Pese a la pandemia, la familia Hernández ha continuado con la elaboración de bellos artículos.
El taller certificado por FONART, lleva por nombre “Toñita”, quien era la matriarca de la familia. Fue la mujer que enseño a cuatro generaciones, el arte de realizar productos de vara de sauce blanco, vara tipo portuguesa, alga marina, cintilla y mimbre.
El taller se encuentra ubicado en La Magdalena, Tequisquiapan y pertenece a uno de los catorce talleres que juntos forman un corredor artesanal. Para realizar los productos, la familia Hernández combina diferentes elementos de la naturaleza para lograr productos que sean vistosos, tal es el caso de canastas para los dulces, las galletas y chocolates o cestos para macetas.
A raíz de la pandemia se acabaron los eventos y Olga Leticia Hernández Peña, quien ahora es la representante de la familia, tuvo que cambiar los productos, hecho por el que comentó, “buscamos otras alternativas, es decir que un producto tenga varios usos y con ello poder continuar con la labor”.
El trabajo de la familia Hernández ha pasado de generación en generación y ahora Vanessa, la hija de Olga, quien comenzó a aprender el oficio desde los 3 años, hace honor al talento de su familia y lo conjuga con su formación profesional pues ha decidido estudiar Química Industrial.
“Me gratifica mucho saber que mi familia continua esta labor, ya que con el tiempo otras familias han perdido la tradición. Me gustaría decirle a la gente que valoren el trabajo artesanal porque es algo difícil y a veces los turistas no valoran la artesanía y quieren que les reduzcan los costos sin conocer el significado que tiene para las familias y la labor que conlleva”.
Su deseo en el futuro es que la artesanía mexicana se reconozca más en todo el mundo.