La tarde-noche de ayer fieles católicos se congregaron en el atrio parroquial y en la Plaza Independencia para ser partícipes de la primera misa del año y escuchar el mensaje que el Papa Francisco emitió para la Jornada Mundial de la Paz 2020, el cual fue leído por el P. Javier Bocanegra Morales, párroco de la Parroquia de San Juan Bautista, quien presidió la misa concelebrada por vicarios y sacerdotes invitados.
Desde antes de las 6 de la tarde empezaron a llegar los fieles que se ubicaron frente al altar provisional colocado en el atrio parroquial mientras que otros más se congregaron en el Templo de Jesusito para recibir la imagen peregrina de la Virgen de los Dolores de Soriano, Patrona espiritual de la Diócesis de Querétaro y en peregrinación encabezada por e P. Javier y el P. Silverio Soto, párroco de la Parroquia de Santa Lucía entre otros sacerdotes, danzantes e integrantes de las comisiones, llegar al atrio donde fue colocada la venerada imagen.
Las familias asistentes a la tradicional celebración religiosa del primero de enero se unieron en oración por la paz mundial; escucharon con atención al mensaje para esta Jornada que el P. Javier invitó a reflexionar, en el que el Papa Francisco hace referencia a cinco puntos: La paz, camino de esperanza ante los obstáculos y las pruebas; la paz, camino de escucha basado en la memoria, en la solidaridad y en la fraternidad; la paz, camino de reconciliación en la comunión fraterna; la paz camino de conversión ecológica; se alcanza tanto cuanto se espera.
“La brecha entre los miembros de una sociedad, el aumento de las desigualdades sociales y la negativa a utilizar las herramientas para el desarrollo humano integral, ponen en peligro la búsqueda del bien común. En cambio, el trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad puede despertar en las personas la capacitad de compasión y solidaridad creativa”, dice el Papa en su mensaje dedicado especialmente para la 53 Jornada Mundial de la Paz.
Posterior a la ceremonia religiosa, como es tradicional, los asistentes encendieron luces de bengala que iluminaron el corazón de nuestra ciudad mientras entonaban el villancico “Noche de paz” que significó momentos emotivos entre los participantes que se unieron con una misma plegaria: la paz en el mundo.
Y como también se acostumbra, finalmente el P. Luis Miguel Pintor, vicario parroquial, se encargó de esparcir el agua bendita a las imágenes religiosas así como las 12 velas dedicadas a la Divina Providencia que entre la comunidad católica se acostumbra encender una cada primero de mes, las cuales fueron acercadas al altar por varios de los fieles asistentes.