Despachadores de gasolineras empiezan a verse afectados en sus ingresos con la disminución del uso de transporte, es el caso de María Roberta González Trejo, quien en estos momentos es el sostén de su familia integrada por tres hijos y su esposo, éste último está sin empleo a causa de la emergencia sanitaria por Covid-19.
“Mi marido se ha quedado sin trabajo y ahora sí que lo que encuentre es en lo que ha estado trabajando, porque no hay, anda de albañil, pero no había cemento, habían cerrado las cementeras, aunque encuentre trabajo no hay cemento, él no tiene otra entrada”.
Explicó que la situación económica se ha tornado difícil, ya que por el aislamiento social, bajó la cantidad de personas que acuden a adquirir combustible y la realidad es que a pesar que los despachadores tienen un sueldo fijo, éste es el mínimo y subsisten mayormente gracias a las propinas.
En estos días, María debe cubrir el turno de la noche, horario aún más complicado para obtener propinas, explicó que ha habido jornadas en las que sólo ha vendido 100 pesos en efectivo y atiende a clientes que cuentan con crédito o prepago.
Algunos de sus compañeros con mayor riesgo, ya fueron enviados a descansar, ya le avisaron que en algún momento también a ella le tocará, por lo que anticipa que contará con un ingreso todavía menor.