conceptos de cómo debería querernos el otro.
El verdadero amor inicia en la vida, que nos es otorgada desde generaciones y generaciones atrás, después a través de nuestros padres, de ahí aprenderemos a relacionarnos con el otro.
Entonces quizás existen muchas maneras de ver el amor, el amor romántico que pone en el otro el deseo y las expectativas, el amor ingenuo que aún siendo adulto permanece niño para exigir al otro lo que no le fue otorgado en la infancia que necesita constantemente que le den; el amor recíproco que da y toma es el amor adulto, aquel que ha madurado y aprendido a intercambiar en equilibrio y que es el resultado de un trabajo interno, que lleva al autoconocimiento y respeto por el otro sin poseer; el amor sexual que simplemente es deseo carnal que requiere satisfacerse sin compromiso que es momentáneo y que pretende llenar un vacío en las personas; el amor por la familia, por los amigos, todos son diferentes y al mismo tiempo complementarios. Hoy estamos invitados por la vida a amarnos más y de manera más madura, estamos invitados por la vida a conocernos y profundizar en la relación más importante que es con uno mismo para poder dar más y mejor y recibir buscando el balance y el equilibrio, esperando no encontrarlo pues la búsqueda que nos lleva a madurar y comprender la propia vida y generar empatía y amor en crecimiento.
El amor verdadero es espiritual de expansión de bienestar y alegría. Te invito a revisar los amores de tu vida y a observar desde dónde te has relacionado, con el propósito de conocerte mejor.
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