Para salir del mundo de las adicciones es necesario contar con ayuda profesional, aseguraron Adán y Abraham Álvarez García, directores de la clínica de rehabilitación contra adicciones “Un regalo de Dios”, aseguraron que la problemática va en aumento, sobre todo entre la población joven.
“Ahorita el mayor problema se tiene entre los jóvenes de los 14 años a 25 años (…) con el tiempo el tipo de droga que emplean es amplio, desde la marihuana, hasta diversas drogas sintéticas”.
A ocho años desde que se inició el trabajo en esta clínica de rehabilitación, más de mil 500 personas recibieron tratamiento, de los cuales 350 se mantienen en abstinencia, refirió Adán, quien reconoció que es una labor complicada, debido a que son comunes las recaídas.
Entre las estrategias que emplean, está la psicología individual, grupal, familiar e infantil, ya que se requiere atacar el problema de una forma integral, debido a que las cuando un integrante de una familia es adicto afecta a los demás de diversas formas.
“Tenemos que romper cadenas desde una edad adecuada, para que ya no esté contaminado el individuo. Además de las terapias psicológicas, tienen la posibilidad de tener conferencias, yoga, tanatología, sesión de narcóticos anónimos y alcohólicos anónimos, conferencias, deportes, talleres de artes pláticas, música, teatro”.
Indicó que debido a las malas experiencias que se tienen en otros centros o anexos, en ocasiones es complicado que la gente confíe, de ahí que resaltara la importancia que esta clínica cuente con certificación.
El tratamiento, detalló, es de tres meses, luego de los cuales se hace el acompañamiento, el cual consiste en que un “alumno contacto”, con tiempo aproximado de dos años de abstinencia, haga monitoreo constante del paciente en rehabilitación para evitar recaídas.
Cerca de 20 profesionales trabajan en esta clínica que, en la actualidad, atiende a 36 pacientes, pero existe capacidad para 40, señalaron que a diario hay por lo menos 10 consultas de familias interesadas en ingresar a una persona con adicción, pero no todas “dan el paso”, por lo que suponen que el problema de adicciones va en aumento. Indicaron que cerca del 65 por ciento de los ingresos a la clínica son voluntarios.
Oswaldo, de 17 años de edad, tuvo adicción a la marihuana, cocaína y a la piedra, con apoyo de su mamá decidió internarse en la clínica. Detalló que a raíz de problemas familiares, abandonó su casa y estuvo en contacto con supuestos amigos que lo acercaron al mundo de las drogas.
“A los 14 ó 15 años había probado por primera vez la marihuana, pero no era frecuente, cuando entré a la preparatoria empecé a consumirla más. Por los problemas con mi papá entré en depresión y empiezan los amigos a decir que con eso se te va a olvidar, fue mi fuga”.
Reconoció que superar la drogadicción “Es un tema difícil, más no imposible”, por lo que se mostró optimista en que con la ayuda de su familia y la clínica lo logrará y podrá continuar con su vida, ya que pretende terminar la preparatoria e ir a la universidad para convertirse en diseñador gráfico.