Cultura emprendedora | La moda de lo falso

María Teresa Delgado Ortiz* | Colaboradora Diario de Querétaro

  · viernes 29 de octubre de 2021

La falsificación en el arte ha sido un problema desde tiempos remotos. Valiosas obras hechas por grandes maestros han sido copiadas en estilo y técnica con el propósito de engañar.

En el siglo XX, el arte contemporáneo cambió este concepto e incluso lo llegó a considerar “el arte de la falsificación”, al introducir piezas falsas en el mundo de las exhibiciones y subastas, menospreciando así a las obras originales.

Sin embargo, el arte no es el único ámbito donde ocurre el fenómeno de la falsificación. Escuchamos hablar de las fake news o noticias falsas que alarman a las personas y que provienen de fuentes no confiables, las cuales distorsionan la información.

En el siglo XXI, con la revolución de la tecnología digital, prácticamente todo se puede falsificar. Son recurrentes las copias de diseñadores reconocidos en el negocio de la moda. Y en los roles sociales encontramos estudiantes que buscan obtener respuestas en el examen sin estudiar; entretenedores de niños que se hacen pasar por maestros expertos en una materia; pasantes que pretenden recetar y dar tratamientos sin tener un título; escritores que, sin estudiar Letras, publican libros. En la era de la posmodernidad no hay sitio para la originalidad. Todo es válido. Como dice Gilles Lipovetsky en su ensayo, La era del vacío, en un mundo narcisista todo es posible hasta que lastima los derechos de otras personas. Quizá por eso las sanciones sobre las falsificaciones provocan desdén o burla cuando debería ser al revés.

No nos acostumbremos a lo falso ni en el ámbito artístico ni en ningún otro contexto. Apliquemos nuestra capacidad de discernimiento para distinguir lo verdadero entre el cúmulo de distractores que hoy nos rodean. Apoyemos a los jóvenes a descubrir lo más valioso del potencial humano: la creación auténtica, fruto de un trabajo honesto.


*Profesora de PrepaTec Querétaro

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