Crece popularidad de maratones en la entidad, a pesar de las adversidades, los que aman este estilo de vida se mantienen constantes y perseverantes.

Corredores afirman que la sensación de libertad y mantenerse en forma para tener una vida más saludable, son algunos de los motores que los llevan a recorrer grandes distancias en las competencias que se organizan con mayor frecuencia en la entidad.

En el mundo del deporte, hay actividades que trascienden las meras rutinas físicas para convertirse en auténticos estilos de vida. Y en ese sentido, pocos ejemplos se comparan con el de los corredores, quienes ven en cada zancada mucho más que un simple movimiento: encuentran en el acto de correr una manera de vivir, de enfrentar desafíos y de encontrar fortaleza en cada paso.

Pero como en toda travesía, los obstáculos también se presentan en el camino, sin embargo, a pesar de las adversidades, los que aman este estilo de vida se mantienen constantes y perseverantes.

El ritual de salir a correr va más allá de una simple actividad física. Es un tiempo dedicado al cuerpo, un espacio donde cada paso es una conversación con uno mismo, por eso el aumento por en el gusto por esta actividad que se ha visto reflejada en la convocatoria de las carreras y maratones.

Cada mañana, más personas se ven en las calles, encontrando en la carrera una forma de conectarse consigo misma y con el mundo que la rodea. Y es que, en cada zancada, en cada respiración rítmica, encuentran una liberación de endorfinas que no solo impulsan su cuerpo, sino también su espíritu.

En un mundo lleno de prisas y responsabilidades, el acto de correr se ha convertido en un refugio, en un espacio sagrado donde todo lo demás se desvanece y solo queda el compás de los pasos y el latir del corazón.

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Para ellos, correr, no es solo una actividad física, es un compromiso consigo mismo, un acto de amor hacia su cuerpo y un recordatorio constante de que, incluso en los momentos más desafiantes, siempre hay un camino por recorrer y una meta por alcanzar.