El desplazamiento de personas de un país a otro, un tema actual en varios países, fue representado por 13 bailarines de la compañía DramaDanza en el estreno de la obra Migrantes, bajo la dirección de Rossana Filomarino.
En la sala principal del Palacio de Bellas Artes, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la agrupación dancística presentó también la pieza coreográfica Ditirambos, ante un gran número de asistentes.
Primero el escenario se convirtió en un desierto y los bailarines en migrantes que dejaban su país para hacer realidad el mencionado “sueño americano”, las oportunidades de desarrollo socioeconómico y una vida segura que en sus lugares de origen no había.
Caminantes en fila, unos sobre una tarima y el resto por todo el escenario mientras se escuchaba el sonido del viento implacable (el cual suele percibirse en el ambiente natural de un desierto), así los artistas simularon las penurias diarias que en su travesía sufren los migrantes y los peligros que enfrentan, como la violación de las mujeres; algunos de ellos se quedaron en el trayecto.
Finalmente los danzantes alcanzan la frontera y su muro inquebrantable, al que se esforzaban en cruzar por lo alto, saltando una y otra vez, sin alcanzar su objetivo.
DramaDanza luego representó Ditirambos, coreografía de Filomarino con la cual abordó el espíritu dionisíaco de la vida; los bailarines mostraron al público a esas danzas orientales que transforman el entorno en una fiesta, aunque por momentos también refirieron amor, pasión y rechazo.
