Los fieles católicos se acercaron a alguno de los templos de la ciudad para cumplir con el rito del Miércoles de Ceniza, acto que marca el inicio de la Cuaresma: el misterio de Jesús en el desierto; con el exhorto a convertirse y volverse a Dios, a descubrir la presencia de Dios en el prójimo y a solidarizarse con el pobre.
En específico, en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, desde antes del mediodía y durante el mismo, varios fieles acudieron para escuchar el Evangelio, las reflexiones y acercarse al altar para la imposición de la ceniza que estuvo a cargo de los ministros extraordinarios de la comunión.
Se les invitó a la meditación, a la reflexión, se dio lectura al Evangelio de San Mateo, y se hicieron intervalos con cantos apropiados, recordando que este fue el inicio de la cuaresma, tiempo de conversión y preparación para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
“Que esta ceniza sea signo de nuestro compromiso de vivir la cuaresma como un camino de conversión que nos lleve al encuentro personal con Jesucristo resucitado”, expuso al final el ministro oficiante.